Esquizofrenia
Andrés Manuel López Obrador no es el dictador tropical que los prianrredistas nos quieren vender, es un presidente mexicanísimo que le ha sacado todo el provecho a ser la voz mandante de un sistema de gobierno autoritario, en el cual su voluntad es es la ley suprema, en su delirio, López Obrador considera que encarna la voluntad del pueblo y que por eso mismo no tiene la obligación de responder por sus acciones ante ningún tipo de control político y social. Un esquizofrénico con una retorcida idea de lo que la democracia debe ser, pero demócrata al fin; la muestra más clara de ello es que, en su afán de estar a la altura de Francisco I. Madero y pasar a la historia como el mejor presidente en la historia moderna del país, prometió que no habría reelección, y cumplió, a pesar de que durante todo el tiempo de su administración las huestes tetratransformistas le rogaron miles de veces para que se reeligiera. Al mismo tiempo que López Obrador respeta el lema sufragio efectivo, no reelección, al considerar que el Estado es él, vive en Palacio Nacional, confunde las ceremonias oficiales con fiesta privada en la que, saltándose todos los protocolos, él decide a quién invitar y a quién no. Demócrata esquizofrénico.
Destrucción
La oposición sin imaginación, en su odio ciego contra López Obrador lo pinta como un monstruoso dictador al que hay que derrocar, lo terrible es que muchas veces la lambisconería de las huestes morenitas, promueven esa imagen del presidente, con la idea de que se le está haciendo un favor al habitante de Palacio Nacional, la dirigencia de Morena en la Ciudad de México, encabezada por Francisco Chiguil Figueroa, demanda la clausura y demolición de la casa donde vive Xóchitl Gálvez, y el morenaje insensato aplaude, hasta que López Obrador, en la mañanera, da una lección para demócratas, dijo el presidente: “están hablando de la destrucción de la casa que se construyó, supuestamente sin papeles, sin permisos y que hay que destruir la casa de quien es representante del movimiento. No, no, no, ni quemar libros, ni utilizar la picota ni el marro para destruir nada”, por supuesto, López Obrador no pierde oportunidad de darle un laminazo a los que considera a sus adversarios, de ahí que se refiera a pirómanos como Marko Cortés y Paloma Amézquita, más allá de eso y, aunque sea de lengua para fuera, el presidente asegura que lo que se requiere es conciliación: “Nosotros no podemos, no debemos, sería ir en contra de nuestros principios hacer lo mismo. No debe de haber campañas de linchamiento porque nosotros padecimos eso; es más, todavía, pero no vamos a responder de la misma manera (…) Creo más en el amor al prójimo, entonces hay que buscar la conciliación”.
Segunda lección
Más tarde, en el Estado de México, durante la toma de protesta de Delfina Gómez, el presidente volvería a hacer referencia a quienes considera demócratas, habló del expresidente Enrique Peña Nieto y Alfredo del Mazo, López Obrador destacó que con el gobernador saliente hubo trabajo coordinado, “no hemos chocado, no han habido discrepancias” y reconoció que con Enrique Peña Nieto “a diferencia de los otros dos expresidentes, lo digo con todo respeto, no se metió, no aceptó hacer trampas y respetó la voluntad del pueblo de México”, no por nada lo dijo López Obrador, fue un espaldarazo a Alfredo del Mazo, a quienes los priistas han tachado de traidor, a esos reclamos se refirió el presidente, acusando a la oposición de que querían que el gobernador “utilizara el presupuesto público, que es dinero de todo el pueblo para favorecer a candidatos y a partidos, querían que hiciera campaña a favor de quien representaba a su partido, eso es ilegal y antidemocrático, él actuó como demócrata, y por eso mi reconocimiento”. Sopas perico, no miente López Obrador.
Tres machitos
Mientras López Obrador daba al menos dos lecciones de lo que es el comportamiento de un demócrata, en el otro bando, los prianrredistas se servían con la cuchara grande de los insultos en su diatriba contra Samuel García y se exhibieron como los intolerantes que son; de entrada, Jesús Zambrano lo llamó “aprendiz de tirano”, el perredista amenazó al gobernador de Nuevo León por no respetar el imperio de la ley; le siguió Marko Cortés, quien aseguró que Samuel García “ya enloqueció” y acusó de ser cómplice de López Obrador porque andan juntos para todos lados “y saben por qué lo traen, porque Samuel García es facturero, si se mueve tantito Samuel García, sabe que entraría a la cárcel”, irresponsable acusación con la que el dirigente panista justifica que la bancada prianrredista en Nuevo León le niegue el posible permiso para irse de candidato de Movimiento Ciudadano, así que le pidió al gobernador “que deje de estar chingando a nuestros alcaldes y a nuestros diputados locales”; pero el peor de todos, como siempre, fue Alejandro Moreno, con un discurso machista que basa el actuar político en la testosterona, arrebatado el dirigente priista señaló que “mientras Dante Delgado le sigue endulzando el oído diciendo que puede ser un aspirante presidencial, es una vergüenza que a su edad no tenga el carácter ni los arrestos para defender la democracia en este país, y ya le dije a Samuelito que si le hacen falta los tamaños para mandar a volar a Morena, nosotros le prestamos un poco si quiere”. Así de miserables quienes creen que encarnan la oposición, los “demócratas” que justifican su incapacidad electoral insultando a Alfredo del Mazo porque no los apoyó, los “demócratas” que ante la posibilidad de que Samuel García solicite permiso para contender por la presidencia (que nosotros aseguramos no va a ocurrir), se hacen las víctimas y acusan al gobernador de Nuevo León de persecución política; tres machitos cuyos únicos argumentos son mandar a la chingada a quienes no piensan como ellos, tres amigos que consideran que tener carácter es “tener huevos”, que es la seña con que Alito Moreno descalificó al joven Samuel García. No hace falta decir que detrás de las actitudes machistas de los dirigentes del PAN, PRD y PRI lo único que hay es el intento por construir un discurso que justifique su posible derrota ante Morena, la incapacidad de pensar en un proyecto de nación que no tenga como centro el odio contra López Obrador y la incomprensión de ideas distintas a las de la vieja política, como señalan desde Movimiento Ciudadano. Recordamos también a Peña Nieto preguntando¿ustedes qué hubieran hecho? al escuchar a estos tres presentarse como demócratas.
La del estribo
Más allá de que López Obrador, Marko Cortés, Jesús Zambrano y Alito Moreno se sientan la encarnación de la democracia y todos ellos den señales de incongruencia con una constancia apabullante, otro factor que iguala a los hombres que disputan el poder es que para nada benefician a sus candidatas, ante las expresiones de intolerancia de los machitos, tanto Claudia Sheinbaum como Xóchitl Gálvez han tenido que salir a pedir reconciliación y que los dirigentes se tranquilicen, reiterando las puertas abiertas de sus respectivos movimientos y la necesidad urgente de un diálogo en el que quepan todos. Una vez más, las mujeres obligadas a poner el ejemplo de que otra forma de hacer política es posible, caray. Así que ánimo, salud y democracia y que Viva México.
@PurisimaGrilla