Ladislao Rafael Juárez Rodríguez/ Imágenes de Aguascalientes - LJA Aguascalientes
31/03/2023

De nueva cuenta la muerte volvió a hacer de las suyas, ahora en la persona de Ladislao Rafael Juárez Rodríguez, que dejó de ser contado entre los vivos el pasado 9 de noviembre. Con su desaparición, Aguascalientes pierde a uno de sus artistas más completos.

Ya sé que nadie se muere la víspera y que estando vivos cualquier edad; cualquier momento, es bueno para se lo cargue a uno la pelona, pero… Pero con Rafael me quedo con la sensación de que todavía tenía y podía darnos mucho. Así lo indicaban sus ojos, siempre vivos, llenos de luz; siempre claros, que ahora la tal por cual muerte apagó de manera definitiva.

Platicando con una amiga común, mi querida María Teresa Macías Díaz Infante, me decía que Rafael se consideraba, en primer término, antes que músico, teatrero. Precisamente en esta dimensión de su arte, hace justo un mes, el 8 de octubre, participó en una discusión provocada por Jess Ma Dottora-Capitano en su página de facebook, a propósito de la remuneración de los artistas, en este caso de teatro, procedentes de carreras profesionales de esta actividad, en comparación con otros, que tienen otra formación, no forzosamente artística, pero que perciben iguales ingresos. O sea que ocurre que la preparación profesional no se refleja en el ingreso.

Rafael, que en el teatro lo fue todo, tramoya, productor, actor, director, dramaturgo, pero que se formó en la práctica, mucho antes de que existieran las opciones profesionales, por lo menos en Aguascalientes, manifestó su desacuerdo con esta perspectiva, y entre otras cosas escribió lo siguiente: “Es impresionante la cantidad de egresados de artes escénicas, ¿ello es igual al cúmulo de talentos? Te propongo un ejercicio de lectura a primera vista con recién egresados, algo sencillo, no verso, no siglo de oro… La gran mayoría… ¡No saben leer! (me consta), por supuesto no cuestiono a la academia, al contrario, pero sí a quienes se aferran en estar en un espacio que tal vez no les corresponde (y a quienes solapan que ello ocurra)… Disculpa la visión de este teatrista sin títulos nobiliarios…”

Me quedo con esto último: Rafael fue un teatrista sin títulos nobiliarios. Por otra parte, la nota refleja una constante de su vida, su espíritu analítico; siempre crítico.

Esta fotografía, que tomé hace poco más de siete años, el 30 de octubre de 2014, procede de un montaje teatral de su autoría, que hizo junto con Daniel Viveros en el Centro Cultural Universitario. Se trata de ¡Juímonos!, o de la bola perdida, que se presentó en el contexto de las recordaciones por el centenario de la Convención de Aguascalientes. Felicitaciones, ampliaciones para esta columna, sugerencias y hasta quejas, diríjalas a [email protected]


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