Américo Villarreal: Cabeza de Vaca enturbia la transición en Tamaulipas - LJA Aguascalientes
11/02/2025

 

Arturo Rodríguez

 

Cuando falta menos de un mes para que asuma como gobernador de Tamaulipas y en vísperas de que el Tribunal Electoral resuelva las impugnaciones en los comicios en que resultó ganador, Américo Villarreal acusa: el gobierno de García Cabeza de Vaca “busca entorpecer el proceso de entrega-recepción, enturbiándolo para que no veamos sus desviaciones”. En entrevista con Proceso refiere los diferentes frentes en los que batalla para tomar las riendas del poder en la entidad; uno de ellos: evitar que áreas estratégicas de seguridad pública queden bajo el control del fiscal estatal Irving Barrios, identificado con el grupo del exlegislador panista Gil Zuarth.

 

Una sucesión gubernamental conflictiva ha marcado el periodo poselectoral en Tamaulipas y, a menos de un mes de relevo en la titularidad del Poder Ejecutivo, Américo Villarreal Anaya, el gobernador electo, está a ciegas: el gobierno del panista Francisco Javier García Cabeza de Vaca le cierra el acceso a información sobre “las condiciones reales en las que se encuentra la entidad”, al mismo tiempo que, por la vía legislativa, evita la entrega-recepción de áreas estratégicas, como el agua potable y la seguridad.

 

De por sí las elecciones del 5 de junio que dieron la victoria al morenista siguen el curso de la judicialización, por lo que la certeza sobre el inicio de su mandato está aplazada hasta que la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial dela Federación resuelva las impugnaciones a finales de septiembre, apenas días antes del cambio previsto por la ley para el 1 de octubre.

 


En entrevista realizada el pasado 31 de agosto, Villarreal Anaya admite que en los últimos años ninguna sucesión en el país ha resultado tan turbia. Dice que en otras circunstancias buscaría un acuerdo e inclusive la conciliación, pero hoy a los gestos de aproximación no encuentra reciprocidad:

 

“Mi opinión en este momento, y a lo mejor por lo que me ha tocado vivir, es que la posición (de Cabeza de Vaca) es enturbiar el proceso de entrega-recepción con la finalidad de no dejar ver claramente cuáles son las condiciones reales de lo que está viviendo la entidad”, dice.

 

Ofrece un ejemplo:

 

La diputación permanente del congreso local, con mayoría cabecista y alianza con el PRI, modificó el 27 de junio, tres semanas después de las elecciones, diferentes estructuras institucionales sin seguir el procedimiento correspondiente. Así, “de manera arbitraria y con mayoría autoritaria”, a juicio del entrevistado, se pasaron diversas áreas de seguridad a la Fiscalía General de Justicia en la entidad.

 

Américo Villarreal sostiene que el objetivo es evitar que tenga acceso a la información sobre el estado de la seguridad y evitar el control que el gobernador en funciones tiene sobre el Secretariado Ejecutivo del Sistema Estatal de Seguridad Pública; el comando elite llamado Grupo de Operaciones Especiales; el Centro de Análisis, Estudios e Información y la Unidad de Inteligencia Financiera del estado.

 

Con esa medida, García Cabeza de Vaca intenta dejar esas áreas estratégicas de la seguridad pública bajo el control del fiscal general Irving Barrios Mojica, un abogado identificado con el grupo político de Roberto Gil Zuarth, que está en el cargo desde 2016 y permanecerá ahí hasta 2027.

 

Una medida similar se intenta con los sistemas de agua municipales, una importante fuente de ingresos. Una reforma en la materia –impuesta también por la diputación permanente– le quita al próximo gobernador la facultad para remover directamente a los titulares de dichos sistemas; para hacerlo debe contar con la aprobación de una mayoría calificada en el congreso local.

 

Durante julio y agosto los equipos de Villarreal Anaya se dividieron: unos al litigio de esos asuntos, otros al litigio de las impugnaciones al resultado electoral que desde la coalición PRI-PAN-PRD demandan anulación; otros más a la planeación de la entrega-recepción.

