Una de las virtudes del presidente López Obrador es la de hacerse el ofendido y hacer el “spin” (giro) de la noticia a su favor ayudado por el aparato mediático estatal, comenzando por la mañanera. La verdad es que lo hace muy bien y sólo es necesario para que sea efectivo, contar con un público que no lea periódicos, no vea noticias, ni programas de análisis para creerle con la ceguera de la ignorancia o bien con la intención de obtener algo a cambio.
Con esa fórmula, la misoginia del presidente vuelve a mostrarse de manera descarada al permitir que su partido registre la candidatura de Felix Salgado Macedonio a la gubernatura de Guerrero por morena. Ni más ni menos que un denunciado de violación por cinco mujeres se encamina sin mayor problema a abanderar al partido oficial a pesar de las denuncias y de que el Colectivo Nacional de Mujeres y Basilia “N” una de las presuntas victimas acusaran a López Obrador de encubrir a un violador. El spin lo otorga el presidente de Morena Mario Delgado al responder que “nosotros no podemos juzgar” porque se perdería la presunción de inocencia. Es tanto como defender que una consulta a mano alzada sea democrática.
Lo que importa para el presidente y sus aliados es ganar las elecciones federales y locales de este año, no importa cómo. Por eso el desastroso plan de vacunación tiene dos estrategias principales. La primera, vacunar a la población de las zonas más afines a morena, las zonas más marginadas aunque sean las que menos índice de contagio tienen y la segunda hacerlo directamente sin permitir que otros actores ayuden porque entonces no estarían los mentados “siervos de la nación” adoctrinando y recabando información útil para la movilización electoral.
Por eso diversos incondicionales suspirantes a cargos de elección popular por morena defendieron ayer el desastroso primer día de vacunación de adultos mayores que los tuvo con largas horas de espera y sin las medidas de sana distancia esperando su turno para vacunarse afuera de los centros de vacunación. El siempre tristemente célebre Antonio Atolini uno de los aplaudidores de López Obrador y el socialismo en México desveló ayer en un lamentable tweet el espíritu de la transformación de cuarta: “los fifís que están tuiteando que les pega mucho el sol, que hay mucha gente, que están en la calle y que les molesta esperar… Buenas tardes y bienvenidos a su primer contacto con la salud pública, con el pueblo, aquí no se les pide tarjeta de crédito para gozar de salud”.
Como si fuera ilegal tener dinero, como si no fuera ético ir a un hospital privado, como si no pagáramos impuestos que nos permitieran quejarnos del uso que se les da. A los admiradores del socialismo se les hace normal que la población tenga que hacer filas para todo como ocurre en Cuba y Venezuela hasta para obtener comida y les ofende que los ciudadanos osen quejarse por la nula empatía de los morenistas para con los adultos mayores. Este sector de la población se suma a muchos otros que han sido ofendidos por el presidente y sus simpatizantes.
Los otros ofendidos por el presidente han sido el personal médico que no tenía el equipamiento necesario durante meses para enfrentar el virus y derivó en fatalidades y luego para colmo trajeron médicos cubanos a nadie sabe qué, aunque todos sospechamos que fue para adoctrinar y de paso enviarle dinero al régimen dictatorial cubano. Ha ofendido a los estudiantes mexicanos en el extranjero, a los arquitectos, a los servidores públicos en general comenzando por los policías federales, a empresarios, y los niños y mujeres enfermos de cáncer que no han recibido sus medicamentos oportunamente durante esta administración, además de las mujeres en general que son el 52% de la población.
Pero lo importante es que “el pueblo bueno y sabio” vea que tiene éxito y para eso dos cortinas de humo. El presidente tiene covid y luego una milagrosa recuperación para inaugurar un aeropuerto que ya existía, el aeropuerto militar de Santa Lucía, ahora bajo el nombre de Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles y todo su séquito aplaudiendo.
Todo esto mientras que el Inegi reportó que se perdieron 2 millones 352 mil empleos en el último trimestre de 2020 y estamos a punto de llegar a los 2 millones de infectados por covid y superamos los 174 mil muertos, ¿se imagina la cantidad de familiares y amigos ofendidos?