- Además de ser un negocio, las encuestas difundidas previo a la jornada electoral podrían ser una causal de la baja participación observada
- Menos de la mitad de las personas que podían votar salieron a las urnas en la elección que le dio el triunfo a Teresa Jiménez
Ante la falta de control y regulación en las encuestas electorales, estas herramientas no solamente terminan siendo un objeto para el posicionamiento político de una candidata o candidato, sino que a la vez terminan perturbando el voto ciudadano, así lo consideró el abogado constitucionalista Gregorio Zamarripa Delgado.
Incluso, para el exalcalde de Jesús María, el descontrol que existe en torno a las diversas encuestas que se difunden previo a una jornada electoral tiene una incidencia negativa directa en la participación ciudadana, como se vivió en las pasadas elecciones de las que resultó ganadora la panista Teresa Jiménez Esquivel, donde se consignó una participación ciudadana del 45.9%, es decir, poco más de la mitad de las personas que podían votar se quedaron en el abstencionismo y no acudieron a las urnas.
Explicó que las encuestas, tal y como se manejan actualmente, “descontrolan a la ciudadanía y hacen que perturben y prejuicien su voto”, ya que algunas de las casas encuestadoras solamente muestran los resultados, pero a fin de cuentas la imagen que se difunde pocas veces contiene la información de fondo: el tamaño de la muestra, dónde y cuándo se hizo, bajo qué metodología, entre otras cosas.
Desde su perspectiva, el abogado reiteró que uno de los tantos factores que puede haber detrás del abstencionismo vivido el pasado 5 de junio sí es la falta de regulación de las encuestas, lo que ya otros personajes políticos también habían tildado como urgente en aras de mejorar el sistema democrático actual.
Con resultados tendenciosos, “¿qué pasa si a la gente la decepcionan y la hacen que no salga a votar en una elección porque dicen ‘ya está ganado este asunto’? El que tiene el control abusa de la situación. En ese contexto pudiera, por ejemplo, la ciudadanía no salir a votar y ¿qué pasaría si saliera a votar?”, cuestionó Zamarripa Delgado.
En este caso las autoridades electorales son las que tienen que redefinir el esquema con el cual funcionan las encuestas no sólo en Aguascalientes, sino también en México.
Además de la falta de regulación evidente y ya señalada desde distintas trincheras de la clase política, otro tema importante que se deriva de las encuestas es el gasto que estas implican al erario, pues se terminan pagando con el financiamiento público de los partidos políticos.