El regreso de la cacique. Vida y negocios de Layda Sansores - LJA Aguascalientes
03/12/2024

  • La virtual candidata de Morena para la gubernatura de Campeche tiene casas y terrenos en Ciudad de México, Querétaro, Cuernavaca… Además de participación en empresas que olvidó poner en su declaración patrimonial. 

 

EMEEQUIS/Esteban David Rodríguez

 

Layda Sansores San Román, alcaldesa de Álvaro Obregón en la Ciudad de México y virtual candidata de Morena al gobierno de Campeche tiene casas y terrenos en Cuernavaca, Ciudad de México, Querétaro, Chiapas… Y una hacienda en Campeche con playa privada.

Cuenta con inversiones en los sectores de la construcción, inmobiliario, hotelería, restaurantes, gasolineras, tiendas de conveniencia, arrendamiento de vehículos y maquinaria. Así como equipamiento de estaciones de combustible, arrendamiento de bombas y reparación automotriz.

De acuerdo con una investigación de EMEEQUIS, en su declaración patrimonial de 2020, que está obligada a rendir en su condición de representante popular, decidió omitir tres de las empresas en las que tiene participación.

Josefina y Sara Negrete Frías S.A. de C.V. y Gas Le Pont S.A. de C.V. son dos de ellas, que Sansores San Román tampoco había manifestado en declaraciones anteriores, a pesar de que su participación en ellas data de los años ochenta y noventa. 

La tercera empresa es el Colegio Gran Unión S.C., que había declarado en la plataforma 3 de 3 en 2017. En dicho sistema, Layda Sansores había reportado también, en ese año, sus fincas, terrenos, joyas y obras de arte. Estos últimos bienes los excluyó de su declaración oficial de 2020. 

Por otro lado, la Guía de la Contraloría de la Ciudad de México establece, con base en la legislación respectiva, la información que deben incluir los servidores públicos en su declaración de intereses: “Las relaciones familiares (hasta el 4° grado), relaciones personales, relaciones profesionales, relaciones laborales y relaciones de negocio, con las que se tenga contacto frecuente”.


Y en su declaración de intereses 2020, Layda Sansores no reportó la existencia de la productora televisiva, teatral y cinematográfica Sister in the Jungle S.A. de C.V., de su hija Layda María Esther Negrete Sansores; la constructora e inmobiliaria Servicio Panorama Empresarial, de sus hijos Tania Patricia y Alberto Carlos Negrete Sansores; ni Servicio Panorama, de Alberto Carlos, Tania Patricia y Layda María Negrete Sansores, en sociedad con Josefina y Sara Negrete Frías. 

Tampoco declaró la plantación cafetalera que en Chiapas posee su pareja, Romeo Ruiz Armenta, embajador del gobierno lopezobradorista en Guatemala.

 

Las empresas ocultas

Gas Le Pont S.A. de C.V. es una de las compañías en las que Layda Sansores ha tenido participación y que ha ocultado. Fue constituida en Querétaro en 1993 y, en resumen, tiene por objeto, de acuerdo con su acta notarial, la explotación de bienes raíces, el equipamiento de gasolineras, el arrendamiento de bombas para las mismas. La comercialización de combustible, lubricantes, derivados del petróleo. Refacciones y la reparación automotriz, así como la operación de tiendas de conveniencia.

Los socios son Layda Elena Sansores San Román, sus hijos Alberto Carlos, Tania Patricia, y Layda María Esther Negrete Sansores; y Leonor Negrete Frías.

Otra de las empresas ocultas es Josefina y Sara Negrete Frías S.A. de C.V., creada en 1981, también en Querétaro. Su propósito es la comercialización, almacenamiento y transporte de combustible, lubricantes y derivados del petróleo; así como la explotación de bienes de servicio, construcción y bienes raíces; y giro de restaurantes. 

