Bajo presión
Capricho
La estrategia de intimidación usada por Donald Trump en toda negociación es muy famosa, está en libros, discursos y ha sido múltiples analizada, por lo que el plazo pactado para que el gobierno de los Estados Unidos no aplique aranceles de 25% a Canadá y México debería ser entendido en su justa medida y no proclamado como un gran triunfo de la presidenta Claudia Sheinbaum, como quieren hacer ver los lambiscones y voceros del oficialismo.
Proclamar la victoria de la presidenta es un poco resultado de que se conocen las consecuencias terribles para México si se cumplen los caprichos de Trump, sin embargo, la exageración será contraproducente, si se deja de ver que únicamente se extendió el plazo pero que la amenaza sigue ahí, es posible que la administración mexicana deje de prepararse para escenarios futuros.
Desde el ascenso al poder de Claudia Sheinbaum, la aprobación de la presidenta mantiene una tendencia en ascenso, en el primer mes de 2025, en la medición de Mitofsky para El Economista, ya es de 65%, por segmentos este porcentaje alcanza casi el 80% (74.9) y el 71.7 de los encuestados aprueba la gestión de Sheinbaum Pardo, por la actuación de la presidenta ante Trump, es seguro que en la siguiente evaluación la presidenta supere el porcentaje alcanzado en enero.
Es necesario insistir en que las amenazas de Trump se mantienen y que las negociaciones apenas inician, para así no perderse entre el barullo levantado por sus adoradores, quienes llegan a niveles vergonzosos de lameculismo, como el diputado Ricardo Monreal, quien ante la bancada que dirige se solidarizó con la titular del Poder Ejecutivo y, exaltado, gritó: “Que sepa el mundo, México está unido en torno a su presidenta de la República, jefa de Estado y jefa de gobierno. Que viva México. Viva México. Viva nuestra presidenta, Claudia Chenbaum (así lo pronuncia Monreal)”, esto durante la sesión ordinaria del 1 de febrero, antes de darse a conocer los acuerdos con Trump, no habrá que esperar mucho para alguna otra expresión zalamera del zacatecano o cualquier otro vocero del oficialismo.
Nadie pide que se niegue reconocimiento alguno a la presidenta, sólo que sus acciones sean valoradas en la justa medida, la vileza y falta de imaginación ya está acaparada por dirigentes como el priista Alejandro Moreno y un puñado de panistas que se empeñan en el odio.
En la conferencia matutina de ayer, la presidenta confirmó que no está invitada la ministra presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Norma Piña, a la ceremonia del 5 de febrero, con motivo del aniversario de la promulgación de la Constitución de 1917, según Sheinbaum Pardo los motivos para hacerlo son obvios: no respetan la Constitución. “¿Hasta ahora la Corte, qué es lo que ha estado haciendo la mayoría de los ministros de la Corte? En esta ocasión tomé la decisión de que es un acto republicano, pero la Corte también debe respetar al Ejecutivo, al Legislativo y debe respetar la Constitución, tomé la decisión, es un acto que organiza el Ejecutivo, pues vamos a estar dos poderes”.
Todo indicaba que la doctora Sheinbaum no seguía los pasos del colérico y rencoroso Andrés Manuel López Obrador, en varias ocasiones la presidenta dio muestras de una cortesía ausente en el tabasqueño, que por un capricho no invite a uno de los tres Poderes no puede sólo ser visto como un desaire a Norma Piña, el Poder Judicial es el intérprete y principal defensor de la Constitución, la ceremonia para conmemorar la Carta Magna no es una fiesta de cumpleaños o un asado al que permites la entrada sólo a quienes te caen bien. Norma Piña seguirá en funciones hasta agosto y es, aunque no le guste a nadie, la representante del Poder Judicial.
La lisonja y zalamería de los verdaderos adversarios de Sheinbaum Pardo, esos diputados y senadores que revientan en porras mientras esperan la oportunidad para alcanzar el poder, ya está afectando a la presidenta, quien considera que puede dar lecciones de respeto omitiendo a uno de los tres poderes.
No es un hecho menor, si bien es un acto simbólico, es un acto republicano, lo dijo la misma Sheinbaum Pardo y lo que la presidenta está haciendo es invisibilizar a uno de los tres poderes, una mala señal para el futuro.
Coda. Otro dato que también subió en la encuesta de Mitofsky fue el de la percepción de corrupción, alcanzó el 82.8%, al igual que la aprobación de la presidenta, mantiene una tendencia al alza, algo que los adoradores de Claudia Sheinbaum evitan explicar.
@aldan




