- Desde la comunidad La Florida, en Jesús María, Aguascalientes, Enrique Guillermo Hernández Ayala, director general del Grupo Industrial de la Miel “La Florida”, lidera un proyecto que va más allá de la producción de miel: busca educar, preservar a las abejas y ofrecer productos de calidad que nacen directamente del campo.
Aunque muchas personas piensan que la miel se “fabrica” en una planta, Enrique aclaró que: “La producción de la miel se realiza en el campo, en los apiarios. La gente a veces confunde y nos dice tienen una fábrica de miel, pero no, la fábrica de miel está en las colmenas y quienes fabrican la miel son las abejas”. El papel de su empresa es extraerla, envasarla y distribuirla.
Durante su participación en la 1era Exhibición Rural “Hecho en Jesús María”, mostró una colmena de observación, una herramienta educativa para que la gente conozca de cerca a las abejas, su organización y sus procesos naturales. “Aquí tienen a su reina, y las obreras. Están en óptimas condiciones, les damos su agüita, y luego regresan a su colmena. Absolutamente para nada están sufriendo estas abejitas”, comentó.
Frente al debate sobre el consumo de productos derivados de animales, especialmente entre quienes siguen un estilo de vida vegano, Enrique enfatizó que la apicultura responsable no representa un acto de crueldad. “Nosotros como apicultores somos los más interesados en que nuestras amiguitas estén felices. Les ayudamos en las épocas de escasez para que sobrevivan”, explicó.
El proyecto también busca dar a conocer la diversidad y riqueza de la miel, que cambia su color, aroma y sabor según la floración que visitan las abejas. Desde miel blanca de mezquite hasta miel oscura de flor de aguacate, los productos de La Florida ofrecen un abanico de sabores que difícilmente se encuentran en las mieles comercializadas en supermercados. “La miel que compramos en el súper es una mezcla homogenizada, con el mismo color para que el consumidor la reconozca. Aquí cada flor aporta su personalidad”, detalló.
Enrique explicó que las colmenas son una especie “de diez” porque ofrecen 10 beneficios y productos del trabajo de las abejas:
- Productos de transformación, como la miel, el propóleo y el polen.
- Productos metabólicos, como la jalea real, la apitoxina (veneno de abeja) y la cera de abeja.
- Productos biológicos, como la producción de reinas, núcleos de abejas y abejas a granel para poblar las colmenas.
- Y el beneficio más importante: la polinización, sin la cual más del 75% de los alimentos que consumimos no existirían.
En cuanto al uso de la cera, no solo es parte vital del ecosistema apícola, sino también se aprovecha para crear productos como velas, cirios, bálsamos labiales, cremas y envolturas ecológicas para alimentos.
El proyecto no solo produce, también busca conservar. Cada acción, desde mover las colmenas a zonas con mayor floración, está pensada para fortalecer el vínculo entre el ser humano, la naturaleza y las abejas. “Apicultura significa cultivar abejas. Cultivar es proporcionar los medios adecuados para que algo se desarrolle mejor”, concluyó Enrique.
Grupo Industrial de la Miel “La Florida” es un ejemplo de cómo un emprendimiento puede combinar sostenibilidad, tradición, innovación y compromiso con la biodiversidad, contribuyendo al desarrollo económico de su comunidad y al cuidado de uno de los seres más vitales del planeta: las abejas.