- Entrevista a Oswaldo Buendía Galicia sobre Adicción a ver muertos
Julián Sorel y Fergus son una pareja de detectives extraña, distinta. Uno, es homónimo del muy famoso Julián Sorel que protagonizó una de las novelas más importantes del siglo XIX: Rojo y Negro del escritor francés Stendhal. Y es un inmortal. El otro, Fergus, es un fantasma. Los dos se dedican a investigar casos en Ciudeath, una extraña ciudad al margen del tiempo y del espacio, en donde los fantasmas y los inmortales cohabitan con una clase política igual de corrupta que en todos lados, o con sirenas y monstruos de toda raigambre, que, con sirenas, que, con demonios, que con un grupo terrorista y delincuencial bautizado como El Nuevo Cartel, que está dispuesto a todo para controlar la ciudad.
En ese contexto bizarro, oscuro, gótico, es en donde se desarrolla el segundo libro del escritor mexicano Oswaldo Buendía Galicia (Ciudad de México, 1983), Adicción a ver muertos, publicada por Ediciones Periféricas, y que es el inicio de la serie de detectives de Sorel & Co, en la que se desarrollará la trama de este dueto de detectives, que buscarán detener los planes maléficos y crueles del Nuevo Cartel, por controlar la vida y la muerte de los habitantes de Ciudeath.
El escritor Iván Farías comenta que “Todo en esta novela es una trasgresión de géneros que, paradójicamente, sirve para honrarlos.” Por supuesto, Adicción a ver muertos está escrito en clave de novela negra. El mismo Sorel forma parte de una camada de detectives al mejor estilo norteamericano: Borracho, cínico, adicto a las sustancias y a las mujeres e incrédulo. Sin embargo, tiene conocimientos culturales que pocos detectives literarios tienen. Y no solo es porque fue periodista en otro momento de su vida. También es porque ha visto (literalmente) muchas cosas. Ha vivido mucho y se encuentra en un punto de su vida en el que descree de todo. Y Ciudeath es un buen lugar para reinventarse como un detective, que tiene como ayudante a un fantasma, como Fergus, puede beber (sin sentir los estragos de la cruda) y tener relaciones sexuales con prostitutas, y que, sin embargo, funciona como una especie de conciencia que retiene los impulsos agresivos y autodestructivos del detective Sorel. A este trío se les unirá Tatiana, una chica, que trabajaba como barista y que será víctima de los enemigos de los detectives, pero quién por suerte regresará a la vida metamorfoseada como fantasma para convertirse en parte de la compañía de detectives.
Adicción a ver muertos es una novela cruzada por el humor negro, la ironía, la sorna con la que Buendía construyó un universo narrativo ágil, interesante, y que como mencionamos, vive a partir del mestizaje de los géneros, creando una novela particular y poco común dentro del universo literario del género negro.
Conversamos con el autor, quien estudió Lengua y Literatura Hispánicas en la UNAM, que ha publicado en distintos medios especializados en narrativa, y en 2014 se hizo acreedor al Premio de Literatura joven “Delfina Careaga” que otorga el municipio de Toluca, por el libro de cuentos En la otra orilla de la noche.
Javier Moro Hernández (JMH): ¿Cómo surgió la novela y cómo fue el proceso de escritura?
Oswaldo Buendía Galicia (OBG): Esta novela surge cuando estaba escribiendo otra novela, que me estaba exigiendo mucho mentalmente, entonces quise volcarme a algo que fuera más divertido para mí, y Adicción a ver muertos inició como un cuento, pero luego me di cuenta de que los dos personajes principales de la novela, tenían potencial para formar parte de una historia más larga, así comencé a añadirle episodios al libro, como si fuera la temporada de una serie, que me permitieron darme cuenta de que esta es una historia que no voy a terminar en una sola entrega, sino que tenía el potencial de más novelas. Aunque por lo pronto sólo he pensado en tres novelas. Pero habrá que ver cómo se desarrolla la segunda novela.
JMH: Es una novela que se cuenta a partir de capítulos, se va armando como un puzle, ¿cómo fue el proceso de escribir estos capítulos distintos?
