Después de la pausa obligada durante la Feria Nacional de San Marcos, porque evidentemente los que vivimos en Aguascalientes entendemos que el año se divide en dos, antes y después de la feria, la Orquesta Sinfónica de Aguascalientes reanuda sus actividades normales con sus conciertos de temporada, aunque, evidentemente la OSA ha tenido siempre una actividad destacada dentro del programa cultural de la feria más importante de México, generalmente con tres o cuatro conciertos con repertorios muy diversos, en este caso con los tres tenores y el tributo a Soda Estéreo en el Foro del Lago y un concierto delicioso en el segundo patio de Palacio de Gobierno que ha sido una muy exitosa sede alterna de nuestra máxima entidad musical.
Pasado todo este torbellino con el que se sacude Aguascalientes en las últimas dos semanas de abril y la primera de mayo, la Sinfónica del estado regresa a su casa que es el Teatro Aguascalientes para continuar con sus conciertos de temporada.
Esta que es la segunda temporada del año 2022 es muy importante y significativa porque por un lado tenemos ya la oportunidad de disfrutar de la orquesta completa y por otro lado, de que finalmente el Teatro Aguascalientes se abra a su capacidad máxima con programas que exigen la presencia de orquestas de gran formato y no reducciones como estuvimos obligados durante la pandemia, aunque no dejamos de reconocer, incluso de agradecer, el hecho de que por esta situación, tuvimos la oportunidad de disfrutar de un repertorio que resulta muy poco probable en circunstancias normales en los diseños de concierto con orquestas de gran formato.
La Sinfónica regresó a sus actividades con un concierto compuesto por la Obertura La princesa Jaune, Op.30 de Camille Sain-Saëns, el Concierto para violín y orquesta en re de Tchaikovsky con la participación del maestro Román Pavón como solista, y finalmente la Sinfonía No.2 Roma de George Bizet. La dirección estuvo a cargo del maestro Emmanuel Siffert, director titular de la Orquesta Sinfónica de Aguascalientes.
El maestro Siffert comentaba en la rueda de prensa previa al concierto y a la temporada que evidentemente Bizet es algo más, mucho más que su ópera Carmen, sin duda su composición más conocida, tiene una música maravillosa como las suites L’arlesiane, por ejemplo. En cuanto al lenguaje sinfónico, la primera de sus dos sinfonías es la más interpretada y consecuentemente la más conocida, sin embargo la segunda conocida como la Sinfonía Roma es de una belleza y un valor musical incuestionable. Yo la había escuchado hace ya muchos años y recuerdo que me gustó mucho, pero el efecto causado al escucharla en vivo no tiene igual. Me encantó esta versión que hizo el maestro Siffert con la OSA, llevando a la orquesta hasta las más radicales posibilidades, la llevó al extremo, el maestro sabe que su instrumento, es decir, la orquesta, tiene un gran potencial, su trabajo es saberlo explotar y sacar hasta la última gota de jugo y lo hizo, esta es, por ejemplo, la diferencia entre un director de experiencia, conocedor y exigente que convence desde el conocimiento erudito de la música, y un director de peso medio que se conforma con hacer una lectura fiel de la partitura, en el mejor de los casos, y claro, evitando correr riesgos.
Me pareció muy interesante el diseño del programa de este primer concierto, con una obra que podríamos considerar como ancla, es decir, el Concierto para violín de Tchaikovski y que metió al teatro a mucha gente, y dos obras que si bien son de compositores muy conocidos: Saint-Sëns y Bizet, no son exactamente lo más escuchado de su catálogo musical.
En efecto, el Concierto para violín de Tchaikovski es una de las grandes catedrales del violín concertante, no solo del romanticismo, sino de toda la historia de la música y tiene un gran poder de convocatoria. En este caso, la responsabilidad del trabajo de solista le fue encomendada al maestro Román Pavón, concertino de la OSA, no hace mucho lo vimos resolver con técnica y reprochable y una sensibilidad a flor de piel el Concierto que Beethoven compuso para este instrumento, ahora hizo lo propio con el de Tchaikovski, una obra que como algunas de las grandes páginas de la música de concierto, no fue reconocida en todo su valor en el momento de su composición, incomprendida, sin duda, pero con el que la historia de la música ha sido justa y lo ha ubicado como una verdadera joya.
Sentí al maestro Pavón con algunas dudas durante los primeros compases, pero no tardó en encontrarse cómodo en el escenario y terminó por disfrutar inmensamente su ejecución y ese deleite lo transmitió al público que en muy buen número se dio cita en el Teatro Aguascalientes. De verdad una interpretación impecable, incluso no temo decir que virtuosa, intensa, emotiva, profundamente sensible, imposible tocar a Tchaikovski sin esa sobredosis de hipersensibilidad. El maestro Siffert representó para el solista todo el apoyo que este requiere, lo arropó con la orquesta y lo más importante, le dio toda la confianza que necesita para que, despreocupadamente, pudiera hacerse cargo de su responsabilidad.
El segundo concierto de la segunda temporada del año es esta noche, se interpretará La Marcha Festiva, Op.54 de Dvorak, Concierto del Sur para guitarra de Ponce con la participación de Pablo Garibay como solista y la Sinfonía No.1 en mi bemol, Op. 28 de Max Bruch. Nos vemos esta noche a las 20:30 horas en el Teatro Aguascalientes si Dios no dispone lo contrario.




