Ubicado en el corazón del perímetro ferial, el Centro Comercial Expoplaza luce desolado; desde fuera, los arcos que corren a todo lo largo de la recién remodelada zona, disimulan el escenario con algunos comercios que ofrecen ropa, entre otras cosas, a los contados paseantes, sin embargo, al entrar al edificio se desdibuja todo el ánimo, sólo unos pocos locales, aislados entre sí, se mantienen en pie. Abundan las cartulinas pegadas en los vidrios anunciando la venta o renta de los espacios que, por las capas de polvo acumulado, dan signo de haber estado ahí por demasiado tiempo. Un par de cubetas sirven como puerta para un local vacío a unos metros de lo que alguna vez fue la Secretaría de Finanzas que mantiene en alto un letrero que se quedó suspendido en el tiempo. En medio de la cancelación de la Feria Nacional de San Marcos 2020 y la contingencia sanitaria por el coronavirus, los pasillos intrincados sin iluminación dan un triste paseo por un lugar emblemático del centro de la ciudad.
El sonido de una gota cayendo desde el alto techo a una cubeta rompe el silencio del recorrido, los 10 litros de agua acumulados de un recipiente que no logra contener toda la gotera que se riega a su alrededor, son solo una pequeña muestra de la falta de mantenimiento del lugar.
Desde el interior de una zapatería se escucha al locatario hablar por teléfono con su madre, lleva puesto un cubrebocas, acatando las medidas sanitarias, para cuidar a los fantasmas que vagan solitarios, bajando de la escalera eléctrica detenida y que ven vacías las mesas del área de comida, encerrados tras las puertas bloqueadas con bancas, ansiosos de que la música vuelva a las afueras del edificio y en sus pasillos resuene noche tras noche un Viva Aguascalientes.




