El 1 de abril arrancó formalmente el periodo para que personas físicas cumplan con su Declaración Anual 2025 ante el Servicio de Administración Tributaria (SAT). Y aunque la intención era facilitar el cumplimiento fiscal desde el primer día, la realidad fue otra: miles de contribuyentes se toparon con un portal web que, irónicamente, no estaba listo para recibirlos.
Desde la madrugada, redes sociales se llenaron de quejas por errores de acceso, pantallas en blanco y mensajes que más que informar, parecían burlar al usuario: “Queremos brindarte la mejor experiencia. Estamos realizando acciones de mantenimiento”. Así, lo que debía ser un proceso ágil y automatizado terminó siendo una maratón de frustraciones.
La plataforma Downdetector —termómetro confiable para detectar caídas de sitios web— reportó que el 71% de los intentos de acceso al portal del SAT fallaron. A esto se sumó un 22% con problemas para iniciar sesión y un 6% que ni siquiera logró utilizar la aplicación móvil. Una tormenta perfecta, especialmente para quienes querían cumplir con tiempo y evitar sanciones que oscilan entre los mil 810 y los 44 mil 790 pesos, según el Código Fiscal de la Federación.
Pero más allá del colapso momentáneo, hay un trasfondo técnico que complica aún más el panorama. En febrero, el SAT relanzó su sitio web bajo la promesa de una plataforma más moderna y funcional. No obstante, los cambios generaron más confusión que eficiencia. Usuarios reportaron que funcionalidades como el visor de comprobantes parecían haber desaparecido, y que algunas secciones esenciales se habían reubicado sin aviso claro.
La respuesta oficial ha sido, hasta el momento, el silencio. Ningún comunicado del SAT ha aclarado el origen de las fallas ni se ha anunciado una solución concreta. En su lugar, se ofrecen recomendaciones genéricas: usar navegadores actualizados, evitar enlaces del sitio anterior y habilitar ventanas emergentes. Como si el problema fuera del usuario, no del sistema.
La situación recuerda que en la era digital, modernizar una plataforma no es solo cuestión de diseño; requiere pruebas, comunicación efectiva y, sobre todo, preparación para escenarios de alta demanda. El hecho de que estas fallas coincidan con el primer día del periodo de declaraciones no solo es sintomático: es inaceptable.
Expertos recomiendan intentar acceder en horarios de menor tráfico y estar atentos a posibles anuncios oficiales. Algunos recuerdan que en años anteriores, ante incidentes similares, el SAT amplió los horarios de atención. ¿Se repetirá esta medida? Hasta ahora, la institución no ha dado señales.
Mientras tanto, los contribuyentes se debaten entre la paciencia y la impotencia, navegando un portal que, paradójicamente, parece diseñado para evitar que se cumpla con la ley. Porque sí, uno quiere pagar impuestos… pero también quiere que el sistema funcione.




