Al día siguiente de ver la película Dark Waters me sentí insegura en la cocina, algo que no me había sucedido desde hacía un buen tiempo, miré mi crepera, la sartén de 6 pulgadas y aunque dice “titanium” y no teflón pensé mucho en no usarla nuevamente para hacer el desayuno e inclusive en no volver a utilizar la tetera, pues no es de cristal sino de plástico y eso me causó temor.
El Instituto Mexicano del Seguro Social ha mencionado en sus publicaciones en redes sociales que el plástico puede causar más de 25 tipos diferentes de cáncer, también se han hecho estudios que comprueban que hay residuos de plásticos en los intestinos de gran parte de la población mundial ya sea por alimentos que están mezclados con plástico (cómo el arroz importado de China que se vende a granel en los mercados) como por lo utensilios.
Después de encontrarle mil usos al plástico en la vida humana se descubrió que es dañino para nosotros, sin embargo, pese a ello la industria ha seguido haciendo reinvenciones de este para uso humano provocando así contaminación y enfermedades, justo como nos lo cuenta la película Dark Waters.
Dark Waters cuenta la terrible historia de una fábrica de Dupont en West Virginia en Estados Unidos que contaminó el agua, la tierra y provocó la enfermedad de las personas de Parkersburg y que con el paso del tiempo nos toco un poco a todos debido a que los desechos tóxicos de la fábrica volaron por los aires por lo que por cielo, agua y tierra produjo un gran daño nocivo al planeta tierra. De hecho, derivado de la investigación criminalística de este caso sabemos que en la actualidad el 99% de la población tiene ya en la sangre residuos del PFOA, así como todas las criaturas vivientes del planeta.
El PFOA el ácido pertfluorooctanoico, también conocida como C8, fue creada por 3M hace más de 40 años y su función era proteger a los vehículos militares de la corrosión, hablamos entonces del teflón.
El PFOA es un químico que permanece mucho tiempo en el cuerpo, para el organismo es muy difícil depurarlo por lo que su presencia es, en algunos casos, mortal.
El teflón ha tenido muchos usos en nuestra vida, está presente en productos de limpieza, ceras, pinturas, papel, cajas, envolturas de “grado alimenticio”, sartenes y muchos más.
El problema es que Dupont siempre supo que era muy dañino y tóxico, por lo que no hablaba de ello y nunca dio a conocer el reporte completo sobre el grado de toxicidad por lo que su regulación era “legal” pues la verdad no era conocida.
Pero un día un granjero se cansó de ver como su ganado enfermaba y moría de una manera poco natural, grabó las autopsias de sus animales, buscó toda la información que pudo y buscó a un prominente abogado ambiental corporativo Rob Bilott.
Rob Bilott pensó en no tomar el caso, sin embargo, el conocía el pueblo de Parkersburg, su abuela vivía ahí y además había jugado un par de veces en la granja donde perecía extrañamente el ganado así que comenzó a investigar y luchar por encontrar la verdad durante años y sufriendo los daños colaterales de su lucha como graves problemas de salud por el estrés, recortes salariales y temor a perder la vida debido a la gravedad del caso.
La historia salió a la luz en 2016 cuando el suplemento dominical de New York Times publicó la crónica. Para esa fecha 3,535 personas habían ya demandado a Dupont por enfermedades derivadas del PFOA después de haber hecho un estudio a 69 mil habitantes de la zona.
El gran protagonista de la historia, el abogado Rob Bilott aceptó hacer la película con el fin de continuar difundiendo el daño que produce este químico y el porqué es importante el evitarlo pues, aunque sabemos que es muy dañino aún no se prohíbe su venta en el mercado.
Lo terrible es que no es una historia de ficción sino de la vida real y que muchas personas han sufrido por causa de este químico que se encuentra en todas partes.
La gran pregunta es ¿qué más tiene este químico? Pues en ocasiones no leemos todos los ingredientes de los productos que consumimos y tampoco hacemos caso a las recomendaciones.
Siempre nos dijeron que las sartenes de teflón eran peligrosas, pues el plástico se desprendía y nos lo comíamos, que no debíamos freír nada, pues el aceite hacía que las partículas de plástico se impregnaran en la comida, etc.., de alguna manera sabíamos que no era apropiado y, el hecho es que el PFOA entra nuestro sistema aún siguiendo todas las recomendaciones.
La pregunta aún no se responde y quizá los sartenes de cerámica también tienen una cobertura de teflón y los que dicen titanium aún siendo franceses o muy caros pueden tener algo de PFOA sin que lo demuestre en sus componentes el etiquetado.
Lo mismo sucede con las bolsas enceradas de palomitas, papel para envolver alimentos y demás, mejor volvamos al papel simple como hacíamos antes y a las palomitas de sartén, claro en acero inoxidable.
Es importante el ver como tener una vida más saludable pese a los alimentos transgénicos, las mil y una presentaciones del plástico.
Dark Waters es una película del 2019 que nos hace reflexionar sobre nuestros estilos de vida, lo que la sociedad del consumo ha provocado en pro de la practicidad, así como la oferta y demanda y, sobre todo sobre la poca importancia de la salud pública.
Laus Deo
@paulanajber