Orquesta Sinfónica de Aguascalientes
Debussy, Sibelius y Brahms en el segundo concierto de temporada
¿Y ahora qué podemos decir?, ¿qué hacer cuando el recurso del lenguaje no nos alcanza?, es entonces que nos damos cuenta que solemos hacer un uso irresponsable de los superlativos y ciertos adjetivos calificativos. Parece que todo nos parece grandioso, sublime, majestuoso, soberbio, excelente, es decir, hemos desgastado el verdadero contenido de todas esas expresiones, y cuando un acontecimiento verdaderamente merece ese tipo de argumentos, nos parecen entonces como fórmulas cuyo exagerado uso les ha quitado su verdadero valor y sólo parecen términos vacíos, sin contenido, incluso como un vicio del lenguaje.
Así me siento en este momento en que intento escribir para compartir contigo, amigo melómano, algo que realmente exprese lo que sucedió en el Teatro Aguascalientes el pasado viernes 7 de febrero en el segundo concierto de la primera temporada del año 2025 de la Orquesta Sinfónica de Aguascalientes, creo no equivocarme al afirmar que este ha sido uno de los mejores conciertos de la OSA, no sé, en los últimos dos o tres años, si acaso comparado con aquel que dirigió el maestro Barrios hace unos meses, de hecho, un buen amigo y frecuente asistente a los conciertos de la OSA, me dijo que padecía una especie de depresión posBarrios, es decir, se sentía triste después de asistir a aquel gran concierto y volver posteriormente a la realidad, y sí, lo entiendo, pero ¿sabes?, es con este tipo de directores que nos damos cuenta del verdadero potencial de nuestra Sinfónica, está hecha y apta para esto, para este tipo de retos, de compromisos que la llevan al extremo, y como siempre, la OSA respondiendo solventemente a las exigencias, en este caso, del director, de la maravillosa solista, y del programa que no es, de manera alguna, un caramelito fácil de degustar.
Este segundo concierto lucía atractivo desde el papel, ver programadas estas tres obras era ya sumamente atractivo, el Preludio a la Siesta de un Fauno de Debussy, el Concierto para violín y orquesta en re menor, Op.47 con la participación de la maestra neozelandesa Amalia Hall oficiando como solista, después del intermedio, la exquisita Sinfonía No.2 en re mayor, Op.73 del compositor alemán Johannes Brahms teniendo al maestro Jorge Vázquez como director invitado, claro, la solista de lujo y el director huésped fueron la cereza del pastel.
El concierto inició con la obra de Claude Achille Debussy, el máximo representante del impresionismo, con su obra Preludio a la Siestas de un Fauno, un pequeño poema sinfónico inspirado en un poema de Mallarmé llamado La Siesta de un Fauno, posteriormente Vaslav Nijinsky realizó la coreografía basándose en la música de Debussy para ser presentada por los ballets rusos de Sergei Diaguilev. Se trata de una obra clave en el desarrollo de la música en el siglo XX, de acuerdo a la opinión del maestro Pierre Boulez, pedagogo, director y compositor francés, el Preludio a la Siesta de un Fauno de Debussy, marca el inicio de la música moderna.
Aunque como ya lo comentamos, es un poema sinfónico, es decir, música que sigue un programa, música descriptiva, tiene elementos concertantes muy interesantes, en este caso la flauta es exigida al extremo, y la maestra Megan Maiorana, principal de flautas de la Orquesta Sinfónica de Aguascalientes respondió con autoridad, con dominio técnico y con extrema sensibilidad a las exigencias extremas de este breve episodio sinfónico, lo que por supuesto no nos sorprende, estamos ya acostumbrados a su capacidad y alcances, no nos sorprendió, sólo nos deleitamos con esta deliciosa interpretación.
Vino después el Concierto para violín de Sibelius, sin duda la presencia de la maestra Amalia Hall había generado expectativa, por lo que el Teatro Aguascalientes lució una muy buena entrada con muy pocas butacas desocupadas, al menos en el primer piso, ignoro cómo estaría la asistencia en la planta alta, pero vi un público muy numeroso bajar por las escaleras al terminar el concierto.
Por Dios, verdaderamente convincente la ejecución de la maestra Hall. Ignoro cómo fue el contacto, o a través de quién se logró traer a una solista de este nivel, no tengo duda al afirmar que este es el tipo de intérpretes que necesita y merece nuestra Sinfónica, es entonces que la podemos apreciar en toda su elocuente grandeza, y no hablo sólo de la maestra Hall, también del director, el maestro Jorge Vázquez que hizo lucir inmensamente a la OSA, supo sacarle todo el jugo a nuestra máxima entidad musical y hacerla sonar en todo su potencial que suele permanecer oculto o al menos expresar su potencial de manera parcial o a cuenta gotas. Sabemos que la orquesta es el instrumento del director y de él depende cómo se escuche. Quienes vamos a los conciertos cada semana y seguimos a la OSA con una devoción casi religiosa, no tenemos duda de la potencia y calidad de nuestra Sinfónica, brilla intensamente con toda la fuerza de su luz cuando la batuta está en manos de alguien que sabe qué quiere, que tiene un absoluto dominio de la partitura, y que, además, sabe hasta dónde puede llegar con la orquesta que tiene enfrente.
Este segundo concierto terminó con una deliciosa interpretación de la Sinfonía No.2 de Johannes Brahms, probablemente mi favorita de las que compuso el maestro, no sé, si escucho la tercera diré lo mismo, y así con cada una de las cuatro sinfonías, pero eso es lo de menos.
Mañana la OSA interpreta un programa especial por el día de San Valentín, catorce boleros para el 14 de febrero, la cita, como cada semana, es a las 20:30 horas en el Teatro Aguascalientes, dirige el maestro Román Revueltas.




