La pandemia de COVID-19 ha provocado que se hayan establecido medidas de seguridad sanitaria en todos los lugares que frecuentamos. Desde el cierre total hasta la disminución del aforo, uso de cubrebocas, disponibilidad de gel antibacterial, entre otras, son algunas de las estrategias con las que se busca disminuir contagios en la vía pública.
Sin embargo, también es importante pensar en los lugares donde vivimos. Si bien es responsabilidad de las autoridades gubernamentales establecer los lineamientos en lugares públicos, en espacios privados como departamentos, casas y conjuntos habitacionales, estas van a cargo de las personas que viven ahí.
¿Qué debo hacer entonces para cuidar mi espacio de vivienda?
Es importante que todas las personas que habiten un espacio cooperen para evitar riesgos. Una acción muy importante es la limpieza constante. Lavarse las manos frecuentemente es de gran importancia, puesto que así se evita que sean una vía de transmisión de la enfermedad. Igualmente, la limpieza de áreas comunes ayuda a evitar que los virus permanezcan ahí, por lo cual es importante hacerlo constantemente.
También es esencial mantener una distancia segura con otras personas. Además del uso de cubrebocas, tratar de acercarse lo menos posible a alguien más es de gran ayuda para no contagiarse. La cooperación y organización vecinal es muy valiosa para que los departamentos y casas sean zonas seguras.
No podemos dejar de lado la vacunación, ya que esta es la mejor manera de prevenir una infección grave por COVID-19. Si bien las vacunas no evitan que una persona se enferme y esta contagie a otros, estas son esenciales para que una persona se recupere rápidamente y así deje de ser contagiosa.
¿Y si mi vecino tiene COVID-19?
Es importante recordar que el virus se transmite mediante fluidos del aparato respiratorio, en pocas palabras, saliva y mocos. Lo ideal es que quien contraiga el virus se aísle completamente, incluso de las personas con las que vive. El virus no atraviesa barreras como las paredes; de igual forma, el uso correcto y constante del cubrebocas reduce drásticamente la cantidad de fluidos que la persona enferma expulsa. De ahí su importancia.
De la misma manera, es importante apelar a la responsabilidad comunitaria en la vacunación. Si bien esta es una decisión personal, los beneficios de la misma llegan a otras personas con las que se comparte un espacio.
Por parte de las personas que viven cerca de alguien enfermo, lo mejor es extremar medidas de distanciamiento y limpieza. La responsabilidad es conjunta, por ello si alguien da positivo al virus, lo mejor es que todos y todas busquen soluciones efectivas para prevenir que ocurran más contagios.