 

El morenista se propuso integrar un equipo de 400 personas, con asesoría de Santiago Nieto Castillo, extitular de la Unidad de Inteligencia Financiera, en el contexto de la aprobación de las mencionadas reformas legislativas. El mensaje político tensó más las cosas pues Nieto fue quien investigó al gobernador García Cabeza de Vaca, quien a su vez respondió fijando la entrega-recepción conforme a los plazos legales, al 1 de septiembre, y ajustándose al ordenamiento legal con sólo 10 funcionarios de contacto.

 

La mañana del jueves 1, el proceso inició con cordialidad aparente y declaraciones de los representantes de ambos frentes, descartando rispidez. Hasta ese día los equipos de García Cabeza de Vaca y Villarreal Anaya no tuvieron ningún otro acercamiento lo que, para el entrevistado “corrobora que es una situación inédita, un relevo como no habíamos tenido”.

 

Dos días antes de iniciar la entrega-recepción, en el ámbito legislativo la tensión continuaba: el Tribunal Electoral de Tamaulipas invalidó las reformas legislativas con las que el cabecismo procura blindarse, pero el martes 30, la diputación permanente desacató anunciando la impugnación del fallo.

 

“Ese es el espíritu. Nosotros hemos querido conducirnos por los cauces institucionales, legales, hacer ver las desviaciones, pero lo siguen haciendo en este desacato de la autoridad electoral. Y esto nos pone a recurrir otra vez a las instancias correspondientes”, dice Américo Villarreal.

 

 

 

Crispación 

 

El proceso electoral para elegir gobernador de Tamaulipas fue el más conflictivo de los seis que se registraron este 2022. Inició con una intensa disputa interna en Morena, se alimentó con la radicalización de la injerencia del gobernador quien por su parte enfrentaba, por la vía constitucional, un desafuero aprobado en el Congreso federal con el objetivo de llamarlo a cuentas por presuntos delitos de cuello blanco.

 

En el caso de Villarreal Anaya, la información que circuló ampliamente desde el año pasado, arreció en la precampaña, intercampaña y el periodo de campaña fue por una supuesta relación con Sergio Carmona y su familia, un empresario que fue contratista del gobierno del estado y de repente rompió, mientras era señalado por huachicol.

 

El asesinato de Carmona, ocurrido en diciembre de 2021, fue el punto de partida para la difusión de informes sobre presunto financiamiento ilícito a Américo Villarreal, un asunto que no sólo niega, sino que explica como parte de un “constructo”.

 

Admite que conoció a Carmona como empresario cuando se acercó a él para pedirle que interviniera en la ejecución de contratos con los que le incumplía el cabecismo, pero no estaba en su ámbito ayudarlo. Además, dice, no había sentencia ni investigación en su contra, excepto por un expediente que no llegó a nada, salvo a intentar manchar su nombre y el de uno de sus hijos con informaciones calumniosas difundidas a través de portales creados exprofeso.

 

Luego, recuerda que su primera campaña fue en 2018, al Senado, cuando Sergio Carmona apoyó al hermano del exgobernador, el hoy senador panista Ismael García Cabeza de Vaca; la otra campaña fue en 2022 y Sergio Carmona ya había fallecido.

 

–¿Se puede gobernar Tamaulipas sin acuerdo con los grupos delictivos? –se le pregunta.

 

–La delincuencia ha marcado lamentablemente a nuestro estado. Imposible negarlo. Hay una importancia geográfica y por ende económica, así como cruces fronterizos. Yo creo que sí es posible y es nuestra propuesta acotar, limitar y prevenir en la medida de nuestras posibilidades ese tipo de fenómenos.

 

Pero Américo Villarreal apenas si toca el asunto. Sólo menciona parte de su propuesta de participación ciudadana tomando como ejemplo los resultados de la estrategia implementada en Tampico y prefiere concentrarse en otras ventajas del estado, en otras “áreas de oportunidad”.

 

En las semanas previas a los comicios, la intervención directa del gobernador García Cabeza de Vaca en declaraciones públicas fue constante, mientras que iniciaban pesquisas penales y liberación de órdenes aprehensión sobre militantes morenistas o afines.

 

La vía penal como instrumento electoral buscaba, a decir del entrevistado, inhibir la participación. Los alcaldes de Nuevo Laredo, Reynosa, Matamoros y Ciudad Victoria, que concentran la mayor cantidad de electores, así como los de Altamira y Soto La Marina, fueron perseguidos. Hoy han superado las dificultades. Entre otras detenciones, destaca la de Octavio Leal, líder de la organización de autodefensa Columna Cívica Pedro J Méndez, quien se pronunció por Villarreal mediante una simbólica quema de banderas panistas y luego fue apresado por homicidio.

