Deseo abrir esta colaboración con un sentido y agradecido homenaje In Memoriam a la poeta, narradora y ensayista Dolores Castro Varela, perteneciente a la nutrida Generación del 50, (Fuente: LJA.MX. Muere la poeta Dolores Castro, “devota de la sencillez”. Carlos Paul. 2022-03-30), originaria de Aguascalientes, en donde nació el 12 de abril de 1923 y falleció este miércoles 30 a la edad de 98 años. Premio Iberoamericano de Poesía Ramón López Velarde 2013. Ganadora del Premio Nacional de Ciencias y Artes en el campo de Lingüística y Literatura, 2014. El Municipio de Aguascalientes a través del IMMA, con motivo del Día Internacional de la Mujer, el viernes 08 de marzo, 2013, realizó el lanzamiento de la Convocatoria del Premio Nacional de Poesía y Narrativa “Dolores Castro”, en su honor, y destacándola como una mujer ilustre de Aguascalientes.
Unas semanas más tarde, el martes 23 de abril, 2013, con motivo del Día Internacional del Libro, el mismo municipio llevó a cabo un Maratón de Lectura en Voz Alta/ En homenaje a la Mtra. Dolores Castro y el Mtro. Víctor Sandoval, que se llevó a cabo en el Foro Cultural Carranza, en el marco de la FNSM 2013. De cuya lectura entresaco la selección de poemas de ella que fueron recitados: – Dolores Castro. Caín. Parte II. De Oleajes. / Fluir, Estar, Dolor
De Oleajes. / Canta. / Jinete, Elegía a Javier Peñaloza, Dolores C. y Víctor Sandoval. / Miro. Árbol. / Agua Tocada. / Destino. / Llamado del hijo. / A sombra de luz. / Puerta entreabierta, De Oleajes, Vendrá su telaraña de palabras. / De Qué es lo vivido. I. / Las palabras. / Epílogo. Me duele el siglo. / Alguna vez hemos escrito… (Veterano de guerra, Frag.). / Son de esas colas que el ratón esconde. / De Qué es lo vivido. II. / De Qué es lo vivido. III, IV y V. / De Qué es lo vivido. VI y VII. / El huizache. / I, II y II. De Siete poemas. / Tú tienes tu lugar, aquí está el mío. / La Madrugada de El veterano de guerra. / De la sombra y el fruto. / Ínsulas danzantes//. En dicho maratón, a cada conjunto de 8 lectores, se inserta un audio sonorizado, tomado del poema Fraguas, del Mtro. Sandoval. – Sirva, pues, este apunte, que evoque el vuelo de su voz, ahora de feliz memoria.
Y, viniendo ahora a cosas más del mundo del negocio que no del ocio creador -al decir de Agustín de Hipona-, me voy a referir a un tema que está en boca de todos: la democracia, y más precisamente de su inestable equilibrio. La ya inminente jornada de votación por el inexacto y desvirtuadamente calificado Revocación de Mandato, ha sido propuesto desde la presidencia de la República como una opción de la “democracia participativa”, bajo el corolario de que hasta ahora muy poco se conocía y mucho menos se venía practicando en México. En suma, casi un logro y hasta un don democrático al pueblo, desde el nuevo cambio político. Aunque no dejamos de ver que, ante la intensidad de su vocinglera propaganda, el poder político en turno se apresta a copar las urnas, en su insaculación, de cantos sirénidos a la popularidad del régimen pretendidamente inaugurado, y obviamente en loas a su exaltado líder cesáreo.
Por lo cual, urge traer a la memoria algunos conceptos fácticos, duros y precisos sobre la democracia en acción. Y en primer término voy a invocar la definición de la “democracia deliberativa”. Por ella, autores como Diego Gracia Guillén, médico y académico español, sintetiza el imperativo de la democracia deliberativa diciendo: “Quiero finalizar mi convencimiento de que el éxito de la bioética se ha debido a la necesidad que la sociedad civil siente de reflexionar y deliberar sobre los problemas relativos a la gestión del medio ambiente, del cuerpo y de la vida de los seres humanos presentes, y de nuestros deberes para con las generaciones futuras. Ya no pueden ser los médicos, ni los políticos, ni los economistas, ni tampoco los sacerdotes o los teólogos quienes detenten el monopolio de la decisión en este tipo de cuestiones. Ha de ser la sociedad entera la que delibere y decida sobre ellas” (“De la Bioética Clínica a la Bioética Global, Treinta Años de Evolución”. Acta Bioética 2002, año VIII. No. 1).
Razones para deliberar tenemos delante de sobra. Comenzando por el abrumador sentido de impotencia que hemos estado experimentando por la Pandemia del Sars-Cov2, su incierta persistencia en el tiempo y el espacio del mundo entero, y sus amenazantes secuelas; la relativa defensa desde las vacunas y las indispensables medidas de prevención y cautela para evitar el pernicioso contagio. Luego, la crisis económica mundializada concomitante que se profundizó ante la desactivación de amplias y graves relaciones sociales a causa de la internación necesaria en los hogares y la desocupación imperativa de los sitios públicos de mercado y concurrencia productiva. Luego, luego la incidencia de una guerra asaz atrabiliaria, injusta y brutal ejercida por Rusia sobre Ucrania, que ha tensado las relaciones internacionales de Europa, Asia y el involucramiento del resto del mundo, mediante la intencional incidencia sobre una commodity fundamental para el desarrollo y equilibrio de los países contemporáneos, el gas y el petróleo. Su desmesurado impacto en el financiamiento de las economías nacionales, pone en zozobra cualquier economía familiar, ya de suyo disminuidas y debilitadas por las anteriores fuerzas disruptivas.
