El contenido humano que sí importa | Opciones y Decisiones por Francisco Javier Chávez Santillán  - LJA Aguascalientes
24/06/2025

Es buen tiempo de hacer un alto, para salir de esta tierra seca de contenidos llenos de significación humana que brota de nuestro potencial espiritual. En efecto, en el actual campo de la política y de los conceptos económicos, sólo encontramos un yermo que denota la ausencia de significados ricos en contenido inteligente, que nos den noticia de las causas que están a la base de nuestro desazón; de esta inquietud interior que nos carga de pesadumbre, y nos deja con esa sensación de insipidez, falta de sabor y gusto en las realidades que experimentamos día con día.  

El oportunista, pero zafio, lenguaje populista con que están repletos los vacuos e inanes discursos del foro público, tanto interno como externo, nos han hastiado precisamente por su chata visión para ver el presente, y más aún para vislumbrar anticipos del futuro que anhelamos. La praxis política actual, todo lo resuelve en un páramo imaginario que al final no ofrece ni protección ni abrigo, es solamente espuma gaseosa artificialmente inflada por el interés pragmático del momento, pero incapaz de poner un piso fundante de certezas y opciones tan verosímiles como viables de realización.  

Salir de ese aturdimiento causado por el ruido de la propaganda, de la convocatoria simplona al gregarismo militante de un rebaño, simplemente imitativo; pero falto de agudeza crítica y discernimiento valoral libre antes de otorgar adhesiones y consentimiento; es aquí y ahora un imperativo racional y humano; un “must to do”, “un deber hacer”, por elemental derecho de sobrevivencia.  

La oportunidad de ir en contrario de esta pista pavimentada por la trivialidad y la desunión societal de las masas, en servicio de una nueva élite que se está instalando como grupo político en el poder, que denota a saciedad el vacío de sentido que describimos arriba. Pues bien, digo que esta Semana Santa 2025 es un oportuno punto de quiebra para reinstalar en nuestras mentes y corazones, referentes históricos y espirituales capaces de restaurar nuestro piso fundamental de desarrollo humano.  

Hoy, conmemoramos el acto fundacional de una nueva e inesperada posibilidad: descubrir que, como seres humanos, todos somos hermanos, que provenimos de un solo Padre, y que nuestra liga con Él se debe a un solo y único mediador: Jesús de Nazareth, el Jesús histórico que personalizó en sí mismo, una milenaria historia de profundos significados transportados por la Tradición y la anticipación profética.  

Hijo, él, de un pueblo que vivió apasionadamente la fe en esa apertura y encuentro entre Dios y el Hombre. Respecto de cuya persona, no se trata de distinguir entre filias y fobias, sino de identificar el profundo sentido de su singular ministerio, ser Él mismo signo y significado de la liberación plena del hombre, que peregrina en la Tierra.  

Veamos los referentes históricos que él mismo tuvo que “descifrar”, para entender con plenitud el sentido de lo que asumió como misión propia, en su línea de vida, y que siempre reconoció como un Don que proviene de “su Padre”, en su encuentro real e histórico con el hombre.  

– Primer referente: 1er. Canto del Siervo de Yahaweh, Isaías 42, l-4 (5-9. He aquí mi siervo a quien yo sostengo. (…) No vociferará ni alzará el tono, y no hará oír en la calle su voz. Caña quebrada no partirá y mecha mortecina no apagará.  

// Jesús, el hombre de la Historia, tuvo él mismo que ir descubriendo el sentido profundo de su misión en la Tierra. Siendo un practicante piadoso de su tradición judaica, demostró ser un habilidoso lector de la Palabra de Dios escrita en los libros sagrados, de los que abrevaba en las proclamaciones de la Sinagoga, y se sabe que leía el mismo en situaciones solemnes. En su encuentro cotidiano con su propia sociedad de pertenencia, bajo profundo discernimiento, fue descubriendo los tiempos y formas de su tarea personal. De cuyos episodios, fue dramáticamente en el acto de la crucifixión, que pudo reconocer -al fin- su llamado a ser el auténtico mediador de su Padre con la humanidad. Ya desde su prendimiento por los enviados del Sanderín, en el huerto de Getsemaní, entendió y ordenó a sus discípulos que no era con la espada como habría de responder a la injusta agresión, sino con el silencio, y acorde con el dicho de Isaías: – actuando con suma ternura y compasión no tan sólo ante sus agresores, sino respecto de aquellos débiles y más vulnerables, de quienes ni “aun la mecha mortecina de su ánimo y resistencia” habría de extinguir. Suma manifestación de una actitud entrañable como verdadero pastor de aquellos que le fueran encomendados. //  


– Segundo referente: 2º Canto del Siervo de Yahaweh, Isaías 49,1-6 (7). … Y Siervo de Yahaweh desde el seno materno me llamó. Desde las entrañas de mi madre recordó mi nombre. Hizo mi boca como espada afilada. (…) Pues yo decía: “Por poco me he fatigado, en vano e inútilmente mi vigor he gastado. ¿De veras que Yahveh se ocupa de mi causa, y mi Dios de mi trabajo? (…) Te voy a poner por luz de las gentes, para que mi salvación alcance hasta los confines de la tierra.  

