El Gobierno de México ha lanzado oficialmente Salud Casa por Casa, un ambicioso programa que pretende revolucionar la atención médica primaria al llevar consultas directamente a los hogares de adultos mayores y personas con discapacidad. A partir del 2 de mayo, más de 19,000 profesionales de la salud recorrerán comunidades en todo el país, armados con mochilas médicas, para realizar chequeos preventivos, levantar historiales clínicos y dar seguimiento a millones de pacientes previamente censados.
La presidenta Claudia Sheinbaum ha presentado este esfuerzo como parte de un enfoque humanista y preventivo de salud pública, en el que la medicina deja de esperar en hospitales y se acerca al territorio. El objetivo es claro: brindar atención mensual o bimestral a más de 8 millones de personas, con énfasis en las zonas rurales y de difícil acceso, donde el personal médico viajará en brigadas móviles especializadas.
El programa no sólo contempla la detección de enfermedades a través de pruebas básicas (glucosa, presión arterial, colesterol, triglicéridos, entre otras), sino también evaluaciones funcionales como agudeza visual, auditiva y locomotriz. A esto se suma la orientación en salud bucal y la capacitación de cuidadores. El primer contacto servirá para clasificar a los pacientes en cuatro grupos de riesgo que definirán la frecuencia y tipo de seguimiento.
Este esfuerzo logístico masivo se apoya en un censo previo realizado por la Secretaría del Bienestar, en el que se recolectó información médica, emocional y sociofamiliar de los potenciales beneficiarios. El plan contempla también la prescripción y suministro de medicamentos básicos, que podrán ser adquiridos en unidades del IMSS, ISSSTE, IMSS Bienestar y, eventualmente, en las nuevas “Farmacias del Bienestar” vinculadas al Banco del Bienestar.
Aunque el discurso oficial ha destacado la magnitud del proyecto, lo cierto es que también expone desafíos evidentes: la infraestructura del sistema de salud aún arrastra rezagos en personal, insumos y conectividad, especialmente en zonas alejadas. Además, la ejecución territorial dependerá de que los trabajadores médicos contratados realmente cuenten con las condiciones y la formación necesarias para atender con calidad y continuidad, sin convertirse en una estrategia paliativa.
A largo plazo, el gobierno planea establecer un Centro Telefónico de Salud a Distancia para reforzar la orientación médica remota, lo cual podría abrir una nueva dimensión en la atención a distancia, aunque su implementación aún no tiene fechas ni estructura definidas.
Salud Casa por Casa es, sin duda, una de las iniciativas más grandes en salud pública domiciliaria en la historia reciente del país. Sin embargo, su éxito no sólo dependerá de la voluntad política ni de la narrativa optimista en las mañaneras, sino de su capacidad para integrarse a un sistema de salud funcional, resolutivo y sostenido. Lo que está en juego no es sólo la eficiencia del modelo, sino la salud de millones de personas que llevan décadas esperando que el Estado cruce su puerta.




