Para leer al Pato Donald | Opciones y decisiones por: Francisco Javier Chávez Santillán - LJA Aguascalientes
28/04/2025

Opciones y decisiones

Para leer al Pato Donald

De regreso a la Patria grande. Y a la caja de resonancia de la escena política del país, el Congreso de la Unión, que finalmente cierra -al parecer- su actividad legislativa de esta su primera sesión ordinaria, cargada de una intensa actividad dictaminadora con 16 reformas constitucionales y, en grado diverso de avance, su correspondiente legislación secundaria; cuerpo jurídico que por cierto no es asunto menor, porque es bien conocido que “el demonio está en los detalles”, allí debe estar puesto el ojo avizor de la ciudadanía y no digamos ya de los órganos y organizaciones de carácter público cuya función es velar por la debida rendición de cuentas del gobierno y funcionarios públicos en activo. 

Ya sabemos que la madre de todas las reformas es la relativa a la disolución del Poder Judicial Federal y en concomitancia a la reconstitución del Poder Judicial relativo a cada estado de la Federación, mediante su tránsito ya irrecusable a la elección popular obligatoria de quienes integran su cuerpo de juzgadores. También estamos enterados de la emisión obligatoria de la Ley de Ingresos y el Presupuesto de Egresos para el ejercicio constitucional 2005, de cuyos cuerpos normativos ha habido una verdadera marabunta de encuentros y desencuentros, debido al mayoriteo campante del bloque oficialista, sin miramiento alguno por el debido debate legislativo y, menos aún, de la búsqueda parlamentaria del pacto consensual con la formal, pero ahora irrelevante, oposición; habida cuenta de la ostentosa y soberbia “supremacía constitucional” del grupo dominante, o más finamente dicho por la intelligentia ilustrada: “el bloque histórico en el poder”. 

Me quiero referir al último asunto que deja pendiente, en esta primera fase, la LXVI Legislatura actuante, y que es el respectivo a la Ley Orgánica del conocido INFONAVIT. Un tema que parecía conformar el colofón de las multi-anunciadas reformas épicas de la Cuarta Transformación, pero que en las últimas sesiones parlamentarias levantaron gran escozor en quienes descansa la representación tripartita tanto de su Asamblea Nacional como de su Consejo de Administración: trabajadores, empresarios y Estado. 

Después de ya agotado el proceso de asignación y revisión de montos por sectores, órganos, niveles de gobierno, dependencias, entidades federativas, agencias u oficinas ejecutoras de gasto público; quedó notoriamente al descubierto un monumental fondo financiero, todavía intocado… el perteneciente al “Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores” (INFONAVIT), cuya competencia consiste en ser un organismo de servicio social con personalidad jurídica y patrimonio propios. Se fundó el 24 de abril de 1972 y su objetivo es cumplir con el derecho a la vivienda de los trabajadores. Y se describe como un banco hipotecario que ofrece soluciones financieras con crédito hipotecario. Sito en Avenida Barranca del Muerto núm. 280, Col. Guadalupe Inn, del. Álvaro Obregón, Ciudad de México, C.P. 6 jul 2023. Un edificio muy familiar para quien habita en esta colonia y su aledaña, Col. San José Insurgentes, desde cuyo Parque “De La Bola” puede apreciarse en su entorno. 

Pues bien, este fondo tripartito configurado estrictamente en tercios de competencia y autoridad al 33/33/33 de partes porcentuales, por el sector empresarial, el de trabajadores y la autoridad del Estado mexicano, de pronto resaltó al ojo fiscalizador del Gobierno Federal que preside la presidenta Dra. Claudia Sheinbaum, su círculo rojo de la Presidencia y sus omnividentes líderes parlamentarios. 

Ojo que, repentinamente, quedó obnubilado cual punto focal del Tío Mac Pato, cuya retina captó el flash centellante del signo $, que reiteradamente se imprimía en su globo ocular, y además imaginativamente escuchaba el ding-dong de la caja registradora; estaba embelesado ante un cerro dinerario de colosales dimensiones: 2 billones de pesos, en estricto régimen del sistema métrico-decimal… billones de billones, mmm ¡qué paladeable! 