Pues bien, esta crispada realidad mundializada merece y exige del involucramiento de todos en una deliberación efectivamente democrática, que por cierto incluye, pero no se agota en un pretendido ejercicio interesado de “referéndum” que ampulosamente para México se llama hoy “Revocación de Mandato”. Ya no digamos, el desbocado barullo metido en los palacios legislativos para inducir amañadamente reformas supuestamente trascendentales para el país, como la multicitada “contrarreforma energética”, cuyos esquemas de iniciativa habrán de ser deliberados y juzgados por la Suprema Corte de Justicia de la Nación… en muy frágiles y endebles votaciones ministeriales, embarazadas de subterfugios y efectos indirectos cuajados de oportunismo y claudicación del real Estado de Derecho, pues sólo 4/cuatro votos pueden torpedear sesudos, cuajados y constitucionales proyectos deliberativos de los otros 7 ministros.
Razón de sobra para deliberar cómo un proyecto de régimen de cuarto grado de importancia y dignidad pueda socavar las fundaciones de toda una Forma de Estado, constitucionalmente erigida y soberana. Ésta sí podría y debería ser materia de un Referéndum, o “democracia deliberativa”. Y ya no invoquemos por ahora el desolador campo de la violencia física letal que campea por todo el país; amén del impotente e improductivo edificio de la Procuración e Impartición de Justicia, desdichadamente al uso y abuso de grupos de poder.
Un criterio sólido y técnico, política y jurídicamente hablando, para acudir a la democracia deliberativa es el que aporta Jürgen Habermas, destacado politólogo que razona acerca del porqué de la democracia deliberativa, (Cfr.: LJA. Nota mía. Deliberación democrática, cemento del cambio. Sábado 13 de septiembre, 2014). “Habermas está consciente de la creciente complejidad y diferenciación social y cultural de las sociedades democráticas contemporáneas. Esta significa una creciente diferenciación de las maneras de ver la sociedad, en la existencia social y el modo de construir espontáneamente los intereses propios. (…) Destaca la creatividad de los procesos políticos participativos, su carácter de procesos de aprendizaje social. Estos permitirían explicitar, descubrir o construir intereses universalizables que pudieran dar lugar a consensos políticos legítimos.
Por ejemplo, disminuir los costos de producción u operación es un interés particular de una empresa o grupo de empresas. Dicha disminución se puede conseguir depositando en los ríos cercanos substancias excedentes de los procesos de producción. El interés de liberarse de substancias contaminantes es un interés no universalizable. En cambio, mantener limpias y utilizables las aguas para fines agrícolas, recreativos y otros, sería un interés universalizable sobre el cual se pueden basar consensos sociales efectivos” (Jorge Vergara Estévez. La concepción de la democracia deliberativa de Habermas. Quórum Académico, vol. 2, núm. 2, julio-diciembre, 2005, pp. 72-88, Universidad del Zulia, Venezuela. P. 84, sub-tit.4).
Esta exploración nos permite aquilatar y dimensionar la importancia y trascendencia de ejercer nuestro derecho a gobernarnos por vías democráticas, pero sin confundirlas con figuras jurídicamente deseables y posibles que están siendo trastocadas en su sentido y significado real, de origen. Afortunadamente, existen acuciosos estudios de este fenómeno, y que ahora cito: – Nociones autoritarias de la democracia /“Authoritarian notions of democracy (henceforth: AND’s) / de los autores: Christian Welzel, Leuphana University Lüneburg©, en colaboración con Helen Kirsch London School of Economics, (2017). (Titulado: “Democracy Misunderstood: Authoritarian Notions of Democracy around the Globe”. Bajo la firma World Values Research 9 (1): 1-29 / La Democracia Malentendida. Nociones Autoritarias de la Democracia alrededor del Mundo).
Estudio que les permitió identificar geopolíticamente a los países, según sus tendencias autoritarias. Asumiendo que su índice se construye así: Esta fórmula implica que el 0 indica el polo más democrático, en tanto que la 1-unidad implica el polo extremo de autoritarismo-, la Sumatoria es de sus ADN’s/nociones autoritarias de democracia.
Método que puesto en práctica, arroja estos resultados: – países como Alemania, Suecia, Japón, Australia y Holanda se posicionan en rangos (de 0.15 a 0.25), más democráticos. Y Dichos países contrastan con Estados Unidos (0.35), con tendencia democrática; o México (0.48), una democracia incipiente; y Rusia (0.50), en la frontera democrática. Ante los que, se corren al extremo autoritario, países como Qatar, Sudáfrica, Marruecos, Yemen, Paquistán y Egipto con rangos (de 0.65 a 0.85), comportando el máximo autoritarismo, en la escala.
Si atendemos a los índices aspiracionales de un pueblo por la democracia, o en qué medida se queda corta la democracia operante respecto del deseo de la gente por ella, tenemos que: Suecia, Japón, Australia, Holanda y Nueva Zelanda tienen rangos (de -0.10 a .10); Estados Unidos (.00) –lo que indica un deseo prevalente por la democracia efectiva; México, se posiciona a media tabla (.58); Rusia, poco más lejano (.68); Pakistán (.67) y Egipto con índice (.72). Por lo anterior, podemos concluir que exigir un ejercicio en esencia democrático, pero distorsionado y tergiversado en sentido y significado, por interés político expreso es por lo menos forzoso y contradictorio.