Los animales sintientes | Imágenes de Aguascalientes por Carlos Reyes Sahagún - LJA Aguascalientes
12/06/2025

Existe una corriente de opinión que busca que se legisle a propósito de algo que para muchos es obvio -por ejemplo, para quienes impulsan esta iniciativa- pero que muchas personas ignoran, en un acto más de humana miopía: que los animales son sintientes -horrenda palabra… ¿Por qué no mejor sensibles?-.

Esta polémica me recuerda otra, tan estúpida como esta; una discusión de principios del siglo XVI, cuando los civilizados europeos se aprestaban a someter a sangre y fuego a los habitantes del continente recién descubierto y a expoliar todo lo que encontraran: ¿los indios son humanos; son personas?

Como digo, se trata de cuestiones obvias, e iré más allá: estoy convencido de que algunos animales, y aquí hablaré por los perros, realizan ciertas operaciones racionales, es decir, piensan…

Nos gusta mucho pensar que a nosotros nos corresponde el raciocinio y a ellos el instinto; que somos los únicos seres pensantes de la creación -un acto más de nuestro enorme egocentrismo-. Nosotros reflexionamos y actuamos en consecuencia -¡cuántas veces se pone en duda esto?-, en tanto ellos siguen su instinto, como si frecuentemente nosotros no hiciéramos lo mismo y no estuviéramos sometidos a la necesidad, al igual que ellos.

Pues no, no creo que la capacidad de pensamiento sea exclusiva de las personas. El asunto tiene que ver con el desarrollo del cerebro, de ciertos elementos presentes en unos y ausentes en otros. Claro que no estoy afirmando que un perro sea capaz de escribir una novela, o un delfín de componer una sinfonía, etc., no. En todo caso realizan operaciones intelectuales muy elementales; mínimas, que tienen que ver con su circunstancia de vida, cómo resolver determinada situación, como superar algún obstáculo, etc. Entienden cuando uno les habla, son capaces de obedecer órdenes muy básicas, aprenden cosas, se alegran, se entristecen, se enojan, son juguetones. ¿Cuál es la diferencia entre un perro que persigue una pelota, y un hombre que hace otro tanto?, son curiosos, observadores, graciosos, como este temerario perrito, que desprecia el peligro de caer con tal de satisfacer su curiosidad.

Entonces, ¿cómo es posible que haya personas que los maltraten; que se tenga que llegar al extremo de legislar para reconocer todo esto que es evidente? 

(Felicitaciones, ampliaciones para esta columna, sugerencias y hasta quejas, diríjalas a [email protected]).


Show Full Content
Previous Hola y adiós: Joaquín y Aguascalientes | Así es esto por Rubén Díaz López
Next Jesús María trabaja para impulsar el turismo
Close

NEXT STORY

Close

Sólo tres de los cinco aspirantes a fiscal general tienen experiencia en procuración de justicia

02/07/2015
Close