Un neumático sin aire/ Opciones y decisiones  - LJA Aguascalientes
09/06/2023

Hemos llegado al punto de extraer inferencias gnoseológicas, desde el avistamiento a que nos ha llevado el viaje esferológico emprendido bajo la guía del pensador que hube elegido, Peter Sloterdijk. A medida que hemos ido avanzando en su larga y profunda cadena lingüística cifrada en Esferas I, II, III, notamos su aire fraseológico desenfadado, que intencionalmente se independiza de las visiones de un estudio fundado en el ser, ontología, tomada ésta como una gran esfera, hiperinflada -hasta el infinito- y con referencia a un centro-único, implicando por tanto una sola enorme membrana englobante del todo, y de lo Uno, de lo que resulta una ontología metafísica. En contrario, nos ha conducido por un paisaje con vistas de lo múltiple, lo plural, lo multimodal; en cuyo contexto no cabe la exclusión, sino la completa inmersión en una atmósfera pluricelular y en necesaria coexistencia, como resultó ser el nacimiento mismo de la vida.

Este cambio radical de visión quitó de nuestra fantasía el “aislamiento” -pretendidamente moderno- en que existe el ser humano; para ponernos cara a cara con el asunto vital de la coexistencia en pares, y de ahí la estructuración de cada vez más grandes conglomerados que van conformando desde la pareja primordial, a la familia, la escuela, la fábrica o la labor agrícola y pecuaria, a la calle, la plaza pública, el ágora política, el medio cultural, los invernaderos de la salud u hospitales, como tantos otros habitáculos o cápsulas para protección y fomento de la vida humana. En cuyos recintos o a cuyo seno se va configurando la vinculación de asociaciones que dan forma a lo que damos por llamar la sociedad. A estos ámbitos del existir les llama nuestro autor: Espumas, porque a pesar de ser efímeras, forman el entramado esencial del espacio-tiempo, se independizan hacia dentro, pero se asocian hacia fuera; la pared que las divida como entes vivientes, al mismo tiempo les da apertura hacia afuera y así se integran en un todo multiforme, codependiente unos de otros.

– Los fósiles más antiguos que se han encontrado hasta ahora en la Tierra, de más de tres mil quinientos millones de años, los paleontólogos los interpretan como restos de bacterias originarias; por su forma y lugar de hallazgo se llaman mocrosferas-Zwazilandia. Su existencia demuestra que el misterio de la vida no puede separarse del misterio de la forma, (Esferas III. Espumas. Loc. 581). // De cuya constatación podemos ya extraer un concepto crítico-primigenio que es la morfología/ el estudio de la forma. Que nos arroja la conformación de espacio interior bajo leyes esféricas. Bajo esas membranas en forma de globo se concentra el plus que se llamará vida.

-Ascendemos, ahora, a las Espumas humanas. – Para nosotros la aventura de las multiplicidades-espacio comienza sólo con la entrada en contextos antropológicos y teórico-culturales. // Notamos aquí el arranque de su muy detallado constructo teórico. Del que habremos de derivar nuestro piso cognoscitivo-base para emitir Políticas Públicas capaces de generar ambientes de aliento y protección de la vida, en pares y por ende social. Cada uno de esos hogares cada una de esas simbiosis y alianzas es un invernadero de relaciones sui generis. Se podrían calificar tales conformaciones como “sociedades de a dos”. (Espumas humanas. Ibid., Loc. 599). // Además de establecer el concepto central sobre el que se construyó la teoría del Materialismo Histórico-Dialéctico. El existir-uno-hacia-otro de los asociados en proximidad actúa en cada caso como el auténtico agens de la conformación de espacio.

De lo cual, cada uno de los hogares no contradice que se aglomeren en alianzas más densas, me refiero a las espumas sociales. (Ibid., Loc. 607). – Las asociaciones sociales: también en el campo humano las células concretas se aglutinan unas con otras por inmunizaciones, separaciones y aislamientos recíprocos. (Loc. 615). // Lo que hace verdad aquello de juntos y separados al mismo tiempo, pero bajo distinto aspecto -principio de contradicción-. Lo que nos coloca frente a la refutación de una fantasía, según la cual se ha procurado una interpretación imaginaria de su ser: la idea según la cual el campo social conforma una totalidad orgánica y está integrado en una hiperesfera omni-mancomunada y omni-inclusiva. (Id. Loc. 619). – De aquí ha derivado la propaganda autoplástica de los imperios y de las ficciones-reino-de-Dios desde tiempos inmemoriales.

De aquí ya podemos inferir de manera teórico-crítica que:

1) El presente populismo, a la mexicana/ 4Teísta, es meramente un espejismo. (Cfr. Loc. 627). Este tipo de sociedades, que se consideran “monosferas” (membranas infladas de centro-único -bajo un estatuto excepcional- duran así sólo mientras se hipnotizan a sí mismas estimándose como unidades homogéneas, algo así como pueblos nacionales, genética o teológicamente substanciales. Se presentan como espacios encantados, que gozan de una inmunidad imaginaria y de una comunidad de esencia y elección, mágicamente generalizada. (Ibidem.). // Así actuaba, con esa mentalidad, Estados Unidos de Norteamérica antes del ataque al World Trade Center, sintiéndose inmunológicamente protegido.

