- Inició en la actuación con la intención de ser estrella de cine, pero el doblaje lo conquistó y lleva 36 años en la industria
- Fue dueño de Coffee Bar El Atorón, un espacio de convivencia para actores de doblaje y artistas, pero lo cerró por temas de seguridad
Su voz sigue siendo un referente en la nostalgia de múltiples generaciones, especialmente entre los fanáticos de Los Caballeros del Zodiaco y Dragon Ball Z
Marcos Patiño, reconocido actor de doblaje, compartió los inicios de su carrera y la inesperada transición que lo llevó a convertirse en una de las voces más icónicas de la industria. Con 36 años de trayectoria, ha dado vida a personajes inolvidables como Ikki de Fénix en Los Caballeros del Zodiaco y Majin Buu en Dragon Ball Z, pero su historia comenzó con una aspiración muy distinta.
Patiño estudió medicina veterinaria y al mismo tiempo desarrolló una fuerte pasión por la actuación. Su meta inicial era convertirse en estrella de cine, por lo que se integró a la Compañía Nacional de Teatro de Bellas Artes, donde destacaba en las tablas; Sin embargo, su destino cambió cuando dos directores de doblaje, Carlos Magaña y Arturo Casanova, lo descubrieron en una obra de teatro y lo invitaron a probar suerte en el mundo del doblaje.
“Yo no quería hacer doblaje porque decía que era la tumba del actor”, confesó Patiño, al recordar rechazo a esta disciplina, pero, luego de aceptar el reto para intentarlo solo por cinco años, descubrió la complejidad y el compromiso que implicaba transmitir emociones únicamente con la voz. Hoy, más de tres décadas después, reconoce que fue una de las mejores decisiones de su vida.
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A lo largo de su carrera, ha sido testigo de la transformación de la industria: “Antes, el actor de doblaje era como el Chupacabras: todos habían oído hablar de él, pero nadie lo había visto”, comentó con humor. Con la llegada del internet y las redes sociales, la visibilidad de los actores de voz creció exponencialmente, permitiendo que el público conociera los rostros detrás de los personajes que marcaron su infancia.
Más allá del doblaje, Patiño también exploró otras facetas. Abrió un bar llamado Coffee Bar El Atorón, que durante 12 años fue un punto de reunión para actores de doblaje, luchadores y youtubers, con el propósito de apoyar causas benéficas; no obstante, a causa de problemas de seguridad, tomó la difícil decisión de cerrarlo: “Cuando me pidieron derecho de piso, supe que ya no era un lugar seguro para mis amigos, mis hijos y mi familia”, relató.
A pesar de los retos, Patiño mantiene una filosofía de vida basada en la resiliencia y la determinación. Desde joven, tuvo como lema una frase que colgó en su habitación: “Todo hombre debe decidir una vez en la vida si se lanza a triunfar arriesgándolo todo o se sienta a ver el paso de los triunfadores”. Ese pensamiento lo ha acompañado en cada decisión, llevándolo a viajar por todo el continente y a consolidarse como una de las voces más queridas del doblaje.
El impacto de su trabajo ha trascendido generaciones. Para muchos, su voz evoca recuerdos de infancia y nostalgia: “Los niños van a las convenciones a ver a Majin Buu, pero también van los papás que hoy pueden comprar esas figuras que de niños anhelaron”, explicó sobre el fenómeno de los coleccionistas de Los Caballeros del Zodiaco.
Aunque ha dejado de hacer teatro por la demanda de eventos y convenciones, su entusiasmo por el doblaje sigue intacto y Marcos Patiño reafirma su convicción de que siempre hay oportunidades para reinventarse y seguir adelante.