Como si necesitáramos pretextos o fechas para escuchar la música que nos gusta, evidentemente no hacen falta, pero siempre es bueno tener una fecha en la que se conmemora algo que nos gusta o que por diferentes razones ha sido significativo en nuestras vidas. Generalmente los Días internacionales de los que sea son con el fin de conmemorar algo, de crear conciencia, de que una experiencia vivida nos haga reflexionar y quizás cambiar algunas estructuras o romper paradigmas, no sé, algo por el estilo, pero vemos también la tendencia a señalar una fecha durante el año en la que se conmemora algún género musical, así por ejemplo, tenemos el 30 de abril como día internacional del jazz, o el 25 de octubre como Día Mundial de la Ópera, y así otras fechas conmemorativas.
En el caso del rock progresivo que es lo que nos ocupa en esta ocasión se ha señalado el 21 de septiembre de cada año para conmemorar este subgénero musical, y esto se debe a que fue el 21 de septiembre de 1970 cuando el rock sufrió el primer acto de censura en Argentina ante la organización de un festival de rock en Buenos Aires por el evidente temor de las autoridades de que cientos de miles de jóvenes se reunieran en torno al rock, y es que el rock, al menos en su forma más pura y ortodoxa, genera conciencia y pone a pensar, y eso ya representa un problema y pone a temblar las más rancias y anacrónicas estructuras de poder.
Marcado el antecedente, hay que decir que a los que nos gusta el rock progresivo y lo consideramos la más alta, fina, pulcra y musicalmente erudita expresión del rock no necesitamos de un día para escuchar este manjar, si acaso nos sirve de pretexto para hablar de él y compartir reflexiones, experiencias, discos, intercambio de opiniones y un sinfín de cosas que sin duda enriquecen nuestro horizonte respecto a este lenguaje musical, aunque claro, tampoco necesitamos pretextos para compartir todo esto, pero como sea, pues aquí están estas líneas con motivo del Día Internacional del Rock Progresivo.
Es difícil poder determinar en qué momento, con qué grupo o qué disco marca el inicio de este subgénero del rock, las opiniones son muy diversas, pero creo que decir que las primeras pinceladas de lo que un poco más tarde se llamaría Rock Progresivo las encontramos en canciones como Nights in White Satin del disco Days of Future Passed de 1967 de Moody Blues no es tan descabellado.
Seguramente tampoco será un error decir que desde 1966 con el grupo de Mothers of Invention de Frank Zappa con el disco Freak Out! Empezaron a definir el curso que tomaría el género, o incluso The Beatles con el Sgt. Peppers de 1967. En ese mismo año Procol Harum lanza el sencillo A Whiter Shade of Pale con una fuerte influencia de Johann Sebastian Bach, y el antecedente inmediato de Pink Floyd Sigma 6, una agrupación británica en donde coincidieron Roger Waters, Nick Mason y Richard Wright. Ya como Pink Floyd, en 1967 publican su primer disco: The Piper at the gates of down en donde encontramos excelentes improvisaciones, sobre todo en el tema Interstellar Overdrive marcando ya una sólida tendencia al rock progresivo.
Pero si hablamos ya de rock progresivo como tal, es difícil marcar un inicio, en lo que a mí respecta, creo que todo comenzó a partir del disco In the Court of the Krimson King de King Crimson publicado en 1969, pero no puedo dejar de considerar el disco de Miles Davis Bitches Brew, una verdadera obra maestra de 1969, como una referencia obligada en la discografía de rock progresivo, está más allá de cualquier intento de clasificación, pero con sus elaboradas improvisaciones y lo atrevido y desinhibido de su lenguaje, no podemos dejar de considerarlo como una piedra angular en los orígenes del rock progresivo.
Evidentemente el rock progresivo es un asunto casi en su totalidad europeo, las mejores expresiones del género las encontramos en el viejo continente, pero específicamente en Inglaterra e Italia, sin descartar sublimes trabajos de grupos alemanes, holandeses, franceses, españoles, y recientemente, en el llamado neo progresivo, hay soberbias expresiones musicales entre los polacos, húngaros y otros países europeos.
En México desde los años 70 se ha hecho buen rock progresivo, claro sin los reflectores de otros géneros, pero en México no debemos pasar por alto discos como el Poeta del Ruido de Decibel publicado en 1979, como vemos, el progresivo se expresó tardíamente en México. Otras agrupaciones mexicanas como Flüght de 1982 han representado dignamente el progresivo en México con su álbum homónimo que integra solo por dos composiciones a manera de extensas suites, la primera Transparencias de poco más de 20 minutos y la otra es En un viejo castillo que sobrepasa los 17 minutos. Y claro, no podemos olvidar al grupo Chac Mool que en 1980 graba su primer disco, y el mejor, Nadie en Especial. Este grupo contó con más reflectores que otras propuestas igualmente ambiciosas y bien elaboradas, por esa razón muchos lo consideran el origen del progresivo mexicano, pero sería injusto para Decibel, ellos representan la primera piedra del progresivo mexicano. Toncho Pilatos en su debut homónimo presenta ciertos rasgos progresivos. En 1973 Nuevo México, en donde ya participa Jorge Reyes, pública Hecho en Casa, para que después de desintegrados surja Al Universo. Vendrían después Nobilis Factum, Iconoclasta, el imprescindible Arturo Meza, Vía Láctea, Banda Elástica, Cast y Cabezas de Cera por citar solo algunos. Buen rock progresivo en México, sin duda.