OBG: Cuando terminé el primer capítulo me di cuenta de que había algo ahí, comencé entonces con el segundo capítulo, y es ahí en donde aparece el Nuevo Cartel, que es un grupo que quiere someter a la ciudad, en un intento de Golpe de Estado, y es ahí es en donde hay más complicaciones, más personajes, por lo que decidí delinear lo que quería contar en todo el primer libro, y de ahí me di a la tarea de trabajar los capítulos, pero si ya teniendo la idea clara, concisa de adonde quería llegar, y de ahí fue trabajar con esa brújula y escribir los diferentes capítulos.
JMH: La novela va ganando en complejidad a medida que pasan los capítulos, es ahí cuando nos vamos dando cuenta del escenario en donde se desarrolla la novela, que es de cierta manera es un personaje.
OBG: La historia y el escenario, la ciudad se van construyendo al mismo tiempo, y justo la ciudad se transforma en un escenario más, porque si bien no es una geografía que se pueda identificar con una ciudad real en particular, pero tiene muchos elementos que la asemejan a la Ciudad de México, que era como yo me la imaginaba, pero la idea era que la ciudad no solo fuera el paisaje en el que se desarrolla la historia, sino que también revelará el estado de ánimo que tienen los personajes.
JMH: El escritor Iván Farías menciona en la contraportada que tu novela es una “trasgresión de géneros, que paradójicamente sirve para honrarlos” Porque es una novela de detectives, de género negro, protagonizado por un fantasma y un inmortal, por ejemplo. Es una novela que mezcla todos estos géneros que vuelven a la novela un libro nuevo, distinto.
OBG: Me gusta el género negro, de hecho, el primer libro de cuentos que se llama En la otra orilla de la noche ya había tocado el género negro, me siento cómodo en él, me gusta la estructura del género policial y siento que me brinda una estructura importante para contar historias entretenidas, y eso me permite contar algo más, pues a partir del entretenimiento podemos buscar contar otros niveles narrativos. Mi libro anterior seguía el canon del género, a la usanza norteamericana, pero este libro me pedía hacerlo de otra manera, buscar otros caminos, y me di cuenta de que lo mejor era esta mezcla de géneros, que es la fantasía, el género negro, lo sobrenatural, aunque aquí usada de una manera humorística, irónica, pero quería que esos elementos sobrenaturales, con ciertos elementos góticos, estuvieran en la novela también. Pero si creo que también parte de la influencia de la literatura norteamericana, del sur de Estados Unidos, como Faulkner, están ahí presentes. Justo de ahí nace la idea de tener una ciudad, un territorio particular, justo de la influencia de las ideas de Faulkner.
JMH: Justo es una novela que combina estos elementos estilísticos de los diferentes negros, pero presentados a partir de la ironía, del humor negro. Los personajes manejan mucho ese humor, sobre todo Sorel, y es una forma de enfrentarse a la realidad interna de la novela.
OBG: Debo decir que no había cultivado o escrito nada con este tipo de humor, si tiene una intencionalidad tiene que ver sobre todo con el personaje de Sorel, me metí mucho en la idea de ese personaje para llevar parte del peso narrativo. Además el humor es un método de evasión de la realidad, pero al mismo tiempo quería que el sentido del humor fuera el modo en el que el lector se adentrará a la novela, pero también tenía la intencionalidad de ser políticamente incorrecto, dado la realidad que estamos viviendo hoy en día, no quería ser condescendiente con nada, y eso se trata esta novela, aunque también hay personajes que a diferencia de Sorel si son correctos, como es el caso de Fergus, Tatiana, y la idea no era inclinarse hacia un lado sino mostrar el paisaje completo.
JMH: Justo quería abordar la creación de un personaje como Julián Sorel (obvia referencia a Stendhal) que tiene la característica de que es inmoral, lo cual nos hace referencias a muchas películas, a los vampiros, etc. Pero es un personaje muy particular, fue periodista, conoció a Boris Vian, hay elementos que lo hacen miembro de la logia de los detectives, pero con muchas referencias literarias.
