Francisco Javier Luévano Núñez apenas tiene 41 años pero su carrera política en Aguascalientes, y vida partidista desde el PAN, podría ser envidiable para miles de veteranos. Para 2021, está en la recta final de su cargo como diputado federal propietario en la LXIV Legislatura, al cual llegó por mayoría relativa.
Antes de eso ya fue alcalde de su natal Calvillo (uno de los tres municipios más grandes de Aguascalientes) y tuvo algunos períodos en posiciones claves dentro del Gobierno Estatal como Jefe de Compras (2005) y Secretario de Gobierno (2016-2017). Por si fuera poco, quien fuera líder juvenil también fue legislador local de 2007 a 2010. Todo esto, por supuesto, bajo el cobijo de Acción Nacional.
¿Cómo es entonces que una figura fresca y prometedora hace de lado toda esa trayectoria para falsear datos en busca de una reelección sin hacer campaña?
Esta es la historia de como Javier Luévano prefirió no competir contra Morena y otros partidos por el Distrito 1 (el identificado con los municipios rurales), y aprovechar sus relaciones en la dirigencia nacional para buscar una reelección segura pero como legislador y candidato indígena. Con un ligero gran problema: los chicahuales, la comunidad indígena con la que supuestamente se identificó por medio de un documento y número telefónico, han negado cualquier lazo con el todavía diputado federal.
O en pocas palabras: Luévano está mintiendo para reelegirse, sin hacer campaña.
Vamos por partes.
El falso origen indígena
Luévano, quien desde joven se ha identificado mediáticamente y de manera social como panista de cepa pero nunca como miembro de una etnia, presentó ante la autoridad electoral una constancia que supuestamente lo validaba como parte del pueblo de los chicahuales. Incluso los requisitos del INE piden medios de contacto para validar los papeles.
De acuerdo a una columna de El Universal, Luévano habría mentido y dado datos apócrifos ya que el líder de los chicahuales desde 1970 (Felipe de Luna Rodríguez) aclaró por dos vías que no les sería posible apoyar al joven panista:
- No lo conocen en el pueblo chicahual
- La comunidad chicahual ni siquiera es una etnia de origen mexicano: tiene orígenes de España y Arabia.
El registro ante el INE
Aunque Luévano Nuñez ganó en 2018 la elección del Distrito I, tradicionalmente identificado como el correspondiente a las zonas rurales de Aguascalientes, como parte del Frente Por México y en realidad siglado por el PRD (bancada a la que renunció en días y se sumó a la de Acción Nacional), el todavía legislador ha preferido ahorrarse la campaña y ser parte de los elegidos del grupo de Marko Cortés para tener otros tres años seguros desde el Congreso.
De hecho, de no ser por la cobertura mediática a su falseo de documentación sobre la etnia chicahual, la narrativa sería que Acción Nacional en lo local prefirió que Luévano no tuviera reelección pero vamos a ese detalle más adelante.
Las propuestas entonces fueron, de Acción Nacional en solitario, Mónica Becerra para el Distrito 2 y Paulo Martínez para el Distrito 3.
El Distrito I, el que ganó Luévano hace tres años, ahora tiene una propuesta de “Va Por México”, el bloque del PAN junto al PRI y PRD.
¿Dónde queda Luévano en las listas? Sería raro o consecuencia de un asunto de fuerza mayor el que un panista con un ascenso meteórico (ya fue alcalde, diputado local y Secretario estatal de primer nivel), y justo está en la lista de candidatos plurinominales de la segunda circunscripción junto a otra panista de Aguascalientes: la alcaldesa de con licencia Tere Jiménez.
Sólo hay un detalle: el lugar de Luévano, que prácticamente le aseguraba seguir en el Congreso sin hacer campaña, estaba reservado para candidatos de acciones afirmativas.
El caso del Mijis, que también falseó documentos, fue nota nacional
Pedro Carrizales “El Mijis”, el empresario de San Luis Potosí que saltó a la fama nacional por ser una figura refrescante ante los políticos tradicionales, es un caso similar al de Luévano.
Más que tener una trayectoria interna relevante en el bloque de Morena-PES-PVEM-PT, Carrizales cuenta con buena prensa nacional y relativa popularidad en San Luis Potosí (hoy es diputado local) pero aún así prefirió no hacer campaña y falseó también su documentación para entrar en una candidatura reservada para acciones afirmativas, por la vía de de candidato indígena.
El INE se dio cuenta y fue parte de las propuestas de Morena echadas para atrás en la misma tanda que también se rechazó por primera vez a candidatura de Félix Salgado Macedonio (por no realizar bien su fiscalización).
Lo sucedido con Carrizales es prácticamente el mismo caso que con Luévano: no querer hacer campaña y tener una candidatura plurinominal segura, en un espacio para candidato indígena al presentar documentación falsa.
No son los únicos
En Culiacán hubo candidatos a diputados locales plurinominales de un partido local (PAS) que también fingieron pertenecer a una etnia y no son reconocidos por las autoridades de pueblos indígenas correspondientes.
En Proceso leemos acerca de que en 2018 también existieron un puñado de casos como el de Luévano y Carrizales:
En 2018 los partidos también postularon candidatos indígenas de forma irregular. En esa elección tenían la obligación de cumplir esa acción afirmativa en al menos 13 distritos de mayoría, pero el PVEM hizo pasar como indígenas de la población tzotzil a dos ex funcionarios del gobierno chiapaneco.
Estos fueron Humberto Pedrero Moreno –quien luego saltó a la bancada de Morena– y Roberto Rubio, en ambos casos, pese a las denuncias fueron confirmados por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF).
La suplantación de identidad para tener una candidatura también se ha visto a niveles en el que hombres fingen ser ser mujeres trans en Oaxaca por la posibilidad de tener un curul. en 2018, 17 hombres simularon ser muxes.