En esta última son socios Layda Sansores, sus hijos Alberto Carlos y Tania Patricia Negrete Sansores; además de Ricardo Antonio Negrete Enríquez y Carolina Enríquez Cabrera.

La otra empresa que no mencionó en su declaración patrimonial oficial, es el Colegio Gran Unión, que tiene en sociedad con una de sus hermanas, pero que sí consideró en la plataforma extraoficial de transparencia 3 de 3 en 2017. Es uno de sus negocios “chicos”, que le reporta 670 mil pesos anuales, según señaló en esa manifestación.

Son dos las únicas empresas en las que Layda Sansores admitió inversiones oficialmente. Una de ellas es Hotel Playa San Lorenzo, empresa de hospedaje, restaurantes y cafetería, la cual fue fundada en 1986, y en la que también son socios los hermanos de la candidata a gobernadora: Libertad, Laura, Elsa y Margarita Sansores San Román. La otra compañía que sí declaró es Bienes Raíces Mikra, S.A. de C.V.

 

Omisiones en la declaración de intereses

De acuerdo con su declaración de intereses oficial de 2020, los familiares directos de la morenista Layda Sansores no tienen intereses económicos. De hecho, en el apartado “relaciones familiares” sólo lleva la leyenda “Número de relaciones familiares: 35”. Y en el correspondiente a “relaciones de negocios”, señala: “Declaro no contar con este tipo de relaciones”.

No reporta las empresas de sus hijos, como Servitodo Panorama Empresarial S. de R.L. de C.V., creada en Querétaro en 2008. Es una constructora e inmobiliaria que también arrienda maquinaria y vehículos. También se dedica a la adquisición de patentes. En dicha compañía los accionistas mayoritarios son Tania Patricia y Alberto Carlos Negrete 

Entre las firmas no incluidas por la morenista también está Servicio Panorama S.A. de C.V., creada en 1993, igualmente en Querétaro. 

De acuerdo con su acta constitutiva, Servicio Panorama nació con el objeto de desarrollar las actividades de construcción y bienes raíces; equipamiento de gasolineras, arrendamiento de bombas, comercialización de combustible, lubricantes, refacciones y reparación automotriz, además de participación en otras sociedades. 

Por 10 años desarrolló tales actividades. En 2004, el consejo de administración modificó el objeto social de la empresa. “El objeto principal de la sociedad será la comercialización de gasolinas y diesel suministrados por PEMEX Refinación así como lubricantes de marca PEMEX”.

De acuerdo con el acta constitutiva y legajos subsecuentes, son socios sus hijos Alberto Carlos, Tania Patricia y Layda María Negrete Sansores.

Otra empresa en la misma condición es Sister in the Jungle S.A.de C.V., una productora de cine, radio, teatro y televisión creada en 2019 en la Ciudad de México, en la cual es socia mayoritaria Layda Esther Sansores Negrete.

En su manifestación voluntaria en la plataforma 3 de 3, Sansores sólo declaró sobre sus hijos, en 2017: “comercio de gasolina”.

También omitió en sus declaración de intereses oficial una plantación de café en Chiapas, de su pareja, Romeo Ruiz Armento, embajador del gobierno lopezobradorista en Guatemala. Al respecto, en el sitio 3 de 3 refirió en 2017: “Cultivo de café”.

Otras propiedades que manifestó entonces y que no se vieron reflejadas en su declaraciones oficiales de 2020 son: terrenos en Tequisquiapan, Querétaro; en Narvarte, alcaldía Benito Juárez, de la Ciudad de México; en el fraccionamiento los Cocales y Santa Ana, en Campeche; en San José Victoria y en Palomar-La Ilusión, en Tuxtla Chico, Chiapas.

Casas en Jardines del Pedregal, Álvaro Obregón, Ciudad de México; en Las Delicias, Cuernavaca, Morelos; en el centro histórico y en San Román, en Campeche.

Tampoco incluyó joyas, obras de arte y menaje de casa, que en 2017 valuó en 2 millones 200 mil pesos.

