La relación entre Robin van Persie y el Feyenoord es una narrativa cargada de pasión, desafíos, triunfos pero sobre todo amor, que han forjado una conexión inquebrantable entre el jugador y el club de Róterdam. Desde sus primeros pasos en la cantera hasta asumir el rol de director técnico, Van Persie ha demostrado un sentimiento profundo por los colores rojiblancos.
Los primeros pasos en Róterdam
A los 13 años, Robin se unió a la academia del Feyenoord, buscando un ambiente donde su talento pudiera florecer. Su debut profesional llegó el 3 de febrero de 2002, en un partido contra el Roda JC, donde el joven delantero mostró destellos de su potencial. Esa misma temporada, fue pieza clave en la conquista de la Copa de la UEFA 2001-2002, siendo titular en la final y ganando el premio al Mejor Talento Joven de la Real Federación de Fútbol de los Países Bajos. Mientras que entre las temporadas 2002/2003 y 2003/2004, Van Persie disputó 40 partidos y anotó 21 goles.
Desafíos y crecimiento
A pesar de su evidente talento, la relación de Van Persie con el entrenador, Bert van Marwijk, enfrentó altibajos. Estas diferencias llevaron al joven delantero a buscar nuevos horizontes, pero su amor por el Feyenoord permaneció intacto. Tras exitosas etapas en clubes como Arsenal, donde se convirtió en todo un emblema llegando a su “prime” en la temporada 2011/2012 donde marcó 30 goles en la Premier League, por lo que recibió el premio al máximo goleador de la competición. Y en el Manchester United, quien junto a Wayne Rooney, formaron una dupla imparable, ya que volvió a conseguir la Bota de Oro, convirtiéndose con Alan Shearer como los únicos jugadores en ganarla con dos clubes distintos, además, finalmente pudo ganar su primera Premier League. Al final, en Inglaterra concluyó con 144 goles y se llevó con él, una Premier League y una FA Cup entre los “Red Devils” y los “Gunners”.
El regreso del hijo pródigo
Van Persie había dado un nuevo giro a su carrera al llegar al fútbol turco con el Fenerbahçe, donde su instinto goleador se mantuvo intacto, pero en su mente siempre estuvo la idea de regresar al Feyenoord, cerrar el ciclo en el club donde todo comenzó. Tras convertirse en el máximo goleador en la historia de la selección de Países Bajos y brillar en la Premier League, el hijo pródigo decidió volver a casa, donde la afición lo esperaba con los brazos abiertos.
Sin embargo, su regreso no fue simplemente un acto simbólico para colgar las botas. En sus dos últimas temporadas con el club, Van Persie dejó su huella una vez más, marcando 21 goles en 37 partidos, demostrando que su talento y liderazgo seguían vigentes. Su impacto trascendió más allá de los números, dejando un legado en el vestuario y sirviendo como referente para las nuevas generaciones de jugadores del Feyenoord.
En enero de 2018, Robin volvió al Feyenoord, no solo como jugador, sino como un símbolo de perseverancia y lealtad. El 22 de abril de 2018, lideró al equipo en la final de la Copa KNVB, anotando un gol crucial en la victoria sobre el AZ Alkmaar, que aseguró el decimotercer título copero para el club. Su retiro oficial llegó el 12 de mayo de 2019, en un emotivo partido contra el ADO Den Haag, donde la afición rindió homenaje a su ídolo.
Del campo al banquillo
La pasión de Van Persie por el fútbol y su deseo de contribuir al crecimiento del Feyenoord lo llevaron a iniciar su carrera como entrenador. En mayo de 2020, se unió al cuerpo técnico del club, trabajando con los delanteros y compartiendo su vasta experiencia. Su dedicación y conocimiento lo llevaron a asumir roles más prominentes, incluyendo la co-dirección de los equipos sub-16 y sub-18. Aunque tuvo una breve experiencia como entrenador principal en el Heerenveen en 2024, el destino lo llamó de regreso a casa. El 23 de febrero de 2025, Robin van Persie fue nombrado director técnico del Feyenoord, firmando un contrato hasta junio de 2027. En sus primeras declaraciones, expresó:
“Todos saben lo especial que es mi vínculo con el Feyenoord. Tengo muchas ganas de trabajar con el grupo de jugadores, de disputar partidos en De Kuip, apoyado por la afición, y de conseguir éxitos juntos.”
La historia de Robin van Persie y el Feyenoord es un testimonio de amor, resiliencia y compromiso. Desde sus días como joven promesa hasta convertirse en el líder desde el banquillo, su viaje refleja la esencia de lo que significa pertenecer y devolver a la comunidad que lo vio crecer.
