Cinco adolescentes que estaban siendo resguardadas por el DIF estatal se fugaron, siendo esta la segunda ocasión en lo que va de este año que ocurre tal situación, “esto nos indica que deberíamos de anteponer el bienestar del menor sobre todas las cosas, eso me parece preocupante porque más allá que podamos señalar las deficiencias del sistema, que son claras, se nos están escapando menores de edad, donde la situación más preocupante es ver cómo se está desmoronando todo el tejido social”, señaló la diputada Leslie Figueroa Treviño, presidenta de la Comisión de Derechos Humanos.
Señaló que a la fecha se tienen más de 300 niñas, niños y adolescentes en el sistema DIF que no pueden regresar a sus familias porque no tienen un entorno seguro y en su mayoría son víctimas de violencia, abusos, negligencia y están en el abandono.
“Creo que sí es muy importante profesionalizar y capacitar a las personas que están a cargo de estas niñas, niños y adolescentes, porque no son perfiles convencionales”, dijo la legisladora.
Insistió en que hay protocolos internacionales para el tratamiento de las y los menores “y por lo que hemos visto no considero que se estén aplicando estos protocolos y que el personal esté capacitado, porque más que una crítica es una área de oportunidad, porque aun cuando la prevención no se ve hasta de 10 o 15 años hay que apostarle a invertir en la prevención”, indicó.
Por otro lado, señaló, hay una falta de profesionalización “porque no quiero decir ni conozco a las personas que forman parte de Casa DIF, pero no creo que tengan para nada la intención de que esto suceda, pero no basta tener buenas intenciones, necesitamos tener gente profesional porque el día de mañana estas niñas, niños y adolescentes que ahorita se están yendo no tendrán ningún tipo de apoyo ni respaldo”, mencionó.
Explicó que, por tanto, los menores al salir también representarán un problema social y de salud pública, porque no hay esquemas de educación sexual o esquemas de reinserción, que les permita salir y trabajar, porque no hay convenios con universidades y la mayoría deja de estudiar.
“Creo que el hecho de que estas menores se escapen es un grito genuino de búsqueda de atención y de decir estamos solas y da lo mismo dónde estemos, porque nadie viene por nosotras”.
Figueroa Treviño destacó que se les está fallando por todos lados, “porque las familias no están, no hay redes de apoyo y por otro lado el sistema tarda mucho en darles un espacio seguro y de calidad y no se atienden los protocolos, porque entiendo que no hay una separación tal cual de los menores que fueron abusados y de los que son abusadores, donde hay dinámicas como temas de pandillas y todo tipo de abusos”, concluyó.