Como su boca no es bodega, asegura, el presidente López Obrador suelta lo que su ronco pecho no puede albergar, aunque se trate de agravios.
Hace unos días, el presidente se lanzó contra el analista y crítico de la administración obradorista, Carlos Alazraki, por haber participado en un panel donde se comentó que México estaba permitiendo la entrada de inmigrantes indocumentados de Venezuela por el nuevo aeropuerto Felipe Ángeles.
Sólo en México: el presidente que compara a un judío con Hitler
“Es extremadamente conservador, como hitleriano”, dijo López Obrador, lo que provocó la indignación de la Tribuna Israelita y Comunidad Judía de México, a la que pertenece Alazraki, y rechazó el uso del término “hitleriano” para referirse a cualquiera: “Cualquier comparación con el régimen más sanguinario de la historia es lamentable e inaceptable”.
“Llamar ‘hitleriano’ a un destacado miembro de la comunidad judía es sumamente grotesco y aberrante”, escribió en un tuit el panista Santiago Creel.
La respuesta de López Obrador al señalamiento de la Comunidad Judía fue reafirmar el insulto: “Yo respeto mucho a la comunidad judía, pero eso no quiere decir que tengan una especie de “patente de corso” para afectar un movimiento de transformación, nada más por su conservadurismo y repito, su hitlerismo”.
No ha sido el único encontronazo de Obrador con diversas iglesias.
Después de que la Compañía de Jesús condenara el asesinato de los jesuitas Javier Campos Morales y Joaquín César Mora Salazar, dentro del templo de la comunidad de Cerocahui en Chihuahua, y exigiera justicia al gobierno de López Obrador, además de replantear la estrategia de seguridad, pues “los abrazos ya nos alcanzan para cubrir los balazos”, el presidente arremetió ahora contra los jesuítas al reprocharles que, según él, guardaron silencio ante la complicidad de las autoridades -panistas, claro- con el criminal que asesinó a los dos sacerdotes:
“No fueron capaces de decir: ‘Esto se origina porque autoridades locales protegieron a esta persona’. (…) No son capaces de decirlo los sacerdotes. […] ¿Qué quieren los sacerdotes?, ¿que resolvamos los problemas con violencia? ¿Por qué no actuaron con Calderón de esa manera? ¿Por qué callaron cuando se ordenaron las masacres cuando se puso en práctica el mátalos en caliente? ¿Por qué esa hipocresía? Eso no se debe permitir a nadie y mucho menos a un religioso, sea pastor de una Iglesia evangélica, o sea sacerdote”.
La respuesta de Francisco I
Ante estos asesinatos, el papa Francisco dedicó unas palabras en su audiencia en Roma sobre la violencia que asedia a México: “Expreso mi dolor y tristeza por el asesinato del otro día de dos religiosos, hermanos míos jesuitas, y un laico. ¡Cuántos asesinatos en México!”, a lo que López Obrador se refirió como que el jerarca de la Iglesia católica “es el único que entendió” que la violencia no es el camino y que la paz es fruto de la justicia.
Este intercambio ameritó que, en búsqueda de la paz con la Compañía de Jesús, López Obrador promovió como subsecretario de Gobernación a César Yánez, con la misión de recuperar los lazos con las personas religiosas, no con los líderes jesuítas, pues esto es fundamental para mantener la relación con el Vaticano sin pasar por la curia mexicana.
Manifestación en contra de AMLO
Además, un grupo de personas tomó las calles de la Ciudad de México para exigir al presidente un cese a la violencia que se vive en todo el país. Este martes 5 de julio de 2022, el contingente salió rumbo a la avenida Reforma, entre quienes se encontraban madres de desaparecidos y representantes religiosos.
Con consignas como “¿Por qué los buscamos? Porque los amamos” y “Nuestras iglesias no se tocan“, el grupo se manifestó para reclamar al presidente por sus comentarios y la grave situación de seguridad en México.
