- Héctor Jaime Valenzuela es el fundador de Héctortas, un negocio de tortas artesanales que en poco más de un año ha logrado consolidarse como una propuesta auténtica en Aguascalientes, apostando por ingredientes locales y por el cariño en cada preparación. Pero detrás de su éxito, hay una historia de resiliencia, familia, pérdida y sueños cumplidos.
“Tengo 30 años y 23 años me dediqué a lavar carros, cuando me pongo en sobriedad a los seis meses dije ¿qué hago lavando carros?”, contó Héctor. Fue ahí donde, buscando una nueva oportunidad de vida tras entrar en sobriedad, decidió comenzar a vender tortas en la cochera de la casa de su mamá. El 15 de septiembre marcó el inicio del proyecto, que poco a poco fue tomando forma gracias al apoyo de su familia y su determinación.
El negocio creció y pronto se trasladó a Jesús María, donde un vecino se convirtió en su socio y lo invitó a montar formalmente el puesto. El crecimiento fue tan bueno que, para finales del mismo año, pudo abrir su local actual en Av. Aguascalientes #738 Poniente, Fraccionamiento Río San Pedro. Aunque tuvo que separarse de la sucursal de Jesús María por desacuerdos con su socio, esta experiencia le dejó aprendizajes clave y la certeza de que su esfuerzo vale la pena.
El nombre Héctortas es un juego de palabras sencillo, pero muy significativo: “Me encantaban las tortas… era mi destino”. Todo el concepto del negocio está inspirado en su papá, quien falleció y a quien honra en el logotipo del negocio: la silueta de la barba de su papá y una cachucha haciendo referencia a su hermano, un símbolo de su presencia constante.
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La oferta gastronómica incluye tortas de pollo frito, adobada, chorizo, lomo, cochinita pibil, jamón, salchicha, hawaiana, cubana, además de hamburguesas, sándwiches, quesadillas, crepas, aguas de sabor y postres como duraznos con crema. Todo hecho desde cero y con productos 100% de Aguascalientes: pan, carnes, adobos, crema, verduras… “Todo lo que lleve preparación, lo preparo, desde el adobo, la carne de la hamburguesa…”.
Héctor ha llevado su cocina más allá del local, colaborando en eventos con el negocio de su hermana, quien también es emprendedora y fundadora de Playpals, una barra para eventos. Juntos, han impulsado su crecimiento desde lo familiar, demostrando que la unión y la fe en los proyectos propios puede cambiar vidas.
Una de las anécdotas que más lo marcó fue cuando, trabajando en otro empleo, pasaba por el local donde hoy tiene su negocio y pensaba: “Es un buen lugar para vender tortas”. Tiempo después, sin planearlo, ese deseo se hizo realidad justo el día en que perdió a su padre. “Todo se movió… Hoy me doy cuenta de que tenía que pasar así”, contó con nostalgia.
Lo que distingue a Héctortas no es solo su sabor, sino el corazón con el que se prepara cada platillo. Héctor resume así su motor: “Este negocio nació del hartazgo y del amor. Del hartazgo de no querer seguir igual, y del amor por hacer las cosas bien. Me gusta que me vean, que duden, pero cuando prueban las tortas, dicen: qué buenas tortas”.