
Chile es uno de los países que más vacunas contra COVID-19 ha aplicado con respecto a su población en el continente americano. De hecho, también se encuentra en los primeros lugares a nivel mundial. Por ello, ha sido visto como un caso de éxito y ejemplo para la región. Sin embargo las últimas semanas ha mostrado un acelerado incremento en los contagios y hospitalizaciones. Esta aparente contradicción tiene varias explicaciones, las cuales también deberían ser tomadas en cuenta por otros países.
En respuesta, esta nación ha implementado nuevamente limitaciones muy estrictas, pues sus estadísticas son las peores desde que llegó la pandemia a ese país. De hecho, la curva de casos diarios ha superado ya el punto máximo que se vio el junio de 2020, lo que da cuenta del tamaño de la emergencia.
Confianza excesiva en la vacunación
Como se mencionó, Chile cuenta con una de las mayores tasas de vacunación en la región. El país andino tiene una población aproximada de 19 millones de habitantes, de las cuales 7 millones han recibido al menos una dosis. Esto quiere decir que aproximadamente 45% de la población ha recibido ya su primera vacuna y cerca del 20% ya cuenta con el esquema completo.
Este avance ha provocado un exceso de confianza, pues se relajaron de las medidas de prevención sanitaria. Incluso, las propias autoridades chilenas disminuyeron restricciones y otorgaron permisos para salir de lugares de residencia durante el periodo vacacional, que ocurrió durante el verano en el hemisferio sur. La gran movilidad de personas y los pocos cuidados que se tomaron fueron un detonante para esta explosión en los contagios.
Esta situación ya había sido advertida por la propias autoridades de la Organización Mundial de la Salud, que dijeron en enero que “Los países que apuesten todo a la vacuna, terminarán perdiendo“. Esta advertencia no pone en duda la efectividad de las vacunas, sino que hablaba acerca de la necesidad de acompañarla con medidas de prevención.
Nuevas variantes
Otro factor que puede entrar en juego son la aparición de nuevas variantes del SARS-CoV-2, las cuales pueden tener efectos en la transmisibilidad del mismo. Los virus se replican cada que entran a algún organismo, por lo que no es de sorprender que surjan mutaciones. Estas son pequeños cambios en su composición genética, que ocurren al llevar a cabo este proceso.
La extensa mayoría de mutaciones no representan nuevos riesgos, pero algunas veces se forman nuevas variantes que afectan la forma de actuar del coronavirus. Si bien hasta ahora las vacunas han probado ser altamente eficaces, es posible que nuevas variantes disminuyan la efectividad de las mismas, poniendo nuevamente en riesgo a la población ya inmunizada.
Esto pudo ocurrir en Chile, ya que se han confirmado casos de infección con la variante P.1 dentro del territorio. Esta ha sido conocida por ser más contagiosa, aumentando también la probabilidad de enfermedad en pacientes que ya la superaron una vez.
Respuesta gubernamental
Debido a este incremento en casos y hospitalizaciones, las restricciones rápidamente se endurecieron. Entre las medidas impuestas están toques de queda, cierre de fronteras, limitación a la comercialización de productos y restricción a los permisos de movilidad entre regiones. Incluso se han pospuesto las elecciones previstas para este mes de abril.
El contraste con lo vivido en semanas previas es muy grande, pues varias zonas pasaron de tener escuelas y centros comerciales abiertos a volver a un confinamiento total. Las restricciones provocan perjuicios económicos y sociales, los cuales agravan la situación se viene arrastrando desde el año anterior.
Estas medidas tienen por objetivo detener este incremento en los contagios, que por ahora ha puesto en serio peligro de saturación a los hospitales de este país, sobre todo las unidades de cuidados intensivos. Las repercusiones de este aumento en el número de pacientes pueden ser todavía mayores y el camino para revertirlas no será sencillo.
El caso chileno es una muestra de lo fácil y rápido que puede crecer el riesgo epidemiológico en un lugar si no se siguen las medidas de prevención adecuadas. Esto puede ocurrir aún con una avanzada campaña de vacunación, por lo que es sumamente importante no relajarse ni mucho menos confiarse hasta que la pandemia haya terminado por completo.