El año en que (casi) fuimos clausurados | Imágenes de Aguascalientes por Carlos Reyes Sahagún  - LJA Aguascalientes
12/06/2025

La pandemia coronavírica llegó para quedarse… Pese a que finalmente fue controlada y a que las medidas de prevención se suspendieron, sigue presente entre nosotros, y sigue matando… Si uno se le pone de modo. Quedan como huellas de su paso entre nosotros su intromisión en nuestras conversaciones -se ha fijado que, con alguna frecuencia, para referirnos a algún asunto, decimos: “antes de la pandemia” sucedía x, o hacíamos y-; la práctica que poco a poco se extiende, de utilizar cubrebocas en las concentraciones; la vacunación anual -en su momento muchas personas no creyeron en ellas, ni después, y no se vacunaron-; y, lo más importante de todo, la ausencia de quienes sucumbieron ante su embate. Por cierto, que el condenado virus tenía la forma de esfera con picos, como las minas antisubmarinos que se usaron durante la II Guerra Mundial; como si se tratara de una broma macabra de la naturaleza. 

¿Cuántas personas faltan en esta vida, en una casa, en un trabajo, en una parroquia; con otras personas?… Supongo que nunca lo sabremos, porque la cifra jamás será inocente. Es, digamos, una cifra politizada, relacionada con las formas de enfrentar la emergencia, lo que tendría que hacerse y se hizo y lo que no se hizo, etc., porque no faltan quienes culpan al gobierno de una deficiente gestión de la pandemia. ¿Qué sé yo? Ni que fuera epidemiólogo (aquí somos todo, entrenadores de fútbol, presidentes, médicos, predicadores, urbanistas, etc.; sabemos de todo y a todo le hacemos, ¡faltaba más!), pero el hecho básico es que de seguro todos, absolutamente todos, conocemos a alguien que perdió a algún pariente, o escuchamos hablar de, o nosotros mismos, extrañamos al padre, a un hijo, una hermana, algún amigo, sobrino, un conocido, etc… ¿Cómo olvidar la imagen de las carrozas fúnebres haciendo fila a las puertas del Hospital Hidalgo, para recoger a los muertos del día? ¿Cómo? Y luego, por si todo lo anterior no fuera suficiente, la supresión de los rituales funerarios, tan caros para muchas personas, por aquello del contagio.  

Esta línea de reflexión me recuerda algo escrito por la poeta y narradora colombiana Piedad Bonnett: “Siempre vendrá alguien que me diga que nos queda la memoria, que nuestro hijo vive de una manera distinta dentro de nosotros, que nos consolemos con los recuerdos felices, que dejó una obra… Pero la verdadera vida es física, y lo que la muerte se lleva es un cuerpo y un rostro irrepetibles: el alma que es el cuerpo.” 

En fin, que la pandemia nos afectó de múltiples formas, como múltiples fueron nuestras maneras de reaccionar. En el mejor de los casos hubo quienes escribieron sus, digamos, memorias. Tampoco faltaron quienes pintaron… Como este precioso óleo sobre lino y fragmentos de marco, de la artista Elva Garma, de título Días de encierro, realizado en 2021. 

¿Qué hacemos con esta experiencia; con el recuerdo? ¿Olvido y/o memoria? Tengo la impresión de que la magnitud de la tragedia, su extensión, su impacto, dan para mucho, y principalmente en el ámbito de la investigación bioquímica. Pero también en el terreno de la sociedad y la cultura. ¿Olvidaremos; aprenderemos las lecciones? ¿Qué estamos haciendo con lo que la pandemia nos dejó? 

(Felicitaciones, ampliaciones para esta columna, sugerencias y hasta quejas, diríjalas a [email protected]). 


Show Full Content
Previous Con gran éxito se llevó a cabo el segundo Festival del Taco 
Next Se reforestó el camellón de Ignacio T. Chávez y calle Medellín en Aguascalientes
Close

NEXT STORY

Close

Descarta PAN uso faccioso de gobiernos de Aguascalientes en elecciones

03/04/2018
Close