Esto, ya en sequía de miles de millones repartidos para los proyectos estratégicos del segundo piso de la Cuarta Transformación; y quedando muchos sectores y nichos sociales aún descubiertos o cuasi-desnudos; elevó agudamente la presión sanguínea y el ritmo cardíaco de tan patrióticos clamores y sus comprometidos militantes. Parecieron gritar a una: ¡A por esa esforzada misión de servicio a la Patria! ¡Tenemos que dirigir el destino y la dispersión de esa colosal riqueza “de los mexicanos”! ¡Somos vanguardia y en esa desafiante cumbre debemos estar muy presencialmente! 


Antes que empresarios y trabajadores generadores natos de aquella cumbre numismática maravillosa pudieran reaccionar, ya se tenía una forma de intervención gubernamental, diferente al modo necesariamente viciado, corrupto e improductivo del pasado colectivo neoliberal -oligarquía rapaz-. ¡Mirad cómo su manejo está enlodado por la corrupción! ¡Ved cómo una humilde casa de interés social se vende miles de veces a diferentes acreditados! Haciendo de ello un fraude masivo, institucional, para beneficio de mega corruptos funcionarios y maleficio de malhadados trabajadores subsirvientes. 

Al grito de ¡Eureka! Inmediatamente se configuró una nueva, necesaria, irrefutable, impostergable intervención: Con el fin de “fortalecer” y “garantizar” el normal y óptimo funcionamiento de este mega fondo -en otras manos- (no las nuestras ¡más vivas!). Cosa y situación inadmisibles. Expídase, en consecuencia una nueva Ley que dé seguridad a las cuentas de los trabajadores, que garantice una fiscalización pura e impoluta desde la Secretaría de Hacienda, máximo órgano del tesoro de la Nación Mexicana, y una regencia o dirección superior que debe emanar del propio mando de la presidenta de la República, y no -como ahora- de un acuerdo tripartito elector respecto de una personalidad acaso intrascendente o emanada de incierto u obscuro lugar; ¡faltaba más! Su nombramiento debe provenir del centro mismo del Poder Ejecutivo, para garantizar su lealtad y responsabilidad. 

Y, no, no es ocurrencia ni bromita. Es precisamente en boca del vicecoordinador de la Cámara de Diputados, Alfonso Ramírez Cuéllar que escuchamos: Hicimos una Reforma al Artículo 123 Constitucional, tiene por objeto fortalecer al INFONAVIT, le dimos facultades para que pudiese construir, pudiese adquirir suelo, y también integrar todo un sistema muy robusto de renta social. Esto fue por consenso de todas las partes, y le dimos un objeto mucho más amplio, y fortalecimos al Instituto. (Fuente: Grupo Fórmula. Ciro por la Mañana. Alfonso Ramírez Cuellar. https://x.com/Radio_Formula/status/1869756004587446736). 

Se dice que la meta es construir un millón de viviendas, escriturarlas a los trabajadores. El de la voz afirma que las cuentas de los trabajadores están total y absolutamente protegidas; se mantiene y se asegura el sistema de representación tripartita, (10/10/10 en la Asamblea Nacional; y 4/4/4 en el Consejo de Administración). Lo que está modificándose es nombrar al director general -como se hace en el IMSS- por el titular del Poder Ejecutivo, para garantizar la fortaleza, la eficiencia y la mayor transparencia en el funcionamiento del Instituto. Mismo que será fiscalizado, será controlado y regulado por la Secretaría de Hacienda. Antes era explícito que sería la Comisión Nacional Bancaria y de Valores su regulación, pero su ámbito de competencia es la fiscalización de un banco; y si bien, el Instituto otorga créditos, no requiere niveles de capitalización, de reserva, de liquidez, como los criterios establecidos a nivel internacional en las disposiciones de Basilea I y Basilea II. Por eso ahora se amplía más la fiscalización directa y de la Auditoría Superior de la Federación, que se dio en la resolución de la SCJN.  Existe ahora una regulación prudencial para garantizar que en el otorgamiento de los créditos, exista una total transparencia y total responsabilidad. Aquí hay un fortalecimiento en las labores de fiscalización

