Con la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos (otra vez), la amenaza de una deportación masiva vuelve a preocupar a miles de mexicanos. Ante este panorama, el gobierno de Claudia Sheinbaum sacó de la manga el programa “México te abraza”, una estrategia para recibir y apoyar a quienes podrían ser deportados.
Desde la mañanera, Rosa Icela Rodríguez, secretaria de Gobernación, explicó los detalles del plan, que tiene como objetivo principal lograr que los deportados se reincorporen a sus comunidades de origen con el menor impacto posible.
La presidenta Sheinbaum agregó que no habrá un operativo especial para reforzar la seguridad en las fronteras, sino que todo está contemplado en la estrategia nacional.
¿De qué trata “México te abraza”?
El programa incluye una serie de beneficios que, en teoría, están diseñados para que los connacionales no se sientan abandonados:
- Apoyo económico inmediato: Cada persona deportada recibirá una tarjeta llamada “Bienestar Paisano” con 2,000 pesos, para cubrir sus gastos urgentes.
- Servicios básicos: Acceso a programas sociales, como el IMSS y servicios de salud para ellos y sus familias.
- Transporte y comunicación: Habrá transporte gratuito hacia sus comunidades de origen y facilidades para que se comuniquen con sus seres queridos.
- Documentación oficial: Ayuda para tramitar actas de nacimiento, CURP y credenciales de elector, esenciales para reactivar su vida en México.
- Personal capacitado: Más de 260 servidores públicos estarán en aeropuertos y puntos fronterizos para asistir en el proceso.
Además, el gobierno asegura que ya hay acuerdos con estados como Baja California, Sonora y Tamaulipas, así como con otros lugares clave como Oaxaca y Michoacán, para coordinar la recepción de los repatriados.
¿Suena bonito, pero funcionará?
A primera vista, el programa parece un gesto solidario e importante, pero… ¿realmente está a la altura de lo que implica una deportación masiva?
Los 2,000 pesos de apoyo inicial son un buen detalle, pero claramente no alcanzan para mucho, menos si consideramos que muchas personas llegarán sin empleo, sin red de apoyo y con pocas opciones para empezar de nuevo.
Además, aunque se habla de coordinación con los estados fronterizos, estas regiones ya enfrentan problemas de seguridad, falta de recursos y saturación en sus servicios. ¿De verdad están listas para recibir a miles de personas más?
Otro tema preocupante es la falta de claridad sobre el seguimiento a largo plazo. Es decir, una vez que los deportados lleguen a su destino y usen los recursos iniciales, ¿qué sigue? ¿Habrá empleos disponibles? ¿Realmente podrán integrarse a la vida en México o se quedarán en el limbo?
No se puede negar que el gobierno mexicano debe prepararse para una posible crisis migratoria, pero “México te abraza” parece más una solución de emergencia que un plan bien pensado. Hay pocas garantías de que este abrazo se traduzca en un apoyo real y sostenible.