// Jesús, apellidado ‘el Nazareno’, hubo de recorrer el largo trecho de un caminar a oscuras. Puesto que, en muchas etapas de su vida, prevalecía la interrogante de si, en efecto, él debía someterse a una prueba de servicio a los demás, cuyos filos, cantos y recovecos no atinaba siempre a entender. De ahí su actitud constante de orar, o acercarse a dialogar espiritualmente con su Padre, para poder entender y hacerse cargo de su divina Voluntad. No siempre tan evidente en el acaecer de su proceso de formación humana, respecto de la cual crecía cada día con la luz de su entendimiento y profundo asentimiento religioso. //  

– Tercer referente: 3er. Canto del Siervo de Yahaweh, Isaías 50, 4-9 (10-11). El Señor Yahaweh me ha dado lengua de discípulo, para que haga saber al cansado una palabra alentadora. (…) Ofrecí mis espaldas a los que me golpeaban, mis mejillas a quienes mesaban mi barba. Mi rostro no hurté a los insultos y salivazos. (…) 10b- El que anda a oscuras y carece de claridad confié en el nombre de Yahaweh y apóyese en su Dios.  

// La conciencia de haber recibido la misión de auténtico Mensajero del Reino de su Padre, le conducía a la proclamación o divulgación de esa “Buena Nueva”. En cuya lealtad él encontraba el cumplimiento de su tarea para con sus “Hermanos”. Aunque, lo más paradójico, de asumir esa misión era sin duda la interrogante sobre por qué tenía que hacerlo incluso bajo los insultos, los golpes, las burlas, el desprecio de muchos. Menosprecio que experimentó cruda y violentamente en los hechos que acompañaron desde su prendimiento, las forzadas comparecencias ante autoridades dispuestas a llevarlo al patíbulo, con urgencia para silenciar su voz y desafiante testimonio. Actitud muy difícil de entender, proviniendo de las propias autoridades que contradecían sus enseñanzas y testimonios vivos. // 

– Cuarto referente: 4º Canto del Siervo de Yahaweh, Isaías 52,13 – 53,12. He aquí que prosperará mi Siervo… Así como se asombraron de él muchos, – pues tan desfigurado tenía el aspecto que no parecía hombre, ni su apariencia era humana, otro tanto se admirarán muchas naciones, ante él cerrarán los reyes la boca. 53–11 Por su conocimiento justificará mi Siervo a muchos. Y las culpas de ellos él soportara. 12. Por eso le daré su parte entre los grandes. Ya que indefenso se entregó a la muerte y con los rebeldes fue contado, cuando él llevó el pecado de muchos, e intercedió por los rebeldes. 

// En este pasaje profético se ve sintetizado el tipo de Siervo que había venido siendo anticipado desde los grandes Profetas, pero que nunca él había visto con mayor claridad que en ese confuso proceso de acusaciones y “juicio”, desde la más alta autoridad religiosa de su tiempo. Aquí llega a su culminación la cabal comprensión del “Sacerdocio” para el que estaba siendo consagrado, y la asunción plena de su asentimiento de Fe ante su Padre. ¿Por qué el dolor, la abyección a la que fue sometido, el tener que padecer un indecible castigo del que nunca fue merecedor? Aquí encuentra plena lucidez de la mediación para la cual fue preparado, digamos con San Agustín: predestinado. 

– Quinto referente: Misión del profeta. Isaías III Parte. 61, 1ss. El espíritu del Señor Yahaweh está sobre mí. Por cuanto me ha ungido Yahaweh. A anunciar la buena nueva a los pobres me ha enviado, a vendar los corazones rotos, a pregonar a los cautivos la liberación, y a los reclusos la libertad. 

// Este pasaje profético de Isaías toca de frente y fondo el tema de la Misión a la que estaba siendo llamado desde Lo Alto. En verdad, su tarea en la Tierra vendría a ser: traducir desde el Padre, el más tierno y sensible servicio de atención y cuidado a los más pobres, desvalidos y desposeídos. Su misión no era compartir con los ricos y poderosos su relativa regencia sobre el resto de los hombres; sino todo lo contrario, elevar al caído, al más débil, al más vulnerable. Esa es la actitud “sacerdotal” que hubo de asumir Jesús de Nazareth. // 

– Sexto referente: – Salmo 110. El Sacerdocio del Mesías.4. Lo ha jurado Yahveh y no ha de retractarse: tú eres por siempre Sacerdote, según el orden de Melquisedec.  

// Esta referencia bíblica introduce la diferencia esencial entre el Sacerdocio Levítico o del Templo que en efecto obedecía a un linaje dinástico del Antiguo Israel, versus el Sacerdocio que nace de la voluntad divina y es otorgado para siempre, atribuido a la mítica figura de Melquisedec, personaje que acompaña en señalados hechos históricos a Abraham; quien le reconoce su especial linaje, como sacerdote para siempre. Es a este sacerdocio al que se relaciona con Jesús, destacando con ello su mítica y divina vinculación con carácter eterno. Huelga decir que, si Jesús es exaltado como Sumo Sacerdote, en realidad está siendo visto como El único y excepcional Sacerdote que vincula al hombre con Dios. 

En la tradición católica, el sacerdocio ministerial -bajo rito de consagración sacramental- está vinculado a ese Sacerdocio de Jesucristo, en verdad único y sumo Sacerdote, de parte del Padre Creador. Su papel como Mediador en la Historia de la Salvación destaca esta característica “según el orden de Melquisedec”. De manera que el Sacerdocio Católico aspira a esta nota superior de Jesús, de quien en verdad recibe tal dignidad, mediante el carácter que le imprime el Don inefable e insustituible de Jesús. En el lenguaje teológico y sacramental, el Sacerdocio es finalmente un Don divino “gratis datum”, que no exime, por el contrario, exige el comportamiento asimilable del Siervo de Yahaweh. 

 

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