Raúl Ochoa
CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- En medio de la peor crisis financiera experimentada por la Liga Mx –las pérdidas ascienden a mil 400 millones de pesos–, su presidente ejecutivo, Mikel Arriola, rechaza categóricamente que el actual torneo esté en peligro, pese a la cancelación del Clausura 2020 y por los juegos a puertas cerradas. Eso sí, el directivo admite que 40% de los jugadores de los 18 equipos de futbol involucrados se han infectado por covid-19.
En entrevista con Proceso, el nuevo responsable de la Liga Mx apuesta por revertir el daño financiero causado por el coronavirus que, asegura, representa 50% de los ingresos totales de los clubes afiliados.
La Liga Mx asumirá las medidas que permitan incrementar los ingresos de los equipos, sostiene Arriola; dice que la competencia continuará desarrollándose con la cuota de 11 jugadores extranjeros, acorde con el actual reglamento del organismo.
“Soy más de la escuela de pensamiento de que no hay que poner límites a la competencia. Tenemos una industria que produce jugadores mexicanos de manera sistemática. Y poner límites no sería una medida eficiente para un mercado libre y que distorsionaría el valor de los jugadores, en todo caso”, justifica.
Para Arriola sólo dos escenarios tendrán que presentarse en el transcurso del torneo para dar por suspendido el campeonato: contagios masivos por coronavirus, así como el balance –desfavorable– de los flujos entre los equipos.
“Y eso no lo veo”, respira aliviado el exdirector del IMSS, quien asumió el cargo en la Liga Mx el lunes 4, en reemplazo de Enrique Bonilla, con la encomienda de impulsar el desarrollo del futbol profesional del país.
Sin embargo acepta: “Nadie podría sobrevivir en la incertidumbre de que todos siguiéramos en un ámbito pandémico. Lo que se viene muy relevante es la aplicación de las vacunas y cómo se vence la curva al mismo ritmo que creció durante casi un año.
“Ahí es donde podríamos aspirar a volver a la normalidad y tener un futuro de estabilidad. Cuando eso ocurra, el objetivo inmediato será regresar a un 2019; es decir, a la etapa precovid-19”, considera Arriola.
Precisa que el boquete financiero empezó en marzo pasado a raíz de la suspensión del torneo. “Se perdieron siete jornadas que no se jugaron. Por lo anterior, no hubo ingresos por comercialización ni por transmisión televisiva”.
El balance del quebranto financiero se considera hasta diciembre pasado, tras la conclusión del Guard1anes 2020. Puntualiza. “Mientras el torneo no se pueda normalizar, no vas a recuperar un ingreso que representa 50% de las ganancias, por la venta de boletos, el consumo dentro del estadio y la comercialización de los productos al interior del inmueble”.
E insiste: el objetivo es proteger la integridad del campeonato para preservar los derechos comerciales y de televisión de los equipos. “Aquí hay dos objetivos centrales: seguir con los otros ingresos; no interrumpir el torneo. Por eso son tan importantes los protocolos y las pruebas de covid-19. Y lo segundo es ver qué ingresos adicionales podemos obtener para que los equipos vayan recuperándose de ese boquete, asumiendo que en términos pandémicos 2021 seguirá siendo un año atípico e impredecible”.
Abrir nuevas ventanas
Aunque el agujero financiero está lejos de cerrarse, el responsable de la Liga Mx aporta detalles que facilitarán la estabilización de las finanzas de los equipos: impulsar nuevos activos como los generados el año pasado por las ligas virtuales y abrir nuevas ventanas a los patrocinadores.
En contraste, Arriola sostiene que “el futbol mexicano empieza a hablar muy bien respecto a otras industrias frente a la pandemia: fuimos de los pocos que conseguimos un patrocinio nuevo: Tecate, por 12 millones de dólares. Eso refleja la gran capacidad que tiene el futbol para seguir siendo atractivo.
“También buscamos medidas que nos permitan incrementar los ingresos a los clubes a partir de comercializar la propia liga centralmente, en vez de que lo haga cada equipo de forma individual, para generar economías de escala y repartirles más recursos a los clubes.”
En el fondo, es una forma de replicar el modelo de las ligas europeas. “Lo hemos platicado con los equipos. Todos estamos en la misma concepción de que hay que hacer cosas que no hacíamos antes, porque nadie se imaginaba este efecto pandémico tan terrible: el 2020 va a decrecer entre ocho y 10 puntos porcentuales en la economía, que jamás había decrecido tanto. Decrece la inversión fija bruta, decrece el empleo, decrece el consumo. Entonces, tenemos que estar muy unidos en la lógica de generar ingresos adicionales”.
Con los clubes, añade, hemos hablado de activos como, por ejemplo, el uniforme, como lo hacen otras ligas. “Se trata que en el análisis económico se acredite que si ganas un peso por tu contrato del uniforme siempre será mejor algo más que un peso. Esa es la lógica económica detrás de esto, y si no se acredita, seguimos adelante con lo que hay. Pero ese es el análisis que tenemos que acreditar”.
La industria del futbol en México, entre marcas, infraestructura y plantillas, tiene un valor de mil 900 millones de dólares, indica Arriola. “Eso es lo que han invertido los equipos. No es nada trivial, porque cuando lo comparas en términos de valor con otras ligas, somos la número 10 en materia de inversiones.
“La industria del futbol nacional en el PIB es de 0.6. ¡Es casi un punto! Las ventas son de 55 mil millones de pesos al año. Más o menos la masa salarial del futbol representa 150 mil millones de pesos al año, y tenemos una industria con casi 100 millones de fans nacionales, una industria que en 2019 generó 268 millones de televidentes con un matiz bien relevante: el mayor consumo de partidos de la Liga Mx se da en Estados Unidos.”
Y se ufana: “Tenemos 30 millones de aficionados en Estados Unidos, fenómeno que no se da en ninguna parte del mundo de que un producto mexicano –el futbol– tenga tanta penetración en aquel país. Hoy, 18% de la población estadunidense se declara aficionada del futbol mexicano; hoy, el consumo per cápita de la Liga Mx en televisión es mayor allá que acá; hoy, el ingreso per cápita de un hispano o un consumidor en Estados es de 70 mil dólares al año, contra 10 mil pesos de nosotros.
“Eso, en una situación de pandemia, es lo que está sosteniendo a nuestra industria, que no sólo vive del día de los partidos, en los que ya se perdieron mil 400 millones de pesos. Hay que ver cómo recuperarlos rápidamente. Es una industria que vende muy bien en el exterior, que tiene una inversión grande, un consumo muy relevante, que además es el número seis en asistencia a los estadios –a nivel mundial–. Es lo que hoy estamos viendo como virtudes de la liga y que nos mantiene en competencia”.