 

Para Américo Villarreal la persecución tuvo efectos: mientras las encuestas le daban en promedio 20 puntos de ventaja, la elección quedó entre seis y siete puntos.

 

A ello agrega una operación electoral que al cabecismo le habría salido mal: el día de la jornada electoral la coalición PRI-PAN-PRD que postuló al panista César Verástegui, implementó una operación de movilización y compra de voto que incluía el uso de un folio que el votante debía copiar en la casilla para luego pasar a una “casa azul” donde su sufragio sería remunerado. La gente entendió mal y en miles de boletas a favor de Verástegui, en los 22 distritos locales, aparece el sufragio con el folio anotado.

 

Las evidencias incluyen tutoriales en video con los que se intentó capacitar a la estructura electoral y ya fueron denunciados en la fiscalía federal, un asunto que para Villarreal Anaya acredita que las acciones para cometer fraude fueron realizadas por el cabecismo aunque no pudo, dice, con “la voluntad democrática de los tamaulipecos”.

 

 

 

El estilo Tamaulipas

 

Las sucesiones en el gobierno de Tamaulipas pueden ser hasta violentas. En 2010 la elección se vio ensangrentada cuando el candidato del PRI, Rodolfo Torre Cantú, fue asesinado una semana antes de las votaciones. Al relevo entró su hermano Egidio, quien obtuvo la victoria.

 

En los últimos 15 años, los asesinatos políticos y las desapariciones son frecuentes en la entidad. El petista Juan Antonio Guajardo fue asesinado en 2007; Marco Antonio Leal, alcalde de Hidalgo, fue asesinado en 2010 y entre otros casos, el año pasado fue desaparecido Rómulo Treviño, excandidato de Morena al ayuntamiento de Burgos, que estaba impugnando la elección.

 

Américo Villarreal dice no temer por su vida. Se basa en su trayectoria como médico, su conducta y la de su familia, se autoafirma transparente y apegado a principios. Eso sí, “de todos modos tenemos que tener precauciones por los intereses que se generan en un estado como Tamaulipas”.

 

La sombra de la delincuencia campea en el gobierno del estado desde hace años. En 2012, el exgobernador Tomás Yarrington Ruvalcaba (1999-2004) fue acusado de nexos con el hampa y fue encarcelado en 2019; su sucesor, Eugenio Hernández Flores (2005-2010) fue imputado en 2014 en Estados Unidos, también por relación con la delincuencia organizada, y terminó preso en 2018.

 

En 2016, por primera vez en la historia desde la fundación del PRI, Tamaulipas vivió la alternancia y a la gubernatura llegó el PAN con su abanderado Francisco Javier García Cabeza de Vaca, quien desde el año pasado enfrenta imputaciones por lavado de dinero y fraude fiscal. Por ahora, su control del Congreso local y la celosa opacidad de su gestión, impiden saber si puede haber futuras denuncias por corrupción, mientras los rumores y comentarios en la prensa local le presagian una precipitada salida del país.

 

“Siempre, en mi sentir, el gobierno que concluye está buscando cómo entorpecer el proceso de entrega-recepción, enturbiarlo para que no veamos las desviaciones”, dice Villarreal.

 

Más allá de las acusaciones desvanecidas por la presunta relación con Sergio Carmona, Villarreal llega al gobierno del estado enfrentando la judicialización y las acciones del gobierno saliente para mantener el control sobre áreas estratégicas del estado, una conducta inusual.

 

–Es raro que un gobernador enturbie así. ¿Teme usted un revés en el resultado electoral? –se le cuestiona.

 

–En mi fuero interno lo creo poco probable. Hemos ido transitando por todas las instancias, desde el día de la jornada y los resultados preliminares, la constancia de mayoría del Tribunal Electoral, el congreso local publicó el bando solemne, la impugnación fue desechada por mayoría y todas las instancias han sido favorables al triunfo legal democrático en Tamaulipas. En esta última instancia, el tribunal federal, están haciendo la revisión, pero por número de votos, porcentaje de diferencia y expediente, tengo confianza y no veo riesgo.

 

 

 


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