Además del Festival de Música de Cámara que ya inició, otro de los festivales que calientan con música nuestro verano es el naciente Festival Artemisa, es un festival de ópera y pedagogía vocal que en esta que fue su primera edición contó con varios escenarios, entre ellos destaca el Teatro Morelos y la Sala de Conciertos del complejo Tres Centurias, y que además contó con la presencia de grandes maestros de canto operístico y de desenvolvimiento escénico, recordemos que, según me comentó en alguna ocasión el maestro Jesús Suaste, desde mi punto de vista el mejor barítono mexicano: “para cantar ópera no es suficiente con cantar entonado y cantar bien”, el maestro se refería a que el cantante de ópera debe tener también un buen entrenamiento escénico y capacidades histriónicas.
El Festival Artemisa de Ópera y Pedagogía Vocal surge teniendo como antecedente lógico el Festival de canto Operístico organizado con mucha pasión por la maestra Ana Cecilia Ramírez, soprano de Aguascalientes, egresada la de Escuela Diocesana de Música Sacra, ella colocó el festival como un evento de mucho prestigio que convocaba alumnos de todas partes de la República Mexicana. Tristemente el festival sucumbió a situaciones ajenas a la música y después de seis ediciones consecutivas y de que en la última se contó con la participación de la Orquesta Sinfónica de Aguascalientes en la representación, con escenario, vestuario y todos los protocolos de la ópera, del primer acto de la ópera Falstaff de Giuseppe Verdi, la última de las grandes óperas Bufas italianas, de manera inexplicable el festival dejó de organizarse dejando un terrible hueco en la oferta cultural de Aguascalientes.
Así, después de varios años y con la iniciativa de las maestras Teresita López y Jazmin Guerra, integrantes del Soprani Duo, este festival de ópera se ha podido recuperar en sus dos rasgos característicos: los conciertos por las noches que siempre serán muy atractivos, y el más importante, el perfil académico del que ningún festival que busque trascender, puede prescindir.
No pude asistir, por diferentes razones a todos los eventos que ofreció esta primera edición del Artemisa, Festival de Ópera y Pedagogía Vocal, pero sí estuve presente la noche del sábado 16 en el Concierto de Gala de Ópera Escenificada que se realizó en la Sala de Conciertos del Complejo Tres Centurias a las 20:00 horas.
Quisiera compartir contigo, amigo melómano, algunos puntos de vista que tengo de esta experiencia, primero, y lo más importante, felicitar a las organizadoras y a todo el equipo de docentes, músicos, en fin, a todos, por los evidentes buenos resultados académicos de este primer festival de ópera llamado Artemisa. Pude ver con satisfacción las voces de estos jóvenes llenos de ilusión y entusiasmo abordar con convicción repertorios operísticos de extrema exigencia y salir bien librados del compromiso, pero además de una buena preparación que manifestaron en las técnicas de canto operístico, vi también con gusto un excelente desempeño en el escenario, cantar ópera, a diferencia de abordar el repertorio del oratorio, es muy diferente, mientras que para cantar repertorio sacro hay que asumir una actitud diferente, más íntima e incluso mística, en la ópera por el contrario, hay que ser extrovertido y convencerse primero, y después convencer al auditorio, de que están realmente representando a un personaje, hay que dejar de ser uno mismo, desnudarnos de nuestra psicología e identidad y vestirnos con la del personaje que hay que interpretar.
También quiero felicitar al maestro Daniel Romo, excelente trabajo acompañando al piano, yo diría incluso, protegiendo, cuidando a los cantantes, dándoles el soporte y la seguridad que necesitan para que su única preocupación sea la de desempeñar solventemente el papel que se les ha encomendado.
Por otra parte, me da gusto ver que la Orquesta Filarmónica de Aguascalientes ha salido de su zona de confort de interpretar siempre lo mismo, al menos cuando me enteraba de alguna de sus presentaciones lo hacían invariablemente con música de videojuegos, la verdad qué flojera, una orquesta no está hecha para esto, primero tienen que convencer con el repertorio propio de una orquesta y ya después permitirse ciertas licencias. No obstante la participación de la Orquesta Filarmónica de Aguascalientes fue discreta, es decir, no es suficiente para poder medir sus verdaderas posibilidades y su alcance, en algunas ocasiones el acompañamiento fue solo del piano, no sé si serían lieder, es decir, canciones, solo así se entendería que el acompañamiento fuera únicamente con piano. La directora en esta ocasión fue la maestra Teresa Rodríguez.
Finalmente algo que no entendí es que si no se contaba con una escenografía no veo la razón por la cual la orquesta, en este caso la Ofilags tuviera que estar abajo, simulando el foso de los grandes teatros de ópera. El escenario es lo suficientemente amplio como para que pudiera caber sin problemas toda la orquesta y los cantantes, que a modo de escenografía contaban solo con una silla, con este recurso minimalista creo que resultó inútil que la orquesta dejara todo el enorme escenario vacío. Los cantantes parecían chícharos en sartén.
Además, fue necesario vencer las que sin duda fue la dificultad más grande, la pésima acústica de la sala de conciertos contando con una amplificación de sonido que permitiera una digna audición, esperemos que este problema pueda resolverse pronto y la Orquesta Sinfónica de Aguascalientes pueda ocupar finalmente la que está llamada a ser su sede.
En fin, haciendo un balance final, los resultados son maravillosos, se consiguió el objetivo que es el de ofrecer una alternativa académica profesional para los aspirantes a ser cantantes de ópera, lo demás es peccata minuta fácil de resolver. Hago votos para que esta iniciativa continúe per saecula saeculorum. Que así sea.