El rock de Interpol hizo vibrar el Palacio de los Deportes en el 20 aniversario de su álbum debut - LJA Aguascalientes
08/10/2024

APRO / Ceésar Muñoz Valdez

 

El rock de los neoyorquinos Interpol vibró con la presencia de 21 mil 100 fans que con gratitud absoluta colmaron el Palacio de los Deportes el pasado sábado 28 de mayo.

Oportunidad especial para celebrar el 20 aniversario de su álbum debut “Turn On the Bright Lights” (2002) y el lanzamiento de su próxima placa “The Other Side of Make-Believe” (saldrá a la luz el 15 de julio), ofreciendo para sus adoradores mexicanos un recorrido desde sus orígenes hasta pinceladas de recientes creaciones.

La energía contenida de la ansiosa fanaticada borboteó con los primeros acordes de “Untitled” y “Evil”, cuando emergió la banda integrada por Paul Banks (voz), Daniel Kessler (guitarra), y con la ausencia de Sam Fogarino (batería).

“Desafortunadamente Sam se enfermó de último momento, no podrá estar aquí con nosotros” explicó brevemente el vocalista sin mayores detalles al anunciar que tenían un bataco invitado. Tocaron rápidamente “Fables”.

Sin menguar los ánimos y la calidad instrumental, Interpol regaló una fulgurante velada post-punk, cobijados en una producción sin parafernalias que enaltece a los músicos y sus rolas. Atmósferas de tenues limonarias confabularon el alucinante viaje. Filas de luces neón y láser iluminaron de tonalidades rojizas, a la par, pulsantes rayos estroboscópicos blanquizcos surcaban el inmueble. La oscuridad y la luz, diseñó en escena su concepto sonoro.

Desde las 20:40 horas que empezó el recital rocker los asistentes se entregaron en demencial fidelidad, siendo correspondidos por el afable Banks quien se expresó en perfecto español y agradeció en distintos episodios. La unión de generaciones reunió a un público de todas edades, desde los de antaño que siguen a la agrupación surgida en 1997 hasta los actuales jóvenes.

Rasgaron “If You Really Love Nothing”, “Take You on a Cruise” y “Narc”. Ante los inagotables aullidos generalizados, Paul exteriorizó su sentir “¡son fantásticos, gracias! Desde que estuvimos aquí la última vez, han pasado muchas vidas”.


Tocaron un amplio repertorio considerando “Toni” y “Something Changed”. Gritos ensordecedores y brincos hacían temblar al ritmo de “Obstacle 1” y “All the Rage Back Home”. El “Palacio de los rebotes” se bañaba hasta el último rincón de lucecillas de celulares para “Rest My Chemistry” y seguidamente “Leif Erikson”.

El concierto delineó “The Heinrich Maneuver”, “The Rover” y “The New”, sin faltar la clásica “C’mere”. Un sintético falso adiós empezó a erigir el ocaso en “Lights”, “PDA” y “Slow Hands”.

La insaciable audiencia deseaba más y concedieron para la despedida irrevocable “Not Even Jail”. Al filo del escenario Daniel Kessler rendía reverencias y Paul Banks elevó la bandera de México. La efevesencia hacia de Interpol se replicó en fieros griteríos al unísono, desapareciendo en medio de un show que yacerá en los recuerdos del rock en esta capital.


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