Se acerca Marzo: Un mes para la memoria, la lucha y la acción
Jeny Farías | Fundación Femmex
Marzo se acerca, y con él, la conmemoración del Día Internacional de la Mujer el 8 de marzo. Como cada año, muchas empresas comienzan a teñirse convenientemente de morado. Puede parecer reiterativo, pero es necesario recordar que esta fecha no es una celebración, sino un recordatorio de la lucha histórica de las mujeres por la igualdad, la justicia y el reconocimiento de sus derechos. Es un día de memoria, resistencia y acción.
El origen de esta conmemoración se remonta a las luchas obreras de finales del siglo XIX y principios del XX, cuando miles de mujeres se organizaron para exigir mejores condiciones laborales, el derecho al voto y la participación en la vida pública. Uno de los acontecimientos más recordados es el incendio de la fábrica Triangle Shirtwaist en Nueva York en 1911, donde murieron más de 140 trabajadoras, muchas de ellas inmigrantes, debido a la precariedad y explotación laboral.
El reconocimiento del Día Internacional de la Mujer se oficializó en 1977, cuando la Asamblea General de las Naciones Unidas lo proclamó como una fecha para reflexionar sobre los avances logrados y los desafíos pendientes en materia de igualdad de género. Desde entonces, cada año se busca visibilizar problemáticas que siguen afectando a las mujeres en distintos ámbitos, como la violencia de género, la brecha salarial, la falta de acceso a educación y salud, y la discriminación en el entorno laboral y político.
Hoy, más de un siglo después, la lucha continúa. Las brechas salariales persisten: según datos de la ONU, a nivel mundial las mujeres ganan, en promedio, un 20% menos que los hombres por el mismo trabajo. Además, la violencia de género sigue cobrando vidas: se estima que una de cada tres mujeres ha experimentado algún tipo de violencia a lo largo de su vida. Asimismo, la participación de las mujeres en la toma de decisiones enfrenta barreras significativas, ya que solo el 26% de los escaños parlamentarios en el mundo están ocupados por mujeres.
Por estas razones, marzo debe ser un mes de reflexión y compromiso, no de marketing ni de banalización con chocolates y claveles. Las empresas y gobiernos deben asumir su responsabilidad en la promoción de la igualdad, y no limitarse a discursos vacíos o gestos simbólicos. Es fundamental evitar que esta fecha se convierta en una oportunidad para promociones comerciales o felicitaciones sin sustancia. No se trata de lanzar anuncios morados, regalar flores o aplicar descuentos, sino de reconocer la deuda histórica con las mujeres y asumir el compromiso de construir sociedades más justas e igualitarias. Esto implica escuchar a las mujeres, garantizar su participación, capacitarse de forma responsable y trabajar activamente en políticas y acciones que transformen su realidad.
Que la reflexión de este mes nos ayude a dejar de lado el miedo que se ha tratado de infundir hacia el feminismo, pues no se trata de buscar estar por encima de los hombres, sino de conquistar derechos fundamentales y construir un terreno equitativo. Gracias a las luchas feministas se han logrado avances como el sufragio femenino, el acceso a métodos anticonceptivos y el derecho a la educación. Sin embargo, aún quedan muchas batallas por librar.
Que marzo de 2025 sea una oportunidad para educarnos, cuestionarnos e impulsar cambios reales. La lucha por los derechos de las mujeres no es un tema de un día o un mes, sino un esfuerzo constante a lo largo del año. Por ello, es fundamental que tanto individuos como instituciones se comprometan a generar espacios de diálogo y acciones concretas que contribuyan a la equidad de género y a la erradicación de la violencia contra las mujeres.
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