- Adriana Silva encontró en el Programa Reintegra el impulso que necesitaba para cambiar su vida. Con el apoyo incondicional de su madre, hoy agradece esa oportunidad que le permitió salir del mundo de las adicciones y recuperar su vida, su familia y su propósito.
Adriana vivió años marcados por la adicción y una relación tóxica que la llevó a tocar fondo. Compartía su vida con una pareja que también consumía, lo que generó un círculo vicioso donde todo giraba en torno a conseguir dinero para seguir alimentando la dependencia.
“Lo único en lo que pensábamos era en cómo conseguir más dinero para seguir consumiendo. Dejé de ser responsable, de preocuparme por mis hijos, de cuidar mi casa. No veía por nadie más que por la adicción”, recuerda.
La situación se volvió aún más difícil cuando el consumo fue acompañado de violencia. “Él me golpeaba, me tenía encerrada. Un día terminé en el hospital después de una cirugía en la mano. Me dejó ahí y nunca volvió. Fue entonces cuando mi mamá tomó la decisión de anexarme”.
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Adriana ya había estado en otros centros de rehabilitación, pero la experiencia no había sido positiva. “En otros lugares, te maltratan física y emocionalmente. Aquí fue todo lo contrario. Nos ponían psicólogos, doctores, nos escuchaban y trataban con respeto. No esperaba recibir tanto apoyo de personas que no eran nada mío”, comparte.
Lo que más la sorprendió del Programa Reintegra fue sentir que su voz tenía valor, que por primera vez en mucho tiempo alguien la escuchaba sin juzgarla. “Me pusieron atención y eso era algo que no tenía en mi familia. No me sentía sola”.
Después de haber estado sumida en la adicción y el abandono de su hogar, Adriana ahora ha recuperado la relación con su madre y, lo más importante, con sus dos hijos.
“Antes, llegaba a la casa solo para drogarme y luego me iba. No los escuchaba, no me importaba su vida. Ahora me he convertido en ama de casa, en mamá presente. Quiero que confíen en mí, que me cuenten sus cosas, y, sobre todo, que no sigan el mismo camino que yo tomé”. Este proceso no solo le permitió sanar su relación con su familia, sino también visualizar un futuro diferente.
Uno de los objetivos de Reintegra, impulsado por la gobernadora Tere Jiménez, es la reinserción social, y Adriana lo ha tomado como una oportunidad para reconstruir su independencia.
“Me entregaron un carrito de comida y mi plan es salir adelante con él. Aún no lo he puesto a trabajar por falta de recursos, pero estoy segura de que será mi forma de salir adelante. Antes, solo pensaba en consumir, ahora pienso en cómo mejorar mi vida”.
Adriana tiene un mensaje para quienes están en la misma situación en la que ella estuvo:
“No están solos. Se puede salir adelante. Las drogas te hacen creer que no hay salida, pero sí la hay. Lo más importante es luchar por uno mismo, por las personas que nos aman, por una vida diferente. El Programa Reintegra es un apoyo real. Nos escuchan, nos entienden y nos ayudan a ver la vida de otra manera. Nunca es tarde para cambiar”.
Hoy, Adriana mira hacia el futuro con esperanza. Con el apoyo de su familia, sus hijos y el compromiso con su nueva vida, sabe que cada día es una oportunidad para demostrar que el cambio es posible.