 

Un beso en la mano del poder

La llaman simplemente Layda. Fue una de las princesas de la “república” caciquil de la era hegemónica priista. Es hija del patriarca de Champotón, Carlos Sansores Pérez, llamado el Negro, quien fuera gobernador de Campeche (1967-73) y presidente nacional del PRI (1976-79).

Priista, perredista, emecista, petista, morenista… Layda se ha subido siempre a la ola triunfadora. En febrero de 2018, en Ciudad del Carmen, tomó la mano de Andrés Manuel López Obrador y la besó con gratitud teatral. Luego, la legisladora retiró sus labios de la piel del líder morenista, y dijo: “No se olvide de nosotros…”.

Fue el estilo que aprendió de su padre, Sansores Pérez, quien era capaz de hincarse en el suelo para atar las agujetas de los zapatos a su jefe. Pero también le heredó otras habilidades “negociadoras”. 

Un excolaborador de Layda que ofrece su testimonio bajo reserva de identidad, cuenta que, siendo senadora, no le ajustaban los recursos para gastos en su estructura. “Entonces se fue a ver quienes controlaban los dineros en el Senado y les explicó que tenía sus gastos, y que presidía una comisión, etcétera. Y volvió Layda y nos comentó. ‘Ya está, vamos a tener un millón de pesos mensuales’”.

Aproximadamente la mitad, según esa versión, se iba al movimiento político de AMLO. Pero Layda no sólo aportaba dinero al morenismo en ascenso. La campechana también le envió como guarura, en la campaña presidencial de 2018, a uno de sus propios muchachos, quien fuera su secretario particular por cinco años. 

Se trata de Romualdo Hernández, “abogado y normalista, estuvo metido en la guerrilla, viene de Guerrero. Imagínate a alguien que proviene de la guerrilla metido en la seguridad de un candidato presidencial”.

“El tren de vida de Layda cuesta entre 1 millón y 1 millón y medio de pesos mensuales”, lo cual se va en restaurantes, salidas, salón de belleza, coinciden dos excolaboradores de Sansores San Román. 

 

La herencia del patriarca

Sansores Pérez, llamado el Negro, ascendió por la cuerda del poder cómodamente entreverado en los tejidos de la genuflexión. Su compadre y predecesor en la gubernatura de ese estado, el general José Ortiz Ávila, habló alguna vez (nota de Elías Chávez, revista Proceso N° 44) sobre la naturaleza de Sansores:

“Fue tan servil conmigo que, de hinojos, llegó a enseñarme cómo se hace un nudo en las agujetas de los zapatos. (…) Al grado de llegar a mi casa, cuando yo era gobernador ¡antes que el ayudante! Al grado de acompañarme a todos lados sin despegarse de mí ni un minuto, y de estar pendiente si alguna ceniza de algún cigarro me caía en la hombrera, para sacudírmela inmediatamente”.

El Negro fue hijo de Ulises Sansores, fundador del Partido Socialista Agrario y alcalde de Champotón al inicio de los años treinta del siglo XX, jefe del Grupo Champotón, que mandaba en Campeche. El abuelo de Layda fue asesinado durante el gobierno de Ramiro Bojórquez Castillo.

El Negro contrajo nupcias con Elsa María San Román, con quien procreó a Layda Elena, Carlos Ulises, Laura y Elsa Margarita Sansores San Román. Al cabo, la única que le saldría política sería Layda, que nació en 1945.

Carlos Sansores inició su carrera pública como director de la Policía Judicial Estatal (1943-44) en el gobierno de Eduardo Lavalle, que promovió al champotense a su primera diputación federal en 1946.

El mismo Lavalle hizo a Carlos Sansores secretario general de Gobierno del estado en 1949, cargo que conservó durante 1950, en la administración de Manuel López Hernández.

