Este lunes, México está de luto porque una de las voces más representativas de la música regional mexicana, Paquita la del Barrio falleció a sus 77 años en su casa de Veracruz. Te contamos más sobre su histórica carrera, su legado y sus aportaciones al empoderamiento femenino.
¿Quién fue Paquita la del Barrio?
Cuando a Paquita la del Barrio le preguntaron cómo prefería ser llamada, simplemente respondió: “Que me digan como quieran, yo no sé”. Y efectivamente, no sabía que se convertiría en la reina de la música ranchera, la famosa reina del pueblo y una defensora de la lucha de las mujeres mexicanas con sus letras, su voz y su personalidad irremplazable.
Nacida como Francisca Viveros Barradas en Veracruz en 1947 en la ciudad de Veracruz, la cantante, compositora y actriz descubrió sus habilidades musicales desde pequeña y fue a perseguir su sueño a Ciudad de México. Pero no todo fue un camino fácil, porque además de haber nacido en una situación de pobreza extrema, también sufrió discriminación por el simple hecho de ser mujer y tragedias por parte de sus ex parejas. Sucesos que en su momento la impactaron, pero que nunca la detuvieron para que se formara como la mujer y artista que siempre quiso ser.
Fue después de dejar a su primer esposo, a quien conoció cuando tenía solamente 15 años, quién además era más de 15 años mayor que ella, era casado y tenía otra familia. A partir de ese momento, Paquita la del Barrio se liberó de esa traición, en busca de algo mejor. Y así fue, porque tomó sus cosas y se mudó a Ciudad de México, junto con su hermana Viola. Juntas formaron el dueto Las Golondrinas y marcó el inicio de su carrera, sin saber que le esperaban casi 5 décadas de carrera musical.
Ya en la década de los 70’s, empezó a cantar en pequeños bares y eventos locales, hasta llegar a “La Fogata Norteña”, lugar que es particularmente especial, ya que conoció a su segundo esposo, con quien estaría hasta quedar viuda. Este matrimonio también le dejaría algunas secuelas, ya que al esperar dos hijos con Alfonso Martínez, éstos murieron a los tres días. Dos años después adoptaron a Martha Elena, quien era hija de su hermano fallecido.
¿Cómo fue que se convirtió en el ícono que todo México ama y reconoce?
Desde mucho antes de su llegada a la fama, Paquita ya era un ícono por sí sola. Tras las adversidades que marcaron su vida personal, nunca se dio por vencida y siguió adelante, tanto por ella, como por sus hijos. Trabajó en distintos oficios, hasta que logró abrir su propio restaurante en la colonia Guerrero. Ese restaurante se convirtió en su escenario por un tiempo, porque además de servir comida, les cantaba a sus clientes. Esto le dio la oportunidad de ser reconocida como la artista completa que era, y 1984 lanzó su primer álbum, conocido como “El barrio de los faroles”, el cual marcó su ascenso a la industria musical.
Llamaba mucho la atención porque además de cantar música ranchera, sus letras estaban cargadas de crítica a la sociedad machista, a los abusos por parte de hombres y todo esto con un tono de ironía y sarcasmo que complementaba su feroz personalidad. Estas canciones se convirtieron en himnos, y dentro de estos himnos se encontraban frases que se convirtieron en lemas del empoderamiento femenino. Su himno definitivo, “Rata de dos patas” tuvo su lanzamiento en el 2000 y su interpretación sigue cautivándonos a todo aquel que escuchamos esta canción.
Su carrera musical despegó sin marcha atrás y su talento fue reconocido por los Grammys en tres ocasiones, con nominaciones en “Mejor Álbum Regional Mexicano y Texano”. Además, a lo largo de su carrera tuvo apariciones especiales como ella misma en programas de televisión, telenovelas y cine. En 2017, Imagen Televisión lanzó una serie biográfica de Paquita la del Barrio, con ese mismo título y en 2024 tuvo su relanzamiento en la plataforma de Netflix.
En una de sus últimas entrevistas, fue preguntada qué opinaba cuando la nombraban como ícono del empoderamiento femenino, a lo que respondió: “Si ellas agarran las canciones para defenderse, ¡qué bueno que sirvan para algo!, y así olvidan penas, tristezas, y que no nos apantallen.” Y así la recordamos con mucho honor.
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