2) – En contrario, podemos inferir, que “las sociedades o los pueblos” están constituidos más fluida, híbrida, permeable y promiscuamente ellos mismos de lo que sugieren sus nombres homogéneos (Loc. 632). Dígase, movimiento de regeneración nacional, Cuarta Transformación, partido de líder único y autárquico…).

3) – Sin ambages, el autor Peter Sloterdijk, nos ofrece su posición teórico-crítica: “Entendemos bajo ‘sociedad’ un agregado de microesferas -parejas, hogares, empresas, asociaciones- de formato diferente, que, como las burbujas aisladas en un montón de espuma, limitan unas con otras, se apilan unas sobre y bajo otras, sin ser realmente accesibles unas para otras, ni efectivamente separables unas de otras. (Loc. 640).


4) – Y asumiendo una mayor precisión, el propio autor establece: “Para la teoría, que acepta el ser-en-la-espuma como determinación primaria de la situación, las supervisiones concluyentes del mundo-uno no sólo resultan inaccesibles, sino imposibles, y, si se entiende bien, tampoco deseables. (Ut supra. Loc. 670).

5) – Esa visión del mundo que se fija “en un sistema enciclopédico, políticamente, al espacio urbi-et-orbi imperial – de cuyos destinos se informó en los capítulos 3 y 7 de Esferas II, policialmente, a la forma del panóptico de vigilancia, militarmente, a una ontología-pentágono paranoide. Innecesario decir que tales centralismos sólo tienen ya interés histórico. // Resulta sorprendente que este filósofo europeo -evidentemente sin ver directamente el caso del Lopez-obradorismo mexicano-, ya hubiera fincado su Cultura de las Culturas con una arquitectura crítica de estas pretensiones teórico-políticas dualistas, radicalmente enunciadas y conformadas por oposición dicotómica, y por ello maniqueas, esencialmente.

6) – En este sentido, son la moderna biología y metabiología que se han anticipado a explorar que todo ser-en-el-mundo, entendido como ser-en-la-espuma, abre un claro en lo impenetrable. Y fue así que ellas tomaron un giro hacia una ontología pluralista; y fue gracias a su concepto del entorno, que llegó a una nueva visión de su objeto: – Por ese reconocimiento conseguimos una nueva visión del universo. Éste no consiste en una única pompa de jabón, que hubiéramos inflado soplando por encima de nuestro horizonte hasta el infinito, sino en millones de millones de pompas de jabón estrechamente delimitadas que se cruzan e interfieren por todas partes, (Loc. 684).

7) Desde esta perspectiva: – “Los seres humanos, tras la atenuación del delirio -antropo, etno, ego, logo- centrista, quizá se hagan ideas algo más razonables de su existencia en un medio de espumas ontológicas.

8) Y de esta constatación, el autor extrae su propia inferencia: – Entonces se entenderá por qué Herder hablaba más “bien del pasado que del futuro cuando escribió: “Toda nación tiene en sí su punto medio de felicidad, como toda esfera su centro de gravedad (Johann Gottfried Herder, Frankfurt 1967). Y, según Peter Sloterdijk, ahora cita a Pierre Lévy:

9) “En el espacio del saber se unifica el aliento activo de los implicados, pero no para conseguir una fusión hipotética de los individuos, sino para hacer subir juntas miles de pompas de jabón tornasoladas, que son otros tantos universos provisionales, otros tantos mundos de significado compartido. (Pierre Lévy, Mannheim 1997).

A partir de esta pista de lanzamiento, es posible hacer la propuesta de una cosmovisión, efectivamente, distinta tanto en grado como en calidad y sentido del saber a la visión actual dominante del grupo en el poder para la nación mexicana. Como está quedando patente, son muchos, graves y de fondo los rasgos característicos de la pretendida “cuarta transformación”, como proyecto socio-político para el México contemporáneo. Su notorio anclaje en una línea perspectivista del pasado y su fijación en ciclos históricos claramente periclitados, trata de imponer una interpretación sociopolítica fuera del contexto, digamos entorno, de una asunción plural, coexistencial y de apertura a la interacción con los otros como otros. Exclusión y avasallamiento son dos de sus vertientes de acción que cada vez más acusan un sesgo autoritario, centralista y dictatorial. Lo que, de inicio, ha creado una atmósfera irrespirable para un conjunto mayoritario de la población nacional. La cual ya da indicios inequívocos de búsqueda de un espacio, una esfera alternativa respirable y saludable para el tejido molecular de la sociedad mexicana.

El otro carácter o talante que nos aporta el autor de referencia es el de su opción metodológica fundamental; por la Fenomenología, un paradigma central en las ciencias experimentales y positivas, lo que no deja de sorprender tratándose de un pensador de la Filosofía contemporánea, que deja de lado un saber teórico-deductivo racionalista. Su obra citada está profusamente ilustrada con una investigación empírica, envidiable para cualquier investigador que se precie de científico. Ambas perspectivas dignas, ahora, de un semiólogo de la Cultura de Culturas esferológica y de las espumas. Damos paso a la integración sistemática del marco teórico que nos propusimos. ¡Hasta la próxima!.

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