- No es solamente a nuestra pequeña institución que está en riesgo, sino la libertad de cátedra, la posibilidad de que haya esta educación pública de calidad en el país: Catalina Pérez Correa
- Coinciden los estudiantes: “Este ataque al CIDE se puede extender a otras casas de estudios”
En Aguascalientes se manifestó la comunidad académica y estudiantil del Centro de Investigación y Docencia Económica (CIDE) a la par de la que se realizó a las afueras del Senado de la República para que sus demandas de autonomía universitaria y ciencia libre sean escuchadas, luego de que continúa el conflicto con las autoridades.
El día de ayer y por cuarta ocasión, la directora general del Conacyt, María Elena Álvarez-Buylla canceló através de un tuit la mesa de diálogo propuesta por la comunidad del CIDE en el Instituto Mora, lugar seleccionado como neutral para este diálogo, en el que el principal punto es la destitución de José Antonio Romero Tellaeche como director general del CIDE, después de haber removido al director del CIDE Aguascalientes, Alejandro Madrazo, alegando “por falta de confianza”, y de la secretaria general Catherine Andrew, “por rebelde”, luego de que ambos hicieran pública la defensa a las cátedras Conacyt.
La profesora investigadora Catalina Pérez Correa se manifestó acá en Aguascalientes, en compañía de otros profesores y la comunidad estudiantil, en donde comentó que el motivo que los llevó a posicionarse es el “desfinanciamiento de los centros de investigación y educación pública del país, hay declaraciones del presidente en contra de la autonomía universitaria, han tratado de ejecutar órdenes de aprehensión en contra de 31 investigadores de centros públicos de investigación por delincuencia organizada, el delito más grave que existe hoy en los códigos penales”.
Destacó que las luchas estudiantiles se han dado en México cuando los gobiernos han sido más autoritarios, “es un síntoma de algo que está pasando. Creo que no han alcanzado a entender la gravedad de que se acuse a investigadores, 31 investigadores, algunos del Conacyt y otros del CIDE, y ahora llega la imposición de un director que la comunidad rechazó y que llegó con una idea de que las investigaciones que nosotros hacemos no sirven, no son útiles para la sociedad, que son conservadoras, que son neoliberales, que son de oposición, categorías que ahora son comunes para decir ‘ustedes no’”.
Catalina Pérez Correa comentó que la comunidad se encuentra preocupada “porque lo que vemos no es solamente nuestra pequeña institución que está en riesgo, sino la libertad de cátedra, la posibilidad de que haya esta educación pública de calidad en el país en la que sean los docentes los que decidan qué se imparte en las aulas en función de los avances científicos y no de la línea que dicta el gobierno. En cuanto a las vías jurídicas por agotar para la resolución del conflicto, destacó que se presentó ante el Senado “la reforma de la Ley de ciencia y tecnología sobre la autonomía del CIDE y de otros centros públicos de investigación, también tenemos varias denuncias frente a la Función Pública en contra del director por usurpación de funciones, por llevar a cabo el ejercicio de su función sin apego a la ley, tenemos un secretario académico que no tiene nombramiento todavía y que está ejerciendo funciones, también una serie de amparos que se presentaron frente al Poder Judicial de la Federación para tratar de revertir lo que hoy vemos como un atropello a nuestra institución”.
César Palma, estudiante de séptimo semestre de Ciencias Políticas del CIDE, comentó que la destitución de la secretaria académica interrumpe procesos administrativos, “los intercambios a otros países para continuar los estudios se pueden ver debilitados por la destitución de la secretaria académica, además de que llegan con un plan de trabajo que impone una ideología, que porque debe haber mayor diversidad, y en el CIDE no estamos en contra de otras maneras de pensar, pero este argumento lo usan para impulsar sus propias perspectivas, lo que sesga la ciencia. Llevo cuatro años en el CIDE y he conocido de todo, el CIDE acepta la pluralidad, se favorece a otros estudiantes que vienen de todos contextos, de otros estados, de diversas condiciones económicas y sociales”.
El estudiante abundó en que se decidió tomar las instalaciones porque cuando buscaron el diálogo “íbamos a hacer una manifestación pacífica y sin embargo cerraron la institución, prefirieron eso a dialogar, decidimos entonces tomarla para centrar la atención y ser escuchados para que tuvieran disposición de dialogar”.
En días pasados, ante la pregunta sobre el conflicto del CIDE, el presidente Andrés Manuel López Obrador minimizó la movilización y consideró que “es un despropósito” de mucha “deshonestidad intelectual” de los académicos comparar este conflicto con el movimiento del 68: “Ya los estoy viendo venir, Andrés Manuel Díaz Ordaz. Zafo”, remató.
“El ambiente es de preocupación”, expresó Pérez Correa, “quisiéramos estar en nuestros cubículos enseñando, haciendo nuestras investigaciones y en lugar de eso estamos en las calles explicándole a la gente en las plazas públicas por qué estamos descontentos y qué está pasando en la educación pública. El sentimiento es de frustración, de miedo también por cuál es el futuro laboral que nos espera, y también de enojo porque no nos esperábamos que un gobierno de izquierda estuviera impulsando también este tipo de decisiones”, mientras que el estudiante César Palma comentó que: “Nuestra comunidad ha estado muy unida, parece que somos pocos pero por lo mismo de que muchos estudiantes vienen de diferentes estados su situación personal no les permite están aquí apoyando al movimiento, sin embargo por redes sociales o diseño de comunicados han estado apoyando, nos estamos apoyando en todo, argumentativo, legislativo, han realizado amparos. Este movimiento no es solo de nuestra comunidad, es de todos los que están interesados en la educación pública y plural, diversa, y vemos que este ataque al CIDE se puede extender a otras casas de estudios”.