En el primer lustro de los cincuenta fue delegado del PRI en distintos estados del país. En 1955 accede a la segunda de cuatro diputaciones federales que acumularía (1946-49, 1955-58, 1961-64, 1973-76), así como dos senadurías (1964-70, 1976-82).

Sansores no concluyó su primer periodo senatorial, pues en 1967, impulsado por el secretario de Gobernación, Luis Echeverría, fue nominado al gobierno de Campeche, cargo que desempeñaría hasta 1973.

En su gobierno, ejerció un férreo control de las organizaciones campesinas. Favoreció el enriquecimiento de amigos y familiares, otorgándoles permisos para explotar maderas preciosas. Pero, en primer lugar, él mismo amasó una gran fortuna.

 

Voracidad desenfrenada

Su compadre, exjefe político, predecesor en la gubernatura, y padrino de bodas de Layda, el general Ortiz Ávila, conoció en toda su amplitud la naturaleza del entonces futuro cacique:

 “Llegó al gobierno con una voracidad desenfrenada y no hubo actividad económica en la que no estuviera metido: controló las gasolineras de Campeche, hizo una poderosa flota camionera, compró la Hacienda San Lorenzo, a la que está llevando arena (…) para hacer playas artificiales; acaparó la producción de miel; estafó a los campesinos de los ejidos forestales, saqueó la riqueza forestal de Campeche y puso al frente de sus aserraderos a su hermano Ramiro Sansores. (…)”.

Uno de los excolaboradores de Layda, consultados por EMEEQUIS, relata: “En la propiedad donde se ubica la hacienda bien podría caber un municipio. Son varios kilómetros cuadrados. Hay un gran stand de tiro. Hay también salida al mar, una playa privada donde hay un muelle. También, más allá, hay un embarcadero. Antes tenía una casa de huéspedes de frente al mar. Esta casa tenía varias decenas de unidades de aire acondicionado. No treinta ni cincuenta. Varios más. Y no es la mansión principal. En la misma propiedad hay uno de los hoteles de su cadena”.

Le preguntamos si cuenta la propiedad con vigilancia privada: “Pues mira, para entrar hay caseta, y hay gente armada. No se están exhibiendo pero tienen armas. Adentro hay personal que también va armado. Como te digo, no necesariamente con ostentación”.

 

Modus operandi

El general Ortiz Ávila contó en su momento cómo fue que Sansores se hizo de propiedades:

“Cuando se apropió de una de las gasolineras, la del señor Rosado, en Escárcega, lo mandó llamar y le dijo:

 –Mocho –porque le faltaba un brazo–, te voy a dar tanto por tu gasolinera.

–No, Negro –contestó Rosado a Sansores–, no la vendo.

–No te estoy preguntando, te voy a dar tanto –insistió Sansores.

–Pero es que vale más –replicó Rosado.

–Ya hicimos el cálculo, vete a la Tesorería para que te den el dinero y firmes los documentos”.

Carlos Sansores fue sucedido en la gubernatura por su secretario de Gobierno, Rafael Rodríguez Barrera. Cuando en 1973, por disposición del presidente Echeverría, Sansores presidió la Cámara de Diputados, se registró un gran dispendio de los recursos del órgano de gobierno de esa asamblea para todo tipo de ocurrencias. Sansores era custodiado en sus trayectos en la Ciudad de México por motociclistas de la policía capitalina.

 

“Saber más misa que el Papa”

Carlos Sansores Pérez fue designado presidente nacional del PRI (1976-79) a finales del sexenio echeverrista, para conducir la campaña electoral de José López Portillo.

En aquellos años, según Roberto Casillas, secretario particular de José López Portillo, Sansores “no quería que se le considerara como un cacique que ponía y quitaba diputados, senadores o presidentes municipales, y menos en su estado, pero en realidad sí lo era”.

