De nueva cuenta la corresponsalía del Seminario de Cultura Mexicana en Aguascalientes está de luto… y estoy seguro que con la agrupación muchas personas, debido a la desaparición, el pasado 10 de enero, del artista plástico Alfredo Zermeño Flores, uno de sus miembros más longevos, sostén de la corporación en sus horas más oscuras, pintor, restaurador, buen hombre, cuya firma se encuentra por todas partes, en templos, edificios públicos, etc., ya sea en obra propia o en restauraciones, que también gustaba de llevar a cabo.
Digo de nueva cuenta porque en el fin del año anterior falleció la maestra Elvira López Aparicio, y ahora él… De hecho podría publicar nuevamente la imagen que apareció en este espacio hace un par de semanas, en el que la maestra López aparece conversando con el maestro Zermeño… Como si se tratara de una premonición.
Hace unos años le dijo a Salvador Camacho Sandoval lo siguiente que bien puede considerarse como un programa de vida; de trayectoria artística. Y dice: “No busco, encuentro. Para mí no es un sufrimiento el trabajo, sino un deleite. Lo que hago, bien o mal, si veo que está dramático, creo que salió algo que tenía guardado o está fluyendo, pero no lo hago conscientemente, como muchos otros, pensando que el público va a tener una reacción. Yo pienso en rescatar la memoria. He encontrado un abismo de posibilidades en la pintura abstracta … En cada partecita hay universos, en la textura… Es leer entre líneas…”
La imagen lo muestra en el proceso de pintura de los murales del Palacio Legislativo, al lado de un campesino surgido de sus manos. Felicitaciones, ampliaciones para esta columna, sugerencias y hasta quejas, diríjalas a [email protected].
