Bajo presión
Cabezas
En cuestión de horas, en Morelos destituyeron a Uriel Carmona Gándara de la Fiscalía General de Justicia y nombraron como fiscal a Edgar Maldonado Ceballos, medida que levanta sospechas no sólo por la celeridad con que el Congreso de esa entidad realizó el trámite sino porque unas horas antes, Uriel Carmona difundió en medios que solicitaría el desafuero del diputado federal Cuauhtémoc Blanco para poder ser investigado sobre la acusación de tentativa de violación, realizada por la media hermana del exgobernador morelense.
Cuando Uriel Carmona presentó el caso en los medios, esperaba que no hubiera represalias contra su Fiscalía o contra el Ministerio Público, porque la solicitud de desafuero de Cuauhtémoc Blanco estaba relacionada con una agresión en contra las mujeres y no tenía nada que ver con las viejas rencillas que tuvo el fiscal con el exgobernador. La destitución se realizó incluso antes de que su petición de desafuero fuera recibida por la Cámara de Diputados, sin embargo no puede ser vista como una coincidencia, justo porque es en el Poder Legislativo desde donde se está el poder para congraciarse con la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo y, en primera instancia, proteger a los cercanos a Andrés Manuel López Obrador.
Para enturbiar la solicitud de desafuero del exgobernador de Morelos, en la Cámara de Diputados el responsable del trámite es Hugo Eric Flores, presidente de la Comisión Jurisdiccional, quien como presidente del Partido Encuentro Social metiera a la política al exjugador del América, para años después pelearse con Cuauhtémoc Blanco y acusarlos de corrupción.
Ante estas acusaciones, de inmediato el coordinador del morenaje en la Cámara de Diputados, Ricardo Monreal, salió a lavarse las manos sobre el asunto, afirmando que no prejuzgaría a ninguno de sus compañeros y que esperaría a conocer los documentos para no “aventurarse ni hacerle al adivino de rancho para saber de qué se trata”, eso sí, enfatizó que no protegerán a nadie, porque en Morena nunca lo han hecho y nunca lo harán.
Los malos gobernadores son una parte más de la pesada herencia de López Obrador a Claudia Sheinbaum, el gobierno de la presidenta enfrenta serios problemas de seguridad provocados por la ausencia de los gobernadores de Tabasco y Sinaloa, al grado que se le demanda que intervenga para cortar las cabezas de esos mandatarios.
Con el argumento de que no es igual a los de antes, la presidenta sostiene que no intervendrá en la destitución de gobernadores y ante la demanda pública de las destituciones ha aplicado medidas tangenciales, como enviar a Omar García Harfuch a Sinaloa o desplazar a elementos del ejército a Tabasco.
Ante la declaración de la presidenta de que no intervendrá, la permanencia de los gobernadores heredados y protegidos por López Obrador, los grupos de poder al interior de Morena aprovechan la ocasión para mover sus piezas, ya sea a favor o en contra de personajes como Cuauhtémoc Blanco, Javier May Rodríguez y Rubén Rocha Moya, y buscan extender su influencia en el Poder Legislativo.
Los enfrentamientos entre los grupos de Adán Augusto López Hernández, Ricardo Monreal y los morenitas de nuevo cuño como Hugo Eric Flores, se estarán reflejando en los medios de comunicación pero termina salpicando a la presidenta Sheinbaum Pardo, pues en la defensa de los suyos, el morenaje elige la ambigüedad, declaran que están a favor de la presunción de inocencia pero que no meten las manos al fuego por nadie, siempre con algún argumento para desviar la atención de las acusaciones en contra de los morenitas.
La destitución de Uriel Carmona Gándara levanta sospechas porque se da justo cuando pide el desafuero de Cuauhtémoc Blanco para investigarlo por el delito de tentativa de violación, para apoyar el despido del fiscal de Morelos, se argumenta que la propia Claudia Sheinbaum lo declaró su enemigo por el caso de feminicidio de Ariadna Fernanda; caso que no tiene nada que ver con el del exgobernador de Morelos y las acusaciones de corrupción.
Esa es la táctica del morenaje, levantar cortinas de humo y revolver el río, lo único que falta es que el desafuero de Cuauhtémoc Blanco se detenga por motivos no relacionados a las acusaciones de corrupción, peor aún, que desde el gobierno federal se permita que se cometan injusticias contra cualquier funcionario, como Uriel Carmona, sólo por el hecho de no ser morenita.
Coda. Para la Reina sólo existía un modo de resolver los problemas, fueran grandes o pequeños. ¡Que le corten la cabeza! ordenó, sin molestarse siquiera en echarle una ojeda, escribió Lewis Carroll en Alicia en el país de las maravillas, ojalá que el morenaje no convierta a Claudia Sheinbaum en este tipo de reina.
@aldan