- Redes de apoyo son importantes para prevenir y combatir situaciones de riesgo
- La discriminación dentro del Cereso es lo que más identificó la población LGBT con la que se trabajó
Durante la Primera Semana de Salud Mental Penitenciaria 2021 que se celebró en el Cereso Aguascalientes, promovido por la Dirección General de Reinserción Social, se realizaron diferentes actividades para sensibilizar a las personas privadas de su libertad acerca de la importancia de atender la salud mental.
En el marco de dicho evento se llevó a cabo el taller Del miedo al amor: Autocuidado y Redes de Apoyo para Población LGBTIQ Privadxs de su Libertad, impartido por la licenciada en psicología Fabiola Lizeth Ramírez Ramírez, en el Cereso varonil, quien platicó con LJA.MX sobre cómo fue trabajar con este sector y la importancia de tener buenas relaciones para tener una buena resiliencia.
En el taller participaron personas de la diversidad sexual privadas de su libertad en donde cada uno, con base en su experiencia, habló sobre qué herramientas tienen de autocuidado para prevenir y protegerse ante situaciones violentas dentro y fuera del sistema penitenciario. En el taller se hizo hincapié en que la violencia es responsabilidad de quien la ejerce, pero que dentro del espacio de control se pueden generar estrategias de autocuidado.
La especialista comentó que las redes de apoyo son parte fundamental en factores de protección en general y con ello se lograrían identificar espacios seguros o personas confiables y cuáles no lo son.
“En algún momento comentaron que entre ellos y ellas no se conocían, muchas veces no se identifican como población diversa y juntas pueden compartir sus experiencias y pueden hacer un grupo fortalecido dentro de este lugar donde pueden buscar más talleres o seguimiento terapéutico. El objetivo será que se apoyen entre ellos, que puedan ser un apoyo emocional o moral en situaciones de soledad o temores que tenemos todas las personas. El trabajo desde lo colectivo siempre va a ser más funcional que desde lo individual, las redes de apoyo los pueden hacer más fortalecidos y menos vulnerables”, comentó la psicóloga.
Puntualizó que estas redes de apoyo son de muchísima utilidad en cualquier espacio, no sólo dentro del sistema penitenciario: “El simple hecho de conocer que mi problemática no es aislada, que la comparto con otras personas y que se pueden sentir muy similar a mí, provocaría que baje mi ansiedad y el estrés, poniéndome en una disponibilidad emocional para resolverlo, y si cuento con otras manos u otros saberes, se potencializa los recursos emocionales y prácticos. Son temas básicos para prevenirnos en situaciones de riesgo o para protegernos de una situación violenta”.
Se identificó que muchas de las problemáticas que se tienen en el taller se relacionan mucho con lo que viven fuera. Básicamente lo más común sigue siendo la discriminación dentro del Cereso, “no hablaban de una situación en específico, si no la sensación de sentirse menos, que los hacen a un lado, sobre todo por los mismos compañeros”, dijo. Subrayó que en un espacio en donde hay tantas personas es imposible controlar todas sus actitudes, por lo que dijo que es necesario trabajar con temas de no discriminación con la población en general, con cada una de las personas.
En la población trans esta discriminación se muestra con el deadnaming, es decir, que se les sigue nombrando en masculino cuando se identifican como mujeres.
Reconoció que hace falta seguir trabajando con la población LGBT, pues mostraron el interés de desarrollar más habilidades, de tener una psicoeducación y querían informarse acerca de cómo ejercer sus derechos en la parte legal, que a veces desconocen.