Estimado lector, por fin algo llegó a su fin, y no precisamente fue la pandemia ni este sexenio, no señor, bueno hubiera sido; lo que terminó el pasado domingo fue la temporada 2020 de la NFL, así que, si quiere entretenerse un rato y dejar de lado las cosas que nos atañen y que de verdad son importantes para nuestro país, siga leyendo, de lo contrario deje el periódico y continúe con sus actividades.
El pasado septiembre de 2020 en plena pandemia la liga deportiva más poderosa del mundo arrancó actividades con encuentros en estadios vacíos, con deportistas y staff técnico vacunados, con medidas de higiene estrictas, con el fin de garantizar el espectáculo y el negocio del futbol americano de los Estados Unidos. Meses antes flotaba en el ambiente la pregunta sobre el futuro de la temporada, es un deporte de contacto, cómo le iba a hacer la liga para garantizar la salud de los jugadores y el resto de las personas que hacen posible que se lleve a cabo y se transmita un partido de futbol americano profesional. Para los millones de seguidores en el mundo, la incertidumbre estaba patente, en nuestro país por ejemplo, la Organización Nacional Estudiantil de Futbol Americano, donde están los equipos de la Universidad Nacional Autónoma de México, los del Instituto Politécnico Nacional y algunas instituciones de educación superior decidieron cancelar la temporada por obvias razones, los protocolos locales no garantizaban la seguridad para celebrar encuentros entre instituciones educativas; la Liga de Futbol Americano Profesional de México inició temporada pero con pocos partidos celebrados tuvo que suspender actividades; por cierto la LFA México está haciendo las cosas bien y poco a poco se está consolidando dentro del contexto deportivo de nuestro país.
Ante ese panorama nacional como referencia directa del deporte de las tacleadas era obvio pensar que la NFL no arrancaría, sin embargo lo hizo, pero por qué lo pudo hacer, cómo es que ellos sí lo lograron y nuestro futbol americano nacional no, una de las razones más simples o lógicas tiene que ver con el soporte económico, el sistema financiero tan robusto con que cuenta la NFL no puede compararse con ninguna liga profesional deportiva, tuvieron la capacidad de poder comprar y aplicar pruebas de manera semanal a todo el personal de los 32 equipos que conforman la liga, además de todo el staff de la NFL incluyendo al ejército que tienen en el flanco de la transmisión televisiva y multimedia. Por si fuera poco, estaban preparados para atender a los posibles contagios y aplicar el protocolo de aislamiento por franquicia. Aun así, ya arrancada la temporada se presentaron contagios dentro de los clubes lo que orilló a la liga a reprogramar los encuentros y tener listo un plan “b” por si las fechas se recorrían tanto que tuviera que moverse el Súper Bowl.
Definitivamente fue una temporada atípica, sin embargo un negocio bien consolidado y bien operado puede hacerle frente a una contingencia mundial como la que aún padecemos, nos dejaron un claro ejemplo de cómo hacer bien las cosas, reitero una liga deportiva es un negocio muy redituable desde los diferentes ángulos que lo analice, patrocinadores, venta de jugadores, draft universitario, mercadotecnia, centros autorizados de apuestas, venta de señal para transmisión de televisión, radio, internet, plataformas especializadas, bienes raíces, etc., era poco probable que pararan.
La Onefaa o la LFA, incluso la liga profesional de futbol soccer de nuestro país la LigaMX no cuentan con la infraestructura ni las políticas de operación que presenta la NFL, y conste que no es un comentario malinchista ni mucho menos, que diéramos los aficionados al deporte de las tacleadas por tener el soporte financiero que tiene la liga gringa, sería todo un éxito empresarial para sus dueños. No tengo conocimiento de cómo opere la liga profesional de futbol soccer de nuestro país, pero por las noticias es más que claro que no tienen una base sólida desde el punto de vista de negocio, ni un nivel alto de competitividad con relación al resto de las ligas similares en el mundo.
Regresando al fin de temporada y apelando al espectáculo que adereza a este deporte, de pronto pareciera que se escriben guiones para los cierres sorprendentes; imagine usted el escenario, bueno, no lo imagine mejor haga memoria, oficialmente para la NFL ningún equipo hasta ahora los Tampa Bay Buccaneers habían jugado un Súper Bowl como locales, en su estadio; y eso es verdad pero no como locales dentro de la mancha urbana donde está instalado el club, en 1979 mis Rams de Los Ángeles jugaron el SB en el Rose Bowl de Pasadena California, si usted conoce esta ciudad californiana o ubica el mapa verá que Pasadena está dentro de la mancha urbana de Los Ángeles, o que tal los San Francisco 49ers que en 1985 jugaron el SB en el estadio de la Universidad de Stanford en California.
Es cierto que ningún equipo había jugado esta final en su estadio pero eso no es todo, también lo ganaron y por paliza, con un quarterback polémico, amado y odiado por la afición, un espectáculo redondo, el fin de semana más esperado para los habitantes de la Unión Americana y los aficionados que seguimos este deporte en otras latitudes; podemos afirmar que es un espectáculo mediáticos de grandes magnitudes, un deporte vistoso por la utilería, los uniformes y la dinámica misma del juego, para quienes alguna vez en la vida lo practicamos aunque sea en ligas infantiles y juveniles, sabemos que es un deporte en exceso formativo y muy demandante. La NFL se vuelve a erigir como la liga que hace bien las cosas, independientemente de las situaciones adversas del entorno. Aprendamos de negocios con el deporte, tomemos de referencia lo que otros hacen bien y apliquémoslo a nuestros procesos; el año que viene el Súper Bowl será en el Sofi Stadium casa de mis Rams, espero se repita la dosis de este año y el equipo dueños del inmueble juegue la final y la gane en casa.
@ericazocar