OBG: Stendhal es uno de mis escritores favoritos, por eso tomé la decisión de crear un personaje que lo homenajeó, así que ese fue el motivo de que mi personaje se llame Julián Sorel. Pero también porque estoy muy de acuerdo con Stendhal en la forma en la que aborda su teoría literaria, y por supuesto mi personaje, mi Sorel, es un espejo deforme de la sociedad. Pero las otras novelas de Stendhal son muy buenas, si creo que Rojo y Negro es una gran novela, y es con la novela con la que me sentía más identificado.
JMH: La estructura de la novela, a partir de capítulos cortos, permite que el lector se pueda acercar de una manera ágil a la historia, le da mucho ritmo a la novela. Los mismos capítulos pueden ser independientes de la novela.
OBG: De hecho, como la novela nació a partir de la escritura del primer capítulo, que tenía la intención de ser un cuento, y eso me permitió darme cuenta de que podía tener una historia más larga, en donde podía tener capítulos que fueran autoconclusivo, pero que al mismo tiempo nos ofrezca datos de una historia mayor, que subyace en el relato y que se va a resolver en cuanto concluya la trama. Además, quería que los capítulos fueran ágiles, porque también soy un lector un poco distraído, y creo que, si no encuentro algo ágil suelto muy rápido lo que estoy leyendo, sobre todo con la novela actual, entonces me obligue a crear situaciones que fueran ágiles, rápidas, conversaciones que fueran intensas, y es una novela que tiene mucho diálogo, pero también está la influencia del cine y de la televisión, sobre todo de las series. Pero también teniendo la intención de que fuera una novela que se pudiera leer rápido, y mucho surge también a partir de las ideas del escritor francés George Simenón, cuyas novelas tienen una extensión similar.
JMG: Es una novela que tiene dos niveles narrativos: Está la historia de Sorel y Fergus, que son dos detectives privados, que tienen una vida particular en esta ciudad, pero además está la historia de la guerra entre el Nuevo Cartel y las autoridades de la ciudad. Esa parte es muy interesante, porque el discurso, la narrativa de este nuevo grupo hace referencias a la de ciertos grupos rebeldes, terroristas, reivindicativos.
OBG: Si también es importante mencionar que, a pesar de que todo tiene este tono irónico, de risa, también creí que era importante contar algo que saliera de la normalidad de la vida de los dos protagonistas. Entonces esta idea del Nuevo Cartel me surgió como una referencia a situaciones que han pasado en nuestro país, y cómo hay una división política muy marcada, y entonces era una cuestión de mostrar que hay gente que no está de acuerdo con ninguno de los bandos políticos, partidistas que existen, entonces quería mostrar algo nuevo, con un discurso abiertamente terrorista, pero que en el fondo quería mostrar cierta indignación ante las autoridades, pero justo lo que me permite la literatura es abordar este aspecto de molestia social y presentarla como un grupo que se opone abiertamente a las autoridades.
JMH: Quería preguntarte por el personaje de Fergus, que es un fantasma que funciona como una especie de conciencia de Sorel, pero al mismo tiempo tiene una vida relajada.
OBG: Funciona como la conciencia de Sorel, y lo hice justamente para balancear precisamente a Sorel y todas sus excentricidades y estupideces, y lo hice para balancear y representar ese lado, que me permite tener algo de cordura. Pero al mismo tiempo no quería que fuera tan correcto todo el tiempo, quise que fuera un personaje balance, y también está Tatiana, que surgió como un interés amoroso de Sorel, y luego me di cuenta de que no lo necesitaba, pero también me di cuenta de que hay una relación rara entre ellos, medio fría, no es del todo una relación sincera, sobre todo de Sorel hacia ella, y creo que existe un poco de cariño, cosa que en la segunda parte irá evolucionando hacia otra cosa. Porque si bien en esta novela no aborde mucho a Tatiana, es un personaje al que abordaré más en la segunda novela, pero aquí en Adicción a ver muertos inician muchas cosas, algunas si a propósito para mencionar las cosas que se van a tocar en la segunda novela, pero también me interesaba que la relación fuera un poco distante.