Joe Biden ha tomado posesión como presidente de los Estados Unidos luego de derrotar a Donald Trump en las elecciones de 2020. El cambio de administración en el gobierno de este país ha sido visto como una buena noticia para las personas y grupos marginados por las políticas del ahora ex mandatario, este es el caso de la población migrante y latina.
A primera vista parece que para esta comunidad el nuevo presidente ofrece un panorama más alentador y flexible. Después de vivir episodios muy difíciles a causa de las decisiones de Trump, las propuestas del nuevo presidente son una señal de alivio. Sin embargo, cabe recordar que cuando Joe Biden fue vicepresidente sus acciones en cuanto a este tema no favorecieron siempre a las y los migrantes, con todo y un discurso más amable.
La migración en la era Trump
Las decisiones y discursos de Trump referente a las y los migrantes son muy conocidas. Intentó terminar con el programa Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA por las siglas en inglés), exponiendo a cientos de miles de jóvenes y personas adultas a una posible deportación. El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) se transformó en una institución de coerción y terror para la comunidad migrante y latina, puesto que las detenciones y deportaciones se actualmente llevan a cabo con total discrecionalidad y cinismo en el uso de fuerza y violencia.
Además, impulsó su proyecto para construir un muro en la frontera con México. Esta iniciativa fue una de las principales propuestas de su administración, para la cual incluso solicitó fondos de emergencia, argumentando que era un asunto de seguridad nacional. El rechazo a los y las inmigrantes ha provocado que tengan que esperar varios meses una resolución para su solicitud de asilo, luego de un largo y peligroso viajes. Muchas de estas personas se encuentran varadas en México o bien, detenidas en centros del ICE.
Las amenazas y ofensas del presidente hacia quienes provienen del sur de su frontera han calado hondo en el imaginario de ciertos sectores de la sociedad. Esto ha causado, desgraciadamente, discursos de odio e incluso ataques con armas de fuego dirigidos a personas latinas con el objetivo de masacrarles. No solo la gente de Latinoamérica fue afectada, pues también promovió restricciones de entrada a ciudadanos de países predominantemente musulmanes.
El plan de Biden para migrantes
El plan de Joe Biden para las y los migrantes muestra una cara amable y amigable. Este cambio propuesto en las políticas migratorias de los Estados Unidos es una de las diferencias más grandes en la agenda del nuevo presidente con respecto a su antecesor.
Entre sus propuestas, están la reactivación completa del programa DACA, suspender la construcción del muro y eliminar el decreto que impide la entrada a personas de países predominantemente musulmanes. Además, existe una propuesta para otorgar la ciudadanía a migrantes cuyo estado actual es irregular en un plazo de 8 años, pasando por varios controles y requisitos para obtener su permiso de residencia. Todas estas propuestas no se implementarán de un día para otro, no obstante, estas representan un cambio radical respecto a las normas impuestas por Donald Trump
Sin embargo, Joe Biden no tiene planeada una política migratoria muy flexible con quienes pretenden ingresar a este país. La estrategia del nuevo presidente incluye un refuerzo de la seguridad fronteriza, lo que implica más patrullas y equipo de vigilancia. Además, busca un acercamiento con Centroamérica para atender las causas de la inmigración desde su origen, algo similar a lo que hizo durante su vicepresidencia.
Estas iniciativas pueden parecer buenas propuestas, sin embargo para ir más allá de lo que muestra su discurso, podemos observar sus acciones como vicepresidente durante la administración de Barack Obama. En este periodo la política migratoria tuvo un acercamiento similar, pero los hechos demuestran que no todo fue para beneficio de las y los migrantes.
El enfoque de la vicepresidencia de Biden
Joe Biden fue vicepresidente de los Estados Unidos de 2008 a 2016. Parte de su trabajo fue estar al frente de la política estadounidense para Centroamérica, región a la cual le prestó atención especial. En ese periodo solicitó al Congreso 750 millones de dólares para los planes y proyectos de su administración en esa región. Esta inversión se utilizaría para atender los problemas que estuvieran causando que las personas se vieran obligadas a migrar hacia los Estados Unidos.
Si bien puede parecer que la gran cantidad de dinero que se invirtió en esta subregión viene impulsada por un genuino intento de ayuda, no hay que olvidar que históricamente Estados Unidos ha intervenido en estos países para llevar a cabo sus propios intereses. Estas iniciativas no siempre resultan ser de beneficio real para los territorios donde se aplican, pues las ayudas vienen condicionadas con injerencia política y militar. Prueba de ello es el programa Frontera Sur, la Iniciativa Mérida, entre otros. Donald Trump también firmó acuerdos similares, que utilizó para amenazar esta región si no cumplían con sus demandas.
La presidencia de Obama rompió récord de deportaciones, el cual se ha mantenido durante la administración de su sucesor. Este no es un dato menor, puesto que a pesar de tener discursos completamente opuestos respecto a las y los migrantes latinos, los hechos demuestran que no hay gran diferencia en cuanto a cómo se les trata una vez que llegan a cruzar la frontera. Incluso se han documentado denuncias por abusos sexuales a las personas detenidas por el ICE en ambos periodos de mandato.
Barack Obama continuó tratando a los migrantes que cruzaron la frontera sin documentos como criminales. Se les encarcelaba y se les deportaba lo antes posible. Muchas de estas personas y familias ni siquiera pudieron acceder a los servicios de defensa pertinentes, ni su caso llegó al poder judicial, por lo que gran parte de las deportaciones no tuvieron detrás un debido proceso. Las familias que llegaban a la frontera no eran comúnmente separadas, sin embargo esta estrategia tenía el propósito de expulsar mayor cantidad de personas de forma expedita, aunque tuvieran solicitudes de asilo legítimas.
Hay que decir también que no todo fueron malas noticias para las personas migrantes durante los ocho años de presidencia demócrata, puesto que entró en marcha el programa DACA. Esta política ayudó a los niños y niñas migrantes, conocidas como dreamers, otorgándoles una serie de beneficios que les permitía residir y trabajar en los Estados Unidos sin tener la ciudadanía. También se les protegía de deportaciones y detenciones por parte del ICE, brindándoles seguridad a quienes llegaron por voluntad de sus padres y madres, generalmente.
La llegada de Joe Biden a la presidencia junto con Kamala Harris como vicepresidenta trae esperanza para las personas que buscan ingresar a los Estados Unidos. Si bien la retórica es importante, las acciones pasadas del nuevo presidente dejan entrever que en el fondo las y los inmigrantes de Latinoamérica no son parte del modelo de nación de este país.
El cambio de administración en el ejecutivo de los Estados Unidos puede representar un nuevo rumbo para que por fin se les dé un trato digno a las personas que llegan buscando una mejor calidad de vida en ese territorio. Las determinaciones de Biden en materia migratoria serán un tema de gran interés para este país y toda la región.
Fuentes
https://joebiden.com/es/inmigrantes/#
https://elpais.com/internacional/2013/05/04/actualidad/1367626200_515350.html
https://www.forbes.com.mx/miles-de-ninos-migrantes-sufrieron-abusos-sexuales-en-gobiernos-de-obama-y-trump/
