Ah, las relaciones amorosas, sin duda han cambiado. Ya no se trata solo de cartas de amor o largas conversaciones cara a cara. Ahora, en la era de las redes sociales y los mensajes instantáneos, el amor (y el desamor) se vive con nuevas reglas y fenómenos que pueden ser confusos, frustrantes e incluso dañinos.
Y si te distraes un poquito, puedes caer fácilmente en patrones emocionales confusos y bastante tóxicos. Hoy vamos a hablar de tres fenómenos que seguro has oído o vivido: ghosting, orbiting y love bombing. ¿Te suenan?
Ghosting: Desaparecer sin dejar rastro
El ghosting es quizá uno de los términos más conocidos y odiados hoy en día. Se trata de cuando alguien, sin previo aviso, deja de responder a tus mensajes, se desvanece de tu vida y desaparece como un fantasma.
Imagina que estás en pleno flujo de conversación, quizá con alguien que acabas de conocer o que llevas conociendo un tiempo, y de repente, te quedas esperando una respuesta que nunca llega. No hay excusas, no hay explicación, no hay nada. Pero ves que esa persona sigue en línea y activa en redes, y cuando regresa (si lo hace) actúa como si nada hubiera pasado, minimizando tus emociones.
Este fenómeno es especialmente doloroso porque te deja con la incertidumbre de no saber qué pasó, si algo salió mal o si simplemente ya no hay interés. La sensación de que “te dejaron en visto” permanentemente es una experiencia que puede ser emocionalmente confusa, y muchas veces afecta nuestra autoestima.
El ghosting a menudo es una salida fácil para quien lo practica, una forma de evitar confrontaciones, compromisos o una forma de no tener que dar explicaciones incómodas. Sin embargo, lo cierto es que es una práctica muy inmadura.
Si te pasa, lo mejor es no tomártelo de manera personal y, sobre todo, no intentar forzar una respuesta donde no la hay, mejor enfócate en ti y olvida a esa persona.
Orbiting: Ni contigo, ni sin ti
Si el ghosting es desaparecer sin dejar rastro, el orbiting es algo un poco más inquietante. Este término hace referencia a cuando cortas el contacto con alguien de forma repentina, pero sigue presente en tu vida. Digamos que te “rodea” digitalmente sin interactuar directamente contigo.
Es decir, no te escribe, no te busca… pero ahí está. Aparece su reacción en todas tus historias, le da like a tus fotos y hasta reacciona a tus memes, pero nunca da un paso más allá.
El orbiting, dicen, es el hermano menor del ghosting, porque te deja en una especie de limbo emocional. No sabes si esa persona está interesada o si sigue merodeando tu vida porque quiere mantenerte en su “catálogo de opciones” o simplemente le divierte ver qué haces sin comprometerse. Te genera una sensación de estar siendo vigilado, sin que haya ninguna intención clara de acercarse.
Este fenómeno suele ocurrir cuando una persona no está lista para cortar por completo una relación, pero tampoco tiene la intención de avanzar. Por miedo a perderte por completo o por no querer afrontar el rechazo, prefieren seguir observando tu vida desde la distancia.
Si esto te ocurre, lo mejor es poner límites claros, como dejar de interactuar con esa persona o incluso bloquearla si te resulta incómodo. No caigas en el juego de preguntarte “¿qué quiere?” porque, probablemente, ni esa persona lo sabe.
Love Bombing: Literalmente, un bombardeo de amor
Por otra parte, el love bombing consiste en una sobrecarga de atención, afecto y cumplidos que, a primera vista, puede parecer una verdadera muestra de amor.
Alguien que te bombardea con mensajes dulces a todas horas, promesas de amor eterno, regalos y planes a futuro a una velocidad vertiginosa. La persona te hace sentir como si fueras el centro de su universo, y todo parece perfecto… por un rato.
Aunque puede ser muy halagador al principio, en realidad es una forma de manipulación. Esta táctica suele ser utilizada por personas que desean ganarse tu confianza rápidamente, para luego manipularte emocionalmente.
Es una estrategia para hacerte depender de esa persona, para que sientas que tu valor está ligado a su afecto. El problema es que, una vez que han conseguido lo que querían (control o dependencia emocional), esa persona suele alejarse o mostrar su verdadera naturaleza, y después siguen los chantajes y reproches porque “te dio tanto y tú no”.
Es fácil caer en la trampa del love bombing porque, en una relación, claro que queremos sentir amor al tope. Sin embargo, es importante reconocer cuándo el amor es genuino y cuándo es una forma de control disfrazada de afecto.
Si notas que alguien te está sobrecargando con demasiada atención de forma repentina, tómate tu tiempo para observar sus verdaderas intenciones. El amor sano no se lanza de golpe.
Busquemos relaciones sanas
Te entendemos, tanto el ghosting, el orbiting, como el love bombing a menudo complican nuestras experiencias amorosas en línea. Por eso mismo es importante conocer de estos fenómenos para poder identificar cuándo te están manipulado o tratado de forma irrespetuosa.
Recuerda que el amor real no tiene que ver con juegos mentales, desapariciones misteriosas ni sobrecarga de promesas vacías. Tienes derecho a recibir respeto y sinceridad en tus relaciones, tanto en línea como fuera de ella. Si te ha tocado vivir alguna de estas situaciones, no te castigues. No tienes control sobre la forma en la que actúan las demás personas, no es tu culpa.
Lo mejor es aprender de ello, empezar a poner límites y, sobre todo, no dejar que nadie juegue con tus emociones y sentimientos. ¡Tú mereces lo mejor!
