- La unidad K9 de Aguascalientes se destaca por su trabajo en la detección de narcóticos, armas y sustancias prohibidas
- La formación de los ejemplares caninos toma más de un año, incluyendo exámenes rigurosos y un proceso de acreditación nacional
- Los perros de la unidad K9 no son considerados mascotas, sino compañeros de trabajo entrenados para enfrentar situaciones de alto riesgo
La unidad K9 de la Secretaría de Seguridad Pública Municipal de Aguascalientes sigue en plena demostración de su efectividad en la lucha contra el crimen. A cargo del policía tercero Jorge Alonso Correa López, esta brigada trabaja con ejemplares altamente capacitados, no solo en la detección de narcóticos, sino en una variedad de tareas que los convierten en un pilar fundamental en la seguridad de la ciudad.
K9, que proviene del término en inglés “canine”, se refiere a un grupo de ejemplares multipropósito, cuya capacidad para detectar narcóticos, armas, restos humanos y hasta fentanilo ha sido fundamental en diversas operaciones. Los perros son entrenados durante más de un año, y deben pasar estrictas pruebas antes de ser considerados oficiales de la policía.
“Los ejemplares, no son mascotas, son compañeros de trabajo. Están capacitados para dar la vida por los seres humanos, en situaciones de alto riesgo”, explicó el policía Correa López, quien lleva más de 17 años en la unidad. Aunque la preparación de estos perros es rigurosa, el trabajo no es fácil para los manejadores, pues también deben enfrentarse a situaciones difíciles, como la enfermedad de sus compañeros caninos.
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El proceso de selección de los perros, que inicia a los ocho meses de edad, es solo el primer paso. Los ejemplares deben aprobar pruebas específicas que certifican que están listos para desempeñar funciones de seguridad pública. Correa López destacó que la unidad K9 también está en constante formación y profesionalización, mencionando que, gracias al apoyo de las autoridades estatales y municipales, en los últimos años se ha enviado personal para la acreditación nacional en Veracruz. Este tipo de certificación es clave para que los ejemplares y sus manejadores puedan intervenir en situaciones de crimen, a sabiendas que su trabajo está respaldado por la legislación nacional.
En el marco de esta operación, los ejemplares no solo sirven para el control y prevención del delito, sino también en actividades de proximidad social: “Vamos a escuelas, universidades, y hacemos exhibiciones en las que demostramos la destreza de nuestros compañeros. Los ciudadanos deben saber que estos ejemplares están al servicio de la comunidad, no solo para la detección de drogas, sino para brindar seguridad”, señaló el policía.
En su testimonio, Jorge Alonso compartió la memoria de su ejemplar más querido, Matt, un labrador con el que trabajó durante más de diez años: “Él fue uno de los ejemplares más efectivos que hemos tenido. No solo fue clave en la detección de narcóticos, sino que dejó un gran impacto en la unidad”, recordó, visiblemente conmovido. Aunque el labrador ya falleció, su legado perdura en cada operación que realizan los miembros de la unidad K9.
En cuanto a la incorporación de nuevos elementos a la unidad, Correa López explicó que se requiere una selección rigurosa. No todos los policías tienen las habilidades necesarias para ser manejadores caninos, por lo que se realizan pruebas físicas y psicológicas para asegurarse de que los candidatos tengan la disposición y el amor por el trabajo que implica estar al lado de estos ejemplares.