Participar en la democracia / La columna J  - LJA Aguascalientes
05/12/2024

En cuanto a participación se refiere existe una gran diversidad de aristas, puesto que en cualquier agrupación humana siempre existen líderes, quienes son los que influyen de manera directa en las decisiones de los demás, de manera paralela existen medios de manipulación para poder influir en la toma de decisiones de las personas.

Se presenta una gran área de oportunidad con base y en la relación que existe entre la participación y el número de posibles participantes. En la mayoría de las entidades o grupos poblacionales existen concentraciones de personas que exceden a las dos mil personas, al menos en un país como México.

La participación sin duda alguna es el reflejo del ánimo social, no se traduce en la mayoría de las ocasiones en impulsos emanados del análisis y del criterio. Pero también existe la voluntad expresada de algunos sectores en donde la cualidad de la decisión está sustentada en el criterio.

El filósofo francés Voltaire lo expresó de una manera inefable en el Tratado de la Tolerancia. En él expone que el ser humano debe mantenerse en paz y en respeto constante y permanente sobre las ideas con las que no coincida. La mayor controversia en cuanto al choque de ideas que tiene el ser humano se presenta en las cuestiones políticas, sociales, religiosas y económicas.

Es verdaderamente vituperable que en el periplo del ser humano la libertad en su concepto y bajo las asimilaciones de algunos filósofos como Leibniz, Hegel, parta de una cuestión interna hacia afuera, como lo pudiese ser el aspecto de la libertad ante un contexto como el que tiene México. Sartre y Hobbes veían a la libertad como una condición que se manifiesta de manera extrínseca y por consiguiente aterriza en la cuestión individual.

La relación que tiene de manera directa e indirecta con la democracia es, que bajo la cortesía de la libertad, el “ciudadano” puede decidir sobre las posibilidades isofactas que se presentan. Ciertamente bajo otras tesituras políticas ni siquiera se tiene la cualidad aspiracional del libre tránsito. Pero en la democracia la libertad tiene un mayor propósito de equilibrio y de status quo, por eso es tan importante la participación.

México es un caso en donde la desigualdad es de mayor dimensión a la pobreza, no es una cuestión de la falta de los servicios más básicos para un segmento importante de la sociedad si no la distancia tan extensa que existe entre las oportunidades que unos tienen y que otros carecen.

Como principio y como teoría resulta bastante convincente, pero para que existan condiciones de igualdad en la democracia, deben de existir circunstancias favorables y propias para la gran mayoría. Pero la democracia y el modo de convivencia del ser humano han mostrado que rara vez existe un status quo en donde existan esas condiciones.

“Podre no estar de acuerdo con lo que piensas, pero daría mi vida por defenderlo” Voltaire.


Dentro de la libertad que existe en la democracia también podemos encontrar otro elemento como lo es la pluralidad. Las expresiones que se tienen en la sociedad en todos sus segmentos tienen su antecedente en la tolerancia. Básicamente es abrir el abanico de posibilidades y partir de que no existe una verdad absoluta, posteriormente entender que cualquier expresión distinta a la propia tiene su derecho y un respeto per se, y por último la aceptación proporcional, es decir que las acciones y expresiones tengan el mismo hilo de consecuencia positiva.

El simple hecho de que puedan existir estas premisas, concede al ciudadano un modo libre y más allá de sus límites de poder escoger y realizarse a su modo, sin coerción alguna. Las reseñas de la historia dan un preámbulo que en el pasado las entidades tendían a infundir el miedo y el temor por la opinión por alguna disidencia.

Bajo el discurso de un estado de derecho se supone la existencia de elecciones libres y sin coerción alguna, sin embargo, fuera de la retórica o del debate de si alguna elección va fuera del contexto moral, ciertamente existen las contiendas electorales en donde la voluntad de los ciudadanos es expresada por medio del sufragio universal, una combinación entre el pragmatismo y el idealismo.

En los distintos tipos de gobierno o sistemas, es muy escasa la posibilidad de que cualquier individuo pueda interactuar con el pleno goce de su libertad bajo la intención de inserción política. El estado de derecho es por supuesto el sustento máximo de la democracia, ya que en él se resguarda bajo las tablas de Moisés las regulaciones que están por encima de cualquier individuo.

Sin rechazar una de las ideas más importantes de Thoreau, quien mencionaba en la desobediencia civil que “ningún hombre debe de respetar una ley, si esta es injusta” (civil, 2012).

Otra situación importante a mencionar como un elemento de la democracia es el compromiso ciudadano, es decir la posible responsabilidad que puede tener le mexicano, el cual radica en que sin importar las limitantes que también se expresan dentro del sistema, también permite que un rango efectivo de opciones que debe hacer el ciudadano para conseguir el alcance de su interés y procurar el bien de sus allegados.

Independientemente de que en algún punto se entienda como un juego de intereses, bajo la sombra de la democracia tenemos un ambiente posiblemente de muchas limitantes, pero también de excelsas libertades, en donde lo más básico del ser humano se puede traducir en interacciones y decisiones individuales dentro de un gran colectivo. Por eso debemos participar y alzar la voz. 

In silentio mei verba, la palabra es poder.


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