El Estado de México se ha visto sacudido por un escándalo de crueldad animal en el municipio de Mexicaltzingo, donde las autoridades llevaron a cabo un operativo que reveló una posible práctica atroz: la venta de carne de perro. En el cateo realizado el pasado jueves, se encontraron más de 100 perros en condiciones deplorables y restos animales que serán analizados para determinar su origen. Un hombre, identificado como Mateo “N” de 60 años, fue detenido y puesto a disposición del Ministerio Público.
La investigación se inició a raíz de denuncias ciudadanas que alertaban sobre olores fétidos provenientes del inmueble y la constante entrada de perros en costales al lugar. Además, clientes del establecimiento comenzaron a reportar un sabor inusual en la carne adquirida en la carnicería, lo que incrementó las sospechas sobre la procedencia del producto.
Durante la inspección, las autoridades encontraron perros de diversas razas y tamaños enjaulados, viviendo en condiciones de hacinamiento y maltrato extremo. También hallaron restos óseos y bolsas con carne en estado de descomposición, lo que refuerza la hipótesis de que en el lugar se procesaba carne de origen canino para su venta en la región, donde la actividad comercial de carnicerías es predominante.
Las imágenes difundidas por la Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM) evidencian la insalubridad del sitio y el estado lamentable en el que se encontraban los perros, algunos encadenados en medio de lodo y sin acceso a comida o agua. La Unidad Canina y Felina Salvando Vidas de la Comisión Estatal de Parques Naturales y de la Fauna (CEPANAF) se hizo cargo del rescate de los animales, quienes ahora se encuentran en proceso de recuperación y reubicación en refugios.
La gobernadora del Estado de México, Delfina Gómez, condenó los hechos y reiteró su rechazo a cualquier forma de maltrato animal, subrayando la importancia de la denuncia ciudadana en la detección de estos delitos. Asimismo, indicó que las investigaciones continuarán para esclarecer la magnitud del caso y deslindar responsabilidades.
El caso ha generado una ola de indignación entre la ciudadanía y organizaciones defensoras de los derechos animales, quienes exigen que el caso no quede impune y se apliquen sanciones ejemplares contra los responsables. Algunos residentes señalaron que la actividad se llevaba a cabo desde hace meses sin que hubiera intervención de las autoridades, lo que pone en tela de juicio la vigilancia sanitaria y de bienestar animal en la zona.
Si bien algunas versiones apuntan a que el inmueble también funcionaba como refugio de perros, los hallazgos de restos y las denuncias previas refuerzan la hipótesis de que se trataba de un punto de comercialización ilegal de carne. La FGJEM y la Secretaría de Seguridad estatal mantienen el inmueble asegurado y realizarán peritajes para determinar con certeza la naturaleza de la carne procesada en el lugar.
Este caso ha despertado cuestionamientos sobre la regulación del comercio cárnico en la entidad y la urgencia de fortalecer las leyes de protección animal. La indignación pública no cesa, y las exigencias de justicia continúan en aumento.




