- Estudio revela que este instituto, de los federales, es el más propenso a hechos de corrupción.
- Su principal área de oportunidad es la transparencia.
- La CFE y PEMEX ni siquiera hacen públicos sus contratos.
El Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi), gestionado y creado durante el sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador y al cual en su momento el gobernador Martín Orozco Sandoval no quiso adherirse, es la institución federal más propensa a posibles corruptelas en todo México.
Lo anterior se reveló en el Índice de Riesgos de Corrupción, compras públicas en México 2018-2020, elaborado por el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO). Ahí se encontró, entre otras cosas, que en el 2021, ya el tercer año de López Obrador al frente del país, “cuatro de cada 10 pesos en compras públicas se gasta a través de procedimientos sin competencia”.
También ahí se consignó que en ese mismo año una de cada tres licitaciones que sí se hicieron públicas “incumplieron con la publicación de uno o más documentos”; y aunado a este escenario de opacidad y falta de transparencia, se agrega el hecho de que en el 2021 las instituciones federales “asignaron más de nueve mil millones de pesos a proveedores riesgosos”, de los cuales el 99% corresponde a empresas de “reciente creación”.
Además, dos millones de pesos se asignaron a empresas fantasma, y otros 36 millones se asignaron a empresas previamente sancionadas por alguna irregularidad.
El índice desarrollado por el IMCO mide riesgos, identifica problemas potenciales, pero no emite sentencias o no identifica como tal prácticas de corrupción. Dicho índice va del 0 al 100, a mayor puntaje de la institución, mayor el riesgo de corrupción en las compras públicas que ejerce.
Si bien la mayoría de las instituciones sí fueron evaluadas, las únicas no incluidas en la investigación fueron la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y Petróleos Mexicanos (PEMEX), ya que sus compras no son transparentadas en Compranet.
Dejando de lado esas dos omisiones, el IMCO documentó que el Insabi, una institución creada bajo un gobierno que toma como bandera el combate a la corrupción, fue la que mayor riesgo de corrupción tuvo en el 2021, con un índice de 66 puntos. El más alto de todos, por encima del IMSS, Liconsa, Semar o la Sedena, instituciones que gastaron también más de tres mil millones de pesos en contrataciones públicas.
El principal riesgo del Insabi fue la falta de transparencia: el 43% de las adjudicaciones que celebró en el 2021 no cuentan con el documento del contrato publicado; el 53% no cuentan con un enlace funcional a la documentación; y el 98% de sus compras no están publicadas en el Estándar de Datos de Contrataciones Abiertas.




