En el bajo puente del libramiento carretero sur, Candelero Sánchez ha reunido a familiares y amigos para continuar con una tradición que cumple 22 años, estableciendo un punto para brindar algo de apoyo a los peregrinos que caminan rumbo a San Juan de los Lagos.
Candelero fue sanjuanero durante 18 años, en su oficio como albañil, estuvo trabajando en los puentes que van rumbo al aeropuerto, pero un accidente donde fue arrollado por un vehículo limitó su capacidad de moverse, y aunque hizo una última excursión a San Juan para dar gracias a la virgen por las bendiciones recibidas, se prometió a partir de entonces dar apoyo y ánimo a quienes hacen el viaje. “Juntamos tres arpillas de naranja, traemos tres paquetes de agua, les ofrecemos chicles y aspirinas para el dolor”.
El grupo pide a cada chofer de camión que haga sonar su claxon mientras un pelotón de caminantes se acercan, “ahí viene la bandita, póngase pilas”, y coordinados desde los pequeños, toman naranjas y botellas para obsequiar. “Ya cuando empieza a meterse el sol recogemos también para no obstruirles el paso en la carretera y que alcancen a ver”, dice mientras a lo lejos la fila de peregrinos llega hasta donde se puede ver.




