En medio de la pandemia de COVID-19 uno de los instrumentos más requeridos y utilizados son las pruebas de detección de este nuevo coronavirus. Estas permiten tener certeza de haber contraído o no el SARS-CoV-2, por lo que ayudan en la prevención de contagios y vigilancia epidemiológica.
Existen varias pruebas para detectar este virus, las cuales siguen diferentes métodos. No todas cuentan con los mismos niveles de eficacia y sensibilidad, por lo que hay algunas más recomendables que otras en cuanto a la certeza que proporcionan. De la misma forma, existen varios factores que afectan en los resultados, por lo que aquí explicamos cuales pruebas existen y sus características.
Prueba de Reacción en Cadena de la Polimerasa o PCR
Esta es la prueba más utilizada debido a su nivel de efectividad y sensibilidad. En otras palabras, cuando se realiza adecuadamente, el margen de error es prácticamente inexistente. Para tomar la muestra con la que se hará la prueba, se introduce un largo hisopo por la nariz para obtener un poco de fluido de las vías respiratorias. Esta muestra se manda a un laboratorio, donde se analiza el material genético en busca de la presencia del virus.
Es importante tomar en cuenta que debe haber un periodo mínimo entre la exposición al virus y la realización de la prueba para que haya un resultado certero, pues de hacerla antes de tiempo puede arrojar un falso negativo. Esto se debe a que desde el contagio hasta que la carga viral sea detectable deben transcurrir al menos 5 días, ya que en ese periodo el virus (en caso de tenerlo) se multiplica. Si se toma esta prueba en el momento adecuado es capaz de detectar el coronavirus aunque la persona sea asintomática.
Prueba de antígenos o rápidas
Para realizar esta prueba se toma una muestra de fluido del sistema respiratorio. El método consiste en detectar una proteína del virus, en lugar del material genético como lo hace la PCR. Se les conoce también como pruebas rápidas porque los resultados se obtienen en minutos, sin embargo presentan varias limitaciones.
Es importante que esta prueba se realice cuando ya hayan síntomas presentes de enfermedad, pues de lo contrario no entregará resultados certeros. Su sensibilidad no es muy alta, por lo que no es la más recomendable, sin embargo es útil para hacer una primera identificación de los signos de enfermedad. En caso de arrojar un resultado negativo es adecuado realizar otro tipo de prueba para asegurarse.
Pruebas serológicas o de anticuerpos
En el caso de este tipo de análisis se toma una muestra de sangre, para descubrir si hay anticuerpos contra el SARS-CoV-2 en la persona. Estos son las defensas que genera el sistema inmune contra la enfermedad, una vez que se haya superado. Son útiles para saber si en el pasado se tuvo COVID-19.
Debido a la naturaleza del método, no funcionan para detectar virus presente en el momento de realizar la prueba, sino que solo sirven semanas después de haber enfermado. Aunque la prueba arroje un resultado negativo, la persona puede estar infectada. Si los síntomas están vigentes, es mejor realizar otro tipo de examinación. De la misma forma, tener anticuerpos no significa inmunidad completa, por lo que sigue siendo necesario tomar precauciones.
Cabe recordar que estos instrumentos son útiles para la vigilancia epidemiológica y la detección del virus solo cuando se siguen adecuadamente sus instrucciones de uso. Asimismo, las medidas de prevención de contagios son sumamente importantes aunque se haya realizado una prueba, pues los resultados que arrojan no garantizan una protección completa contra la COVID-19. Es importante consultar a una o un especialista para decidir cual prueba es más conveniente.