Curiosamente, la reforma de Ley consiste en la total observancia del nuevo régimen: a) se anula el reglamento interno de nombramientos o nominación anterior, entiéndase autonomía y desconcentración del nivel central; para subordinar la designación de autoridades estrictamente al titular del Poder Ejecutivo, para el caso, la presidenta de la República; b) la fiscalización y, por ende la rendición de cuentas, ya no se hace a un órgano autónomo, sino al más alto nivel central de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público; y c) La Secretaría de la Función Pública es la responsable de emitir los dictámenes de lealtad y responsabilidad de la entidad controlada, al Gobierno Federal. Nada queda a la libre determinación de un instituto del orden público; toda relación queda vinculada al nivel central decisorio; el aparato gubernamental federal asume la fiscalización, eficiencia y transparencia de los sujetos obligados a su tutela.

Bien, queda claro que ni una hoja del gran árbol del INFONAVIT se puede mover, sin la autorización, supervisión, rendición de cuentas, transparencia y productividad del mando central establecido por el nuevo régimen de la Cuarta Transformación. Máxime, tratándose de una montaña sagrada dineraria, que históricamente se creó y produjo bajo el pasado régimen corrupto de adversarios neoliberales del López-obradorismo. ¡Claro que esta vanguardia transformista debe estar en control de tan importante ente histórico del constitucionalismo mexicano! 

Y cabe la interrogante: ¿A quién o a qué sector de la población beneficia esa millonaria masa de capital que suma 2 billones de pesos? Se dijo, incluso en el período precedente a la asunción del poder político de Andrés Manuel López Obrador, que los ingentes recursos depositados en las Afores eran patrimonio intocable de los trabajadores derechohabientes, ya fueran del IMSS o del ISSSTE; una de cuyas columnas, estaba conformada precisamente por los depósitos para Vivienda de los Trabajadores. Exactamente en año electoral de 2018, triunfante ya el entonces presidente electo, se hablaba de los ingentes recursos (miles de millones de pesos) depositados para fomento y crédito de Vivienda de ambos institutos públicos; y que esperaban su acceso y destino de parte de los trabajadores, bajo el esquema de las Afores. 

Quiero, al respecto, citar mi experiencia propia en el proceso de jubilación; que me parece ilustrativo de lo que significan en los hechos estas descomunales cantidades dinerarias. Mi primera cita médica ante el IMSS, una vez pensionado, ocurrió para un estudio diagnóstico el 7 de julio de 2018; de lo cual deriva mi referencia al programa Diabetimss, en diciembre de ese mismo año. Coincidente con la toma de posesión del presidente Andrés Manuel L.O. Previo a esta inserción, hube de pasar todo el año anterior 2017, en gestiones de trámites para obtener mi pensión; asunto un tanto complejo, porque yo trabajé parte de mi historia laboral a nivel federal y la restante 15 años a nivel local estatal. 

Ambas fueron muy complicadas debido a los términos de vigencia en diversas dependencias y oficinas. Pero, lo relevante y pertinente al asunto que aquí abordamos, ocurre con “el ahorro en mis cuentas para Vivienda”. Tanto del IMSS como del ISSSTE quedó en un monto modestísimo de “ahorro”; del primero ascendió probablemente a los 20,000.00 pesos y para el segundo no llegó a ese monto, unos 16,000.00 pesos a lo largo de 15 y 13 años laborales, respectivamente. ¿Qué pasó con los rendimientos espectaculares de mi Afore? Simplemente dicho, no cotizó, no se movió a lo largo de mi historia laboral. Quedó en un fondo congelado; añadiendo además que, debido al ajuste de la moneda de tres ceros (000 – régimen Salinista), así me dijeron, los miles se hicieron literalmente pesos. Y como dijo sarcásticamente nuestro Payaso Tenebroso: “Lástima Margarito! – Llévenlo al baile!” Este parte de novedades de las funcionarias de la Afore, fue matizado de resignación, diciendo: ¡Mmm, Sr., dé gracias que, a Ud., le salieron pesos, a otros les salen centavos! Y los billones ¿de quién son? 

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