En 1979 se encargó de la dirección del Issste, pero fue separado por corrupción, por enfrentarse al secretario de Gobernación, Jesús Reyes Heroles; y por oponerse a la decisión presidencial sobre la gubernatura en Campeche, donde Sansores apoyaba subrepticiamente al candidato del PPS. Sansores siempre creyó “saber más misa que el Papa”, dice José López Portillo en sus memorias.

 

Salinista: “Laydita no tiene trabajo”

Layda tenía 28 años de edad cuando su padre asumió la gubernatura de Campeche, en 1973. Por entonces regresaba ella de Buenos Aires, Argentina, sitio que eligió para estudiar psicología.

A Layda no le dio por la política sino hasta años después, cuando, en 1991, su admirado Carlos Salinas de Gortari la hizo diputada, a los 46 años de edad. Ella lo contó en 2013 (Armando Estrop, Reporte Índigo):

“Salinas fue para mí un personaje muy cercano, muy admirado, tengo que decirlo. Me cuidó, iba a Campeche a saludar a mi padre, y mi padre le decía: ‘Laydita no tiene trabajo’.  (…) En uno de esos viajes Salinas le pide a Colosio que me invite a tomar un café, y ahí él me dice qué quieres ser, y dije, yo no quiero trabajo, yo quiero ser diputada. Entonces el sistema hizo lo suyo (…), Salinas me pone de plurinominal y me hace diputada (…). Salinas me escogió y me cuidó y eso se lo reconozco”.  

La hija del cacique resultó electa senadora para el periodo (1994-2000). A finales de 1996, renunció al PRI. Según dijo en una carta al entonces dirigente priista, Santiago Oñate, el tricolor había dejado de abanderar las causas populares y se había negado a una reforma electoral que propiciara “el advenimiento de una vida democrática”.

Se sumó a la bancada del PRD. En 1996 fue candidata de ese partido al gobierno de Campeche, pero perdió ante Antonio González Curi, del PRI. Entonces Carlos Sansores Pérez renunció a su militancia priista. Layda Sansores, después de formar parte de la dirección nacional del PRD, lo abandonó y se afilió a Convergencia Democrática, donde era integrante de la dirección nacional en 2006.

 

Perfil morenista

Layda quiso meter mano a las candidaturas perredistas de 2000, pero se lo impidió la entonces dirigente del sol azteca, Amalia García, según trascendió en columnas de prensa. De modo que la campechana cobró venganza promoviendo el voto útil a favor de Vicente Fox.

En 2001 se unió a Convergencia, que ahora funciona bajo el nombre de Movimiento Ciudadano, la franquicia electoral del veracruzano Dante Delgado, ahora frentista. Obsesionada por ocupar el despacho de gobernador de Campeche, donde despachara alguna vez su padre, Layda obtuvo la nominación de convergencia en 2003, para ese puesto. Perdió nuevamente. Esta vez quedó en tercer lugar.

Obtuvo la postulación plurinominal para la Cámara de Diputados en 2006. En 2012 obtuvo acceso al Senado por el mismo partido. Perdió la elección abierta, pero entró por la vía plurinominal. En 2014 ingresó al PT, y en 2015, fundó Morena en Campeche. Ese partido la postuló a la gubernatura. Perdió por tercera vez.

Retomó sin mayor pena sus labores en el Senado. Y se subió a la cresta ganadora del morenismo. Desde 2018 es alcaldesa de Álvaro Obregón. 

Sus bolsos, sus escándalos, sus frívolos gastos a cuenta del Senado, como una “silla Luis XV de terciopelo plateada”, no impedirían que en 2021, con 75 años de edad, tenga su cuarta candidatura al gobierno de Campeche.


Show Full Content
Previous Campaña de vacunación contra covid, ¿qué ocurrió?
Next El INE emite “reglas light” para equidad en elecciones federales y 32 locales
Close

NEXT STORY

Close

IEA publicará listados de estudiantes de nuevo ingreso a bachilleratos públicos

24